martes, 30 de diciembre de 2014

Visitamos Mina y Gure Toki en Bilbao (País Vasco) #ViajealasEstrellas

El Lempira que come inició su particular Viaje a las Estrellas (#ViajealasEstrellas) en Bilbao. Un restaurante con Estrella Michelin dirigido por Álvaro Garrido, y un tradicional puesto de pintxos en plena Plaza Nueva, el Gure Toki, premiado en varias ocasiones, sirvieron de pistoletazo de salida...


La cocina vasca, una de las mejores del mundo por producto, tradición y calidad en las elaboraciones, ha sido la encargada de dar la bienvenida al Lempira a este pequeño Tour de alta gastronomía y buen vino en el que se mezcla lo más exquisito del mar y de la tierra: mariscos como el txangurro (buey de mar) o los erizos, pescados de exquisita delicadeza como la merluza o brutal sabor como el rape, setas, pimientos y enormes chuletones de buey... todo un arsenal de sabor puestos a disposición del disfrute onírico de todo comensal ávido de placer. Y vaya placer!

Además, en un entorno fantástico: porque Bilbao es hermoso... un sueño atravesado por una ría, como diría el poeta. Ría que recorre la ciudad entera y que culmina con el imponente edificio del Museo guggenheim.

El Restaurante Mina, situado en la zona vieja de Bilbao, sigue luchando por su segunda Estrella Michelín.


El Lempira que come disfrutó de un espacio privilegiado... sobre la barra de servicio de la cocina, lo que le permitió observar con detalle el ir y venir de Álvaro y su personal de cocina. Una buena experiencia que vale la alegría si uno quiere contemplar cómo se trabaja en una cocina de nivel... muy recomendable.

El menú degustación consta de 11 elaboraciones diferentes entre las que destacan la pannacota de ajo negro con jugo de champiñón (profundísima potencia sápida), la ostra Gillardeau con ginebra y cítricos (equilibrio y frescor), el Txangurro en emulsión de fruta de la pasión y yema de huevo, y la merluza del cantábrico con guiso de verduras de caserío. Sencillamente ES PEC TA CU LAR. Un 10 redondo por el sabor y la textura de la merluza. Punto de cocción absolutamente perfecto.

Como punto negativo, vale decir que el menú en su conjunto abusaba de las texturas aéreas, cremosas y líquidas. Pese al buen número de elaboraciones y las nutridas técnicas que hacían presencia en los diferentes platillos, el Lempira salió con la sensación de haber comido demasiados platos blandos o espumosos... como si fuera una especie de comida adaptada a paladares desdentados.


En cualquier caso, el menú ralló a buena altura... producto, elaboración y técnicas de Alta Cocina en un entorno abierto a la luz, muy acogedor... un restaurante gastronómico de altura.

El Gure Toki es otro cantar. Otro estilo. Otro rollo. Un bar de pintxos tradicional, o como ellos mismos dicen "sustento y alimento para el viandante"... una taberna de las de toda la vida con la barra repleta de elaboraciones de alta cocina en miniatura... o sea: pintxos como Foie a la plancha con compota de manzana, costilla de vaca a baja temperatura, mini hamburguesa de wagyu, sopa de queso idiazabal (queso tradicional vasco) con huevo de codorniz, rabas (tipo de calamar), o chipirón relleno de morcilla. Para morirse una y mil veces. Sencillamente ES PEC TA CU LAR.


Día 1 #ViajealasEstrellas, Bilbao.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Vino blanco, dulces y burbujas para brindar esta Navidad en Honduras

El Lempira que come concluye la lista de recomendaciones vitivinícolas para estas fiestas dando cuenta de algunos de los vinos blancos, dulces y espumosos más interesantes (y no necesariamente caros) que se encuentran en Honduras... una selección para quedar bien en un regalo o para disfrutar como un loco en las comilonas...

Arrancamos con un par de vinos blancos que acompañan bien las entradas de todo tipo, entre los pocos y muy pocos vinos blancos buenos que se importan a Honduras:

Doña Paula Selección de Bodega Chardonnay, un vino amplio, graso, glicérido, con aromas a pastelería y mantequilla. Un chardonnay todo terreno que acompaña perfectamente bien entradas, pescados e incluso carnes blancas. Cuesta en torno a los 800 L.


De la misma variedad, vale una alegría probar el Miguel Torres Chardonnay, un vino amplio y equilibrado, con buena acidez y bastantes matices... al precio de 420 - 450 L. Un buen vino, de clima fresco, del Valle de Limarí... zona donde cada vez se producen vinos más interesantes en Chile. Se puede encontrar en las tiendas El Remate.


De otras variedades se podría recomendar el buen Verdejo de la Denominación de Origen Rueda llamado Duquesa de Valladolid. Un vino seco, con notas herbáceas muy marcadas y algo de manzana verde. Quizás no es para todo paladar, pero es un vino que puede acompañar muy bien los quesos y también las salsas con comino... cuesta en torno los 250 L.

Entre los vinos dulces que se importan a Honduras, el Lempira que come recomendaría apostar por los siguientes...

Nectaria Riesling Vendimia Tardía... ya hablamos de este vino aquí... y no nos cansaremos de hacerlo, porque es un gran vino. Caro, sí, pero muy bueno. Con aromas y sabores de manzana caramelizada, notas a miel, orejones y un muy agradable dulzor. Si te gusta el dulce, este vino te encantará. Además, acompaña genial el Foie Gras, y los postres navideños. Cuesta en torno a los 420 L. la botellica pequeña.


Entre los vinos dulces más interesantes que llegan a Honduras también hay que destacar los Oporto Sandeman. Sobre todo el Sandeman Ruby, que acompaña de manera brillante los postres con chocolate, o los postres que combinan frutos secos, chocolate y especias. Este tipo de vino, el vino de Oporto, es uno de los vinos más longevos que se conocen. Elaborados mediante un proceso de fortificación eran los vinos con los que se hacía la travesía de Europa a América tras la invasión de 1492. Este Ruby es un vino de color rojo carmesí, con aromas y sabores a ciruela pasa, uvas pasas, canela, y frutos secos... La botella cuesta en torno a 300 L.


Moscato Sicilia IGT. Un muy buen vino... de color ambarino con reflejos cobrizos y aromas muy marcados a miel, frutas pasas y cáscara de naranja amarga. Es un vino muy interesante en boca, dulce y a la vez amargoso con matices de frutos secos y un final largo y armonioso. El precio, sobre los 200 L.


Y para los brindis... burbujas!

Entre los mejores de los mejores... Bollinger. Tanto en su versión "blanca" como en su versión "Rosé"... porque Bollinger es una de las casas de Champagna más reconocidas internacionalmente. Sus vinos son caros (1200 L. el blanco, 1800 L. el Rosé), pero... son vinos elegantes, señoriales, con tradición... equilibrio, excelente acidez, y miles de matices... es el vino del amor! viva el Champagne!


Por último, y como alternativa a Bollinger, el Lempira que come recomendaría los Brut Barroco de Freixenet, o el Reserva Real. También está muy agradable el Segura Viudas Vintage, o el Brut Reserva Heredad. todos ellos cavas, la versión catalana del champagne, con buena estructura y bastante "punch". Vinos secos y de acidez marcada para acompañar todo tipo de comida, incluso carnes.


Disfruten Lempiras!!!!

viernes, 19 de diciembre de 2014

Llegó la Navidad... llegaron las Torrejas...

El Lempira que come quiere compartir su receta de Torrejas para dar la bienvenida a la Navidad... porque pocas cosas hay tan ricas como unas buenas torrejas!! Éxito asegurado!


Ingredientes para 10 raciones (2 torrejas por persona)

- Pan tipo Baguette (o, mejor aún, tipo Brioche: de corteza suave y sabor dulzón), unos 750 gramos.
- 750 ml de leche
- 150 gr de azúcar
- 2 ramitas de canela, piel de limón y media vaina de vainilla
- aceite de oliva y huevo batido para freírlas
- azúcar y canela para espolvorearlas.

ELABORACIÓN:

Cortar el pan rebanadas de dos centímetros.

Calentar la leche hasta hervor. Apagar el fuego y dejar infusionar con las ramitas de canela, la piel de limón y la media vaina de vainilla. Añadir el azúcar. Esta infusión de leche se puede potenciar con otros sabores... hay quien se atreve a utilizar pozol!

Truco del Lempira: dejar enfriar la leche antes de empapar las rebanadas para que no se reblandezcan demasiado.

Una vez remojadas las rebanadas de pan (ojo que no chorreen) pasarlas por huevo batido y freir en aceite de oliva bien caliente. Es importante que el aceite ya esté caliente cuando se introduce la rebanada de pan remojada.

Escurrir cada rebanada colocándola en papel secante.

Una vez reposadas pasarlas por azúcar y agregar canela en polvo (unas dos cucharaditas de canela en polvo por cada 100 gr de azúcar).

Deliciosas!!!

¿En tu casa se hacen diferente? mandamos la receta al www.facebook.com/lempiraquecome!


FELIZ NAVIDAD A TODOS Y A TODAS!


lunes, 15 de diciembre de 2014

Vinos Tintos recomendados para estas Navidades

Como son muchos los mensajes y llamadas que ha recibido el Lempira que come pidiendo recomendación en relación a los vinos para regalar o disfrutar en familia en estas Navidades, hemos decidido hacer una serie de posts dando cuenta de algunos de los vinos más interesantes (y no necesariamente caros) que se encuentran en Honduras...

Hoy nos vamos con los tintos de dos tipos. Los modernos, para acompañar las carnes navideñas, que suelen tener algún tipo de salsa o ingrediente dulzón en su elaboración, como ciruelas, o uvas pasas, o salsa de frutos rojos, etc. y los clásicos, para carnes "desnudas", sin maquillajes.

Para las carnes acompañadas por salsas o ingredientes dulzones, el Lempira que come recomienda apostar por vinos modernos, amplios y contundentes, con bastante golosidad en boca. Vinos, por así decirlo, de nuevo mundo... o como los llama el famoso catador Robert Parker, Bombas Frutales.

Entre estos recomendaría el Lempira los siguientes:

El excelentísimo Emilio Bianchi Particular Cabernet Sauvignon, del que ya hablamos aquí. Un vino argentino que viene costando en torno a los 600 L. y que expresa, a la perfección, lo que es un vino moderno, estructurado, potente... pero a la vez elegante y seductor. Un vino con unos matices florales súmamente interesantes y con todo el cuerpo y la arrogancia de la Cabernet Sauvignon bien hecha (nada de aromas vegetales). Un señor vino que justifica cada L. de su precio.


El buen Coyam Reserva Orgánico, del que ya hablamos aquí. Un vino chileno elaborado con varias uvas, entre las que destacan la Cermenere y la Merlot. Es un vino potente, muy amplio y robusto, con entrada golosa. Quizás menos elegante y equilibrado que el anterior, pero más contundente. Además, sus matices aromáticos de monte bajo y hierbas de tocador le confieren un perfil interesante que complementa las carnes adobadas o condimentadas con algo de romero. Cuesta en torno a 700 L.


Hay otras interesantes opciones, aunque más caras, como el grandísimo vino Catena Alta. Si tienen algo de plata, inviertan porque este vino vale una alegría. Se tata de un vino argentino de una de las mejores bodegas de Mendoza: Catena Zapata. Pionera en la investigación del terruño y en la elaboración de vinos de calidad. Hablamos de este vino aquí. Su precio no es barato (unos 1200 L. la botella), pero se entiende porque conseguir elegancia y equilibrio sin prescindir de potencia y opulencia... tiene un precio, alto.


También podrían probar con algún vino gringo. Los Cabernet de Napa son el paradigma de este tipo de vinos: fuertes, amplios, estructurados, potentes, muy frutales y algo golosos... En Price Smart venden uno en torno a los 500 L. que es realmente rico. Se llama Baby Blue. Cumple perfectamente con lo que se espera de él. No se arrepentirán... (pero no esperen que les aporte lo mismo que el anterior referido).


También vale una alegría el Amarone de la Valpolicella que se encuentra en La Colonia de La Hacienda. Le han subido el precio una y otra vez desde que lo trajeron. Recuerda el Lempira que cuando llegó este vino a Honduras compró un par de botellas por 600 L. ahora cuesta como 900... Cosas del mercado. En cualquier caso es un vino muy rico, de una de las Denominaciones de Origen italianas más renombradas y reconocidas internacionalmente. Los "Amarone" son vinos que se elaboran dejando pacificar ligeramente la uva antes de proceder a la fermentación alcohólica, lo que les confiere unos sabores y aromas característicos... gustará mucho en la mesa!



Y si quieren tirar la casa por la ventana, no dejen de hacerlo con: Clio, El Nido, o Alión. Vinos, vinazos de tipo Moderno. Los dos primeros elaborados con Monastrell, en el Levante de España (aromas florales y de fruta negra y roja). El tercero, elaborado con Tempranillo (elegancia y contundencia a partes iguales). Son 3 vinazos ES PEC TA CU LA RES. El problema es su precio... que, por cierto, es injustificadamente superior al precio en origen. Cosas de la importación.


Para las carnes "desnudas", sin salsas dulces, el Lempira apostaría por vinos clásicos. Vinos elegantes y señoriales, como los siguientes:

Carlos Serres Onomástica: un vino reserva de La Rioja, en España. Vino a medio camino entre el respeto a la tradición de la zona y las nuevas tendencias modernosas. Muy equilibrado, complejo, con aromas espaciados y dejes a maderas viejas muy atractivos complementados por aromas y sabores a frutos rojos. Un rico Rioja. Cuesta en torno a 800 L.


En la línea más clásica, El Marqués de Riscal Reserva, y, más clásico aún, el Marqués de Riscal Gran Reserva. Vinazo clásico donde los haya de una de las bodegas más antiguas y legendarias de La Rioja. Un vino para tomarlo tranquilo, poco a poco... para disfrutar cada matiz: aromas a ebanistería, cajón de sastre, especias, maderas viejas, tabaco rubio, algo de ceniza. El Reserva cuesta en torno a 600-700 L. El Gran Reserva más o menos el doble.


En este estilo de vinos clásicos al Lempira le gusta mucho el Torres Mas La Plana. Reconocido como el mejor Cabernet Sauvignon de España... y de una de las bodegas más míticas del país. Es un vino de larga guarda, para tomarlo también con calma... esperando a que se exprese en la copa. Un vino con profundas notas minerales... tinta china. Excelente vino. Se encuentra en torno a los 600-700 L.


Por último, un gran clásico italiano, Marchesi di Barolo Cannubi... de una de las Denominaciones de Origen más prestigiosas del mundo (Barolo) y elaborado con uvas procedentes de uno de los pagos (fincas) más impresionantes de la zona: Cannubi. Es un vino elegante, elegantísimo. Clásico. Mineral, balsámico y ahumados para morirse tranquilo una vez disfrutado. Su precio, en torno a los 1300 L. permiten darse el gusto...


Y con esto... terminamos el recorrido por los Tintos. En breve, hablaremos de los blancos, espumosos y dulces!


Un abrazo, y Feliz Navidad lempiras!

martes, 9 de diciembre de 2014

Jolgorio Gastronómico: menú degustación y premio a las escuelas de gastronomía

El fin de semana pasado el Lempira que come acudió a la invitación del "MIN" y "Honduras Vanguardia Culinaria" a degustar el menú preparado por los Chefs responsables de "Rojo Loft", "Rojo Verde y Ajo", "La Cumbre" y "Café Honoré", presenciar los premios a las escuelas de gastronomía en los que competían el INFOP y la Escuela Madrid; y, ademas, probar algunas de las elaboraciones que se presentaban en diferentes puestos de comida callejeros...


Una fiesta gastronómica por todo lo alto, con música en directo incluida, un agradable ambiente y muchas ganas de pasarlo bien... en un espacio que está permitiendo, poco a poco, dotar de vida nocturna a nuestro olvidado centro histórico. Definitivamente, actividades como la propuesta ayudan, y mucho, no sólo a ello, sino también a conocer y desarrollar el amor y la pasión por la gastronomía. Una excelente iniciativa que, espera el Lempira, se convierta en tradición!

Vayamos al grano:


En la calle peatonal, a las puertas del MIN, bajo los famosos paraguas y la nueva iluminación navideña, con escenario al fondo incluido, se situaban algunas mesas, y varios puestos de comida donde en "ecofogones" se preparaban distintas elaboraciones. También había espacio para el Giffiti, ese mágico brebaje tradicional garífuna de afrodisíacos poderes... Al interior del edificio de Correos, unos puestos de comida con interesantes propuestas: "paella" de inspiración caracha, algunos postres y el puesto de uno de los cocineros más Hits del momento: el chef residente de la Embajada Peruana Isaac Arbañil, quien ha estado realizando una importante labor formativa en diferentes escuelas y restaurantes hondureños.


En su puesto, ceviche de verdad. Con los pescados enteritos para hacerlo, a modo Show Cooking partiendo de 0, delante del comensal. Una propuesta muy interesante, y deliciosa... pero ya tocará hablar más en profundidad de Isaac, pues hace una semana se publicó el libro de cocina "Perú Honduras, La mesa nuestra. Diplomacia Gastronómica y cocina Fusión", impulsado por el Embajador de Perú en Honduras, Guillermo González Arica, en el que Isaac cumple un papel destacado, sobre todo en las recetas... ya publicaremos un post específico al respecto.

No tuvo el Lempira ocasión de probar mucho más, porque le tocó salir corriendo a degustar el menú organizado para recaudar fondos para el MIN. Menú diseñado y ejecutado, con mayor y menor atino, por cuatro de los mejores restaurantes de la capital y a los que, efectivamente, debemos una visita...


El menú comenzó con un Tatascán Sour y un ceviche de pescado blanco con albahaca, pico de pájaro, jengibre y apio. De sabor ligero y fresco, se mostró agradable en boca, y con los sabores bastante bien compensados. Un buen punto de partida.


Tras el primer ceviche, un segundo, elaborado con caracol, que sustituyó al plato que figuraba en el menú. Buen sabor, y buena acidez. La naranja agria le daba un twist interesante.

El Tríptico de tamal, compuesto por tres tamales: uno relleno de pollo asado en tomates, uno de yuca con cerdo y salsa de ajo con naranja agria, y un tercero en forma de montuna con setas y cremoso de requesón, sirvió de pistoletazo de salida para los platillos más contundentes. El tamal de pollo estaba realmente rico, y la salsita acompañaba bien. La montuca terminaba siendo algo dulzona de más, pese a que fue la muestra que más pareció agradar a los comensales cercanos al Lempira.


Tras varios (bastantes) minutos, llegó el turno de la llamada Torre Icasur: un napoleón elaborado a base de requesón, huevo cocido, tocino asado, tomate y aguacate. Un platillo que servía de base a dos ricos camarones, pero que terminó pasando desapercibido.


El plato principal fue un lomo de res servido a término medio, rebozado en café de Marcala, con una reducción de vino de naranja y un puré de camotes.


Como postre, se sirvió un cuarteto de chocolate. Varias elaboraciones realizadas a base de chocolate. Una ganache de chocolate blanco con jengibre, un bombón de chocolate blanco, otro de chocolate negro perfumado a las cinco pimientas y un Fondant, de extraordinaria calidad. 

El menú fue regado con un Proseco Brut de Sartori y con un vino tinto que servido a su temperatura correcta, se muestra más que bueno: Mac Murray Ranch, Pinot Noir, de Central Coast, USA. Un vino de cuerpo medio, que muestra las cualidades de una de las uvas más seductoras del universo conocido: la Pinot Noir. Las copas, como se aprecia en una de las fotos, no acompañaban. Una lástima...

Por último, y para cerrar este post, el Lempira quiere rendir homenaje a los ganadores del concurso de cocina entre el INFOP y el Hotel Escuela Madrid... 

y es que el premio fue para...



David Padilla, Carlos Flores, Ronny Mejía, Francis Bruhl, Obed López y Luis López del INFOP, que lograron imponerse gracias a un menú degustación compuesto por los siguientes platillos:


1. ENTRADA: Crema de loroco con palmitos asados y pincho de camarones al ajillo

2.PLATO FUERTE: Filete de corvina a la plancha con salsa de coco picante acompañado de elote loco con guacamole y tostas de malanga, guineo verde y yuca

3. POSTRE: Pana cotta de atol y frita con elote negro, junto a un almíbar de canela y Tatascán y salsa de fresas.

El Lempira no llegó a tiempo para poder degustar este menú. Definitivamente, se quedó con las ganas de probar la panacotta de atol, y la crema de loroco. Dos elaboraciones que suenan más que bien... la mano del Chef Jose Luis Escalante, se nota...

Sí tuvo la fortuna de intercambiar unas palabras con los ganadores, que se mostraban exultantes... y no es para menos! Buen trabajo y a continuar así! más cocineros con sólidos conocimientos gastronómicos son necesarios para investigar sobre nuestros ingredientes y recetas tradicionales!

Por cierto, bien linda quedó la iluminación, ¿no les parece?



Un abrazo Lempiras!

martes, 2 de diciembre de 2014

El matrimonio perfecto: vino + comida!

Hace ya un tiempo que El Lempira que come tenía pendiente de escribir un post dedicado al  maridaje. Ese universo que se podría definir como el arte de combinar magistralmente el alimento con la bebida… y, más concretamente, la comida salada o dulce, con el vino de calidad. Y es que un maridaje bien conseguido es sinónimo de felicidad... de lujuria, de elevación, de trascendencia... la combinación perfecta entre un alimento, y un vino eleva los sabores y aromas de uno y de otro, transportando al comensal a una dimensión desconocida. 


La combinación perfecta consigue mejorar el sabor del alimento que se come, y, a la vez, complejizar aún más los sabores propios del vino. Algunos dicen que un buen maridaje es la síntesis del amor... el Lempira, está muy de acuerdo.

Pero... ¿cómo se disfruta de un maridaje?, ¿cómo se prepara un maridaje?

Técnicamente el maridaje es algo sencillo: se trata de elegir una comida y un vino... y, posteriormente, ingerir un trozo de la comida, masticarlo tranquilamente sintiendo los sabores del alimento y tragarlo. En dicho momento, en ese lapso de tiempo en que el alimento está recorriendo la parte final del paladar, es preciso tomar un pequeño sorbo de vino. Al sentir los sabores del vino, se sentirán también los sabores del alimento que se está comiendo, produciéndose una combinación de ambos sabores en boca.

Si el maridaje ha sido acertado, la combinación de sabores será profundamente placentera. El comensal sentirá una muy agradable sensación de candor y felicidad. Si el maridaje no fue acertado, los sabores no se encontrarán, se molestarán en boca.

Para estar seguro de acertar, el Lempira ha seleccionado 3 maridajes clásicos que funcionan estupendamente bien, y que pueden probar estas navidades:

      Foie Gras y Sauternes


Una de las combinaciones clásicas más deliciosas de la historia de los maridajes es aquella que se consigue con un buen Foie Gras mi-cuit (hígado de pato o ganso) y un buen Sauternes, vino dulce elaborado con Sémillion, Sauvignon Blanc y Muscadelle en la región de Burdeos. La grasa y los potentes y profundos sabores salados del Foie se ven realzados por la delicadeza y dulcedumbre de este tipo de vinos… mucho más aún, si uno se decanta por hacer este maridaje con un Château d’Yquem, uno de los vinos más exclusivos y deliciosos del mundo, cuyas botellas llegan a costar 20.000 €, 50.000 € o incluso más... 

Como normalmente no tenemos ese dinero en el bolsillo, el Lempira recomienda hacer el maridaje de Foie Gras (que se puede encontrar en algunas tiendas especializadas como Via Nova, o, en ocasiones, en Arno) con un excelente vino dulce del que hablamos aquí: un Riesling chileno llamado Nectaria. La combinación es mágica. ¡Hagan la prueba estas Navidades! estarán comiendo el maridaje de los Reyes Absolutos Franceses: simplemente tienen que ingerir un trozo de Foie Gras sobre una fina tostada de pan y, a continuación, beber un poco de Nectaria. ¡Vuelen!




-        Anchoas y Pedro Ximenez

Otra combinación clásica y deliciosa de maridaje “por contraste” (alimento salado - vino dulce) es la que se consigue mediante las anchoas en conserva de alta calidad (como las anchoas del Cantábrico, o las anchoas de La Escala, ambas españolas) y el vino dulce Pedro Ximénez; un vino producido en las denominaciones de origen Jerez y Montilla Moriles, en Andalucía, mediante el sistema de criaderas y soleras. La potencia salina de la anchoa contrasta con la potencia del dulzor del Pedro Ximénez, creando una maravillosa sensación salada-dulce en boca. Entre los Pedro Ximénez más interesantes del mundo, podrían destacarse el Alvear 1830 (DO Montilla Moriles), o el PX Niños de la bodega Valdestino (DO Jerez). Ambos superan los 150 € la botella, si bien es cierto que hay deliciosos Pedro Ximenez por 5 € la botella. El problema es que nadie importa ese tipo de vino dulce a Honduras...

Sin embargo, es posible aventurarse a sustituir el Pedro Ximenez por algún vino dulce hondureño de frutas (moras, por ejemplo), y ver qué tal funciona. El Lempira no ha hecho la prueba aún, pero lo tiene pendiente (en breve postearemos sobre un estupendo lugar en La Tigra en el que se producen vinos y mermeladas de moras). 

La idea sería: cortar una rodaja de pan de calidad (por ejemplo, de Arno, o de El Hogar), tostarlo ligeramente, añadir Aceite de Oliva Virgen Extra, untar el pan con aceite con tomate natural (cortar un tomate por la mitad y restregarlo sobre el pan), situar encima la anchoa (se pueden encontrar latas de anchoas en La Colonia, aunque, desgraciadamente no importan las anchoas buenas de verdad). Comer un trozo... y luego, beber un poco de vino dulce de moras. Definitivamente no es lo mismo... ojalá alguien se animara a importar PX, porque es uno de los mejores vinos del mundo (y no necesariamente caro).



-        Filet Mignon y vino tinto de La Rioja

La combinación de carne con vino tinto es también un maridaje por complementación clásico. Los sabores de la carne, salinos, junto al toque mineral de la sangre, le van a las mil maravillas a ciertos vinos tintos. Especialmente aquellos que, con años, han desarrollado aromas y sabores de tipo terciario. Un buen Filet Mignon con salsa de hongos, marida perfectamente con un buen vino de la Rioja, como por ejemplo, un Viña Tondonia Gran Reserva con largos años de botella (¿quizás un 1964?).



Si no encuentran ese vino, porque, una vez más, nadie lo importa a Honduras... es posible probar con los Marqués de Riscal. Un Gran Reserva de Marqués de Riscal es, sin duda, una opción 
ES PEC TA CU LAR para acompañar carnes.

Hay más opciones de excelente maridajes... como las que se pueden inventar con los quesos del maestro quesero hondureño Carlos Guerra (San Rafael, Copán), del que hablamos aquí, aquí y aquí. Tenemos pendiente juntarnos con él y plantear maridajes perfectos con sus quesos. A ver si concretamos la jornada de trabajo (y disfrute!). Por lo pronto, alguna combinación se puede probar en el local donde mejor tratan al vino de toda Tegucigalpa y probablemente Honduras: Copacafé, al que debemos un post, definitivamente.

Un abrazo Lempiras... y ya saben: inventen nuevos maridajes!! (y cuenten qué tal salió el invento!)

El gráfico de los distintos maridajes es una elaboración de winefolly
La imagen del Foie Gras es una foto de ulterior epicure bajo licencia creative commons
La imagen de las anchoas es una foto de El Primer Paso Blog bajo licencia creative commons


miércoles, 26 de noviembre de 2014

Cesar Mariscos, Tela. Gran chile.

César Mariscos goza de una inmejorable situación en primera línea de la hermosa playa de Tela, al tiempo que de una más que notable reputación en la zona, gracias, dicen, al buen hacer de años de duro trabajo. La agradable terraza del local, y su buen ambiente, unido a los efusivos comentarios que los y las lectoras del Lempira escribieron en el Facebook animándolo a probar su chile y sus platos marineros, fueron motivo más que suficiente para decantarse por esta opción.


El restaurante forma parte del complejo Hotel Cesar Mariscos, un edificio de 3 plantas situado en primera línea del paseo marítimo de Tela. Una bonita terraza con varias mesas alargadas de madera de color vestidas con pasamanteles azules, prolonga la sala principal y constituye el principal reclamo del restaurante cuando uno lo mira desde la blanca y fina arena teleña. La entrada por la puerta lateral, conduce al comensal por la recepción del Hotel antes de acceder a su sala. Una sala amplia decorada con algunos objetos marineros, algún cuadro de inspiración marina, y una combinación de colores más o menos agradable. Las mesas y sillas de madera, y sobre todo, la luz que inunda el espacio, hacen del lugar un ambiente agradable.


Los calores del caribe se compensan con bastantes ventiladores, aunque en ocasiones, el calor aprieta. De todos modos, el Lempira siempre prefiere comer con un poco de calor, que con los aires acondicionados puestos a toda marcha... además, no hay mejor excusa para arrancar la comida con una buena cerveza fría, o un buen cóctel.

En cualquier caso, si hay espacio en la terraza, no lo duden... miren qué vistas:


La carta de Cesar Mariscos se basa, como su nombre indica, en marisco. Mariscos y pescados de diferentes tamaños y tipos, unidos a ceviches o cócteles, sopas marineras, y algún que otro platillo de carne, se presentan en un menú no excesivamente largo (tampoco breve). Entre las entradas, destacan los ceviches y cocteles, a 160 L. Los hay de camarones, de caracol, de pescado y mixtos. Los caracoles se ofrecen en diferentes preparaciones: empanizados, al ajillo, empalizados con coco, a la mantequilla o a la plancha, al precio de 220 L.; igual que los camarones, que cuestan entre 242 L y 292 L. El pescado se ofrece entero frito y cuesta entre 180 y 350 según tamaño. También se ofrecen filetes de pescado a la parrilla, encebollados, en salsa jalapeña o de ajo, al precio de 220 L. Hay langosta, a 40 L. a Onza.

Las sopas, gran reclamo de Cesar Mariscos, son: sopa marinera a 230 L, sopa de caracol a 205 L., sopa de camarón a 199 L., y sopa de pollo a 150 L.

La mariscada de Cesar Mariscos, para 4 personas incluye camarones, caracol, pescado, ensalada verde, jaibas, solitas de caracol, tostones de plátano, rice and beans y pan de coco... a 1100 L. En temporada hay King Crab, a 400 L. que se sirve con ensalada versa, rice and jeans, pan de coco, y tajadas de plátano. Como carnes se ofrecen Filet Mignon a 305 L., pollo frito a 165 L., o punta de filete de res con chimichurri a 260 L.

El servicio del restaurante es bastante correcto. Amable, con ganas de agradar al comensal, bastante atento a sus necesidades y con conocimiento de la carta. Si bien, es preciso indicar que se notaron algunos desajustes que, si bien no fueron graves, podrían haberse evitado. En cualquier caso, la bebida llegó a la mesa rápido, y la comanda fue tomada en tiempo y forma.


Como parte del servicio es preciso destacar que a la mesa se sirve un delicioso pan de coco, ligeramente tostado, acompañado de un chile francamente memorable. El Lempira, que como saben, es un gran amante del picante, quedó absolutamente maravillado con los sabores, matices y profundidad del chile elaborado por Cesar Mariscos. Sin duda, una receta redonda en la que destaca el sabor potente del chile, compensado por notas ahumadas, ligeros puntos golosos y un toque herbáceo fantástico (lleva laurel). Uno de los mejore chiles de Honduras. ¡No se lo pueden perder!, sencillamente: ES PEC TA CU LAR, un 10 redondo (el Lempira compró 2 frascos).

El Lempira probó bastantes platillos diferentes... sopa marinera, algún cóctel de mixto, un plato de camarones, un pescado a la brasa (¿a la brasa?)

La sopa marinera, que es uno de los reclamos del restaurante, estaba rica pero no emocionaba. Si bien era una sopa con bastante sabor a marisco, el Lempira que come echaba de menos algo de punch, de esencia, de magia. Era, por así decirlo, una sopa marinera académica. Rica, pero... ¿sin alma?


El cóctel mixto, con camarones, pescado blanco, cebolla, chile verde y XXX combinaba correctamente. Era fresco y agradable al paladar. Una buena opción para el calor. El pescado blanco marinado en limón, los camarones con sabor algo justo y la salsita completaba un platillo que como entrante es bastante agradable.


Se esperaba mucho más del platillo de camarones. Los camarones eran bastante frescos, aunque pequeños, con una salsita a base de ajo y perejil. Las papas, ricas, y las verduritas salteadas a buen punto y sabrosas. Resultaron más apetecibles los acompañantes que los camarones.



El pescado a la brasa que llegó a la mesa resultó no ser el pescado que había dicho la mesera. Cuando el Lempira que come le preguntó por ello, muy atentamente la mesera le dijo que no, que, en efecto, era otro. Además de este detalle que, definitivamente, no debería suceder en un tan reputado restaurante, el Lempira tiene la sensación de que el pescado servido no estuvo elaborado a las brasas. Por así decirlo, le pareció que solamente rozó la parrilla en algún momento. El aroma ahumado brillaba por su ausencia. En cualquier caso, el sabor del pescado estaba bien  y su punto de cocción era bastante adecuado.


La carta de bebidas ofrece numerosos tragos a precios comprendidos entre los 45 L. y los 80 L., las cervezas nacionales cuestan 44 L., los refrescos 27 L. La carta de vinos, brilla por su ausencia: "copa de vino" es lo que se ofrece, al precio de 60 L. Definitivamente Cesar Mariscos podría apostar por el vino blanco, el jerez y los espumosos. Teniendo en cuenta su oferta gastronómica, ese tipo de vinos podrían ser un éxito. Sin embargo, una vez más y van ya cientos, el vino sigue sin ser bien tratado, ni bienvenido... una lástima para los amantes de tan mágico producto.

En resumen: Cesar Mariscos es un opción recomendable. Lo servido estuvo entre correcto y rico, pero sólo  enamoró el impresionante chile. Un chile absolutamente memorable, que vale hasta el último kilómetro recorrido para llegar hasta ahí. 



Categoría "Restaurantes" Cesar Mariscos, Tela
Puntuación
Entorno
7.9
Servicio
7.2
Servicio Vino
4
Comida
7.5


Puntuación Media
7
Relación Calidad Precio
7