jueves, 9 de julio de 2015

Villa Verde (Siguatepeque), el imprescindible de la carretera TGU-SPS

Villa Verde es más que una parada en la carretera que une Tegucigalpa y San Pedro Sula. Buena comida, ambiente relajado, buen servicio y productos orgánicos son atractivos a los que es difícil resistirse...


Situado una vez pasado Siguatepeque en dirección a San Pedro Sula, sobre el Kilómetro 122 de la carretera, Villa Verde es uno de los restaurantes más interesantes para los Gourmets empedernidos, como el Lempira que come. Y eso que por motivos varios, nunca había puesto un pié en él hasta hace a penas un par de semanas... pese a tener las mejores referencias (la Chef ceibeña Zenia Paz lo recomendó en la entrevista que le hicimos: ver aquí).

El local por fuera, a medio camino entre un galpón y un cobertizo, ciertamente, no destaca por su atractivo. Sin embargo, una vez ingresa el comensal al interior, el ambiente que se respira es realmente acogedor. La rusticidad del mobiliario, tallado en madera de guanacaste, y la decoración, con plantas en la sala y flores frescas en cada mesa, hacen del espacio un humilde pero muy atractivo interior campestre...


Si a esto se le añade la existencia de un huerto ecológico que regenta Villa Verde y del que proceden muchos de los ingredientes con los que se elaboran los platillos, el comensal puede estar seguro de acertar.

El Servicio en Villa Verde es cordial y normalmente atento, aunque algo lento (sin duda porque en cocina se elaboran todos los productos al momento de ser ordenados) por lo que se recomienda paciencia al comensal. Por cierto, al Lempira le trajeron hermosos recuerdos los tradicionales vestidos de las meseras!


El menú del restaurante Villa Verde resulta tremendamente acertado. Breve y conciso. Pocos platos, todos ellos muy apetecibles, y basados en la tradición. Exactamente lo que uno suele desear cuando se detiene en un restaurante "familiar"... por que, además, es de resaltar la excelente relación calidad-precio.

Como entrantes destacan las sopas: de res, de gallina, de frijoles (todas ellas en torno a 60-70 L.), o la ensalada de aguacate (a 65 L.). Entre los platos fuertes, las parrilladas, que van con res, pollo, cerdo, chorizo, ensalada, plátano frito, queso y tortillas (para 2 personas, 225 L., para 4 personas, 440 L.), el Bistec encebollado servido con arroz, frijol y ensalada (85 L.), los Pinchos, que se acompañan de verduras asadas, arroz y frijoles (85 L. los de res o pollo, 120 L., los mixtos), el Pollo horneado acompañado de arroz, tamalito, ensalada y plátano frito (85 L.), y el Filete de res con papas y ensalada (145 L.)

Entre las bebidas, destacan por excelentes, los frescos naturales (que se venden a 25 L.), especialmente, el de fresa. También hay cerveza, a 35 L. No hay vino.

El Lempira que come optó por probar el pollo horneado, y el filete de res...


El pollo, jugoso y perfectamente asado, cumplió perfectamente con su comentado. Buen sabor, buena textura y muy agradable el marinado de la piel... si bien, lo que más disfrutó el Lempira fue la fresquísima y sabrosísima ensalada de tomate y aguacate, perfectamente aderezada con aceite de oliva y limón. Muy bueno y cremoso el aguacate. También estaban muy ricos los frijoles, el plátano, el queso (penetrante sabor) y el tamalito... aunque el arroz era prescindible.

Un platillo completo muy bien sazonado de comida casera 100% cuidada... ¡Excelente! La única nota discordante fueron las tortillas, que no eran caseras. Una pena, porque entre tantos y tan bien elaborados productos frescos el desatino de las tortillas se convertía en un lunar demasiado visible.


El Filete premium también resultó bueno... aunque bien es cierto que la textura y sabor de la carne era mejorable. No así la ensalada, fantástica también ésta, y las papas... Ya saben los y las lectores y lectoras la particular cruzada del Lempira con las papas. En este caso, ¡Bravo por Villa Verde!, porque son las "papas campestres", con piel y un particular salteado con ajo y hierbas aromáticas, las mejores que ha probado el Lempira en Honduras!

También merece un espacio en el Salón de la Fama, el magnífico jugo de fresas frescas cultivadas por Villa Verde... sencillamente insuperable: estupenda acidez, goloso pero no empalagoso, con el hielo perfectamente granulado. Muy, muy, muy refrescante. Lástima que fuera servido en vaso plástico, clara contradicción para un restaurante "ecológico".


Por cierto, con este jugo se podría hacer un Daikiri de fresa ES PEC TA CU LAR.

Para coronar la comida, en Villa Verde suelen ofrecer como cortesía de la casa un café americano... y unas estupendas fresas con leche condensada... fresas frescas jugosas, golosas, y con una maravillosa acidez que invita a repetir y repetir y repetir. Perfecta forma de terminar suculento almuerzo!


Por último, vale la alegría detenerse en la tienda del restaurante Villa Verde para adquirir tanto sus  fresas, como sus muy buenas mermeladas... también hay panes dulces, hortalizas, plantas y souvenirs varios...

En Resumen: no olviden hacer un alto en el kilómetro 122 de la carretera de Tegucigalpa a San Pedro Sula... comer en Villa Verde es tremendamente recomendable.



Categoría "Restaurantes" Villa Verde, Siguatepeque
Puntuación
Entorno
7.3
Servicio
7.8
Servicio Vino

Comida
8


Puntuación Media
7.81
Relación Calidad Precio
10



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