miércoles, 26 de noviembre de 2014

Cesar Mariscos, Tela. Gran chile.

César Mariscos goza de una inmejorable situación en primera línea de la hermosa playa de Tela, al tiempo que de una más que notable reputación en la zona, gracias, dicen, al buen hacer de años de duro trabajo. La agradable terraza del local, y su buen ambiente, unido a los efusivos comentarios que los y las lectoras del Lempira escribieron en el Facebook animándolo a probar su chile y sus platos marineros, fueron motivo más que suficiente para decantarse por esta opción.


El restaurante forma parte del complejo Hotel Cesar Mariscos, un edificio de 3 plantas situado en primera línea del paseo marítimo de Tela. Una bonita terraza con varias mesas alargadas de madera de color vestidas con pasamanteles azules, prolonga la sala principal y constituye el principal reclamo del restaurante cuando uno lo mira desde la blanca y fina arena teleña. La entrada por la puerta lateral, conduce al comensal por la recepción del Hotel antes de acceder a su sala. Una sala amplia decorada con algunos objetos marineros, algún cuadro de inspiración marina, y una combinación de colores más o menos agradable. Las mesas y sillas de madera, y sobre todo, la luz que inunda el espacio, hacen del lugar un ambiente agradable.


Los calores del caribe se compensan con bastantes ventiladores, aunque en ocasiones, el calor aprieta. De todos modos, el Lempira siempre prefiere comer con un poco de calor, que con los aires acondicionados puestos a toda marcha... además, no hay mejor excusa para arrancar la comida con una buena cerveza fría, o un buen cóctel.

En cualquier caso, si hay espacio en la terraza, no lo duden... miren qué vistas:


La carta de Cesar Mariscos se basa, como su nombre indica, en marisco. Mariscos y pescados de diferentes tamaños y tipos, unidos a ceviches o cócteles, sopas marineras, y algún que otro platillo de carne, se presentan en un menú no excesivamente largo (tampoco breve). Entre las entradas, destacan los ceviches y cocteles, a 160 L. Los hay de camarones, de caracol, de pescado y mixtos. Los caracoles se ofrecen en diferentes preparaciones: empanizados, al ajillo, empalizados con coco, a la mantequilla o a la plancha, al precio de 220 L.; igual que los camarones, que cuestan entre 242 L y 292 L. El pescado se ofrece entero frito y cuesta entre 180 y 350 según tamaño. También se ofrecen filetes de pescado a la parrilla, encebollados, en salsa jalapeña o de ajo, al precio de 220 L. Hay langosta, a 40 L. a Onza.

Las sopas, gran reclamo de Cesar Mariscos, son: sopa marinera a 230 L, sopa de caracol a 205 L., sopa de camarón a 199 L., y sopa de pollo a 150 L.

La mariscada de Cesar Mariscos, para 4 personas incluye camarones, caracol, pescado, ensalada verde, jaibas, solitas de caracol, tostones de plátano, rice and beans y pan de coco... a 1100 L. En temporada hay King Crab, a 400 L. que se sirve con ensalada versa, rice and jeans, pan de coco, y tajadas de plátano. Como carnes se ofrecen Filet Mignon a 305 L., pollo frito a 165 L., o punta de filete de res con chimichurri a 260 L.

El servicio del restaurante es bastante correcto. Amable, con ganas de agradar al comensal, bastante atento a sus necesidades y con conocimiento de la carta. Si bien, es preciso indicar que se notaron algunos desajustes que, si bien no fueron graves, podrían haberse evitado. En cualquier caso, la bebida llegó a la mesa rápido, y la comanda fue tomada en tiempo y forma.


Como parte del servicio es preciso destacar que a la mesa se sirve un delicioso pan de coco, ligeramente tostado, acompañado de un chile francamente memorable. El Lempira, que como saben, es un gran amante del picante, quedó absolutamente maravillado con los sabores, matices y profundidad del chile elaborado por Cesar Mariscos. Sin duda, una receta redonda en la que destaca el sabor potente del chile, compensado por notas ahumadas, ligeros puntos golosos y un toque herbáceo fantástico (lleva laurel). Uno de los mejore chiles de Honduras. ¡No se lo pueden perder!, sencillamente: ES PEC TA CU LAR, un 10 redondo (el Lempira compró 2 frascos).

El Lempira probó bastantes platillos diferentes... sopa marinera, algún cóctel de mixto, un plato de camarones, un pescado a la brasa (¿a la brasa?)

La sopa marinera, que es uno de los reclamos del restaurante, estaba rica pero no emocionaba. Si bien era una sopa con bastante sabor a marisco, el Lempira que come echaba de menos algo de punch, de esencia, de magia. Era, por así decirlo, una sopa marinera académica. Rica, pero... ¿sin alma?


El cóctel mixto, con camarones, pescado blanco, cebolla, chile verde y XXX combinaba correctamente. Era fresco y agradable al paladar. Una buena opción para el calor. El pescado blanco marinado en limón, los camarones con sabor algo justo y la salsita completaba un platillo que como entrante es bastante agradable.


Se esperaba mucho más del platillo de camarones. Los camarones eran bastante frescos, aunque pequeños, con una salsita a base de ajo y perejil. Las papas, ricas, y las verduritas salteadas a buen punto y sabrosas. Resultaron más apetecibles los acompañantes que los camarones.



El pescado a la brasa que llegó a la mesa resultó no ser el pescado que había dicho la mesera. Cuando el Lempira que come le preguntó por ello, muy atentamente la mesera le dijo que no, que, en efecto, era otro. Además de este detalle que, definitivamente, no debería suceder en un tan reputado restaurante, el Lempira tiene la sensación de que el pescado servido no estuvo elaborado a las brasas. Por así decirlo, le pareció que solamente rozó la parrilla en algún momento. El aroma ahumado brillaba por su ausencia. En cualquier caso, el sabor del pescado estaba bien  y su punto de cocción era bastante adecuado.


La carta de bebidas ofrece numerosos tragos a precios comprendidos entre los 45 L. y los 80 L., las cervezas nacionales cuestan 44 L., los refrescos 27 L. La carta de vinos, brilla por su ausencia: "copa de vino" es lo que se ofrece, al precio de 60 L. Definitivamente Cesar Mariscos podría apostar por el vino blanco, el jerez y los espumosos. Teniendo en cuenta su oferta gastronómica, ese tipo de vinos podrían ser un éxito. Sin embargo, una vez más y van ya cientos, el vino sigue sin ser bien tratado, ni bienvenido... una lástima para los amantes de tan mágico producto.

En resumen: Cesar Mariscos es un opción recomendable. Lo servido estuvo entre correcto y rico, pero sólo  enamoró el impresionante chile. Un chile absolutamente memorable, que vale hasta el último kilómetro recorrido para llegar hasta ahí. 



Categoría "Restaurantes" Cesar Mariscos, Tela
Puntuación
Entorno
7.9
Servicio
7.2
Servicio Vino
4
Comida
7.5


Puntuación Media
7
Relación Calidad Precio
7


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