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jueves, 15 de octubre de 2015

Los 50 mejores restaurantes de Latinoamérica 2015 son...

Como es ya costumbre anual, la revista Restaurant divulgó su lista de los 50 mejores restaurantes de Latinoamérica para 2015... Una lista plagada de luces y sombras, profundamente controvertida tanto por las ausencias como por algunas presencias, pero una lista global que se ha hecho "trendy".

Al Lempira que come esta lista le produce siempre desazón y algo de rabia... sin embargo el sentimiento que mejor define cómo éste se siente es la incomprensión: ¿Cómo puede esta lista ignorar sistemáticamente el trabajo de grandes y reconocidos Chefs como Daniel Ovadia?, ¿cómo puede esta lista llamarse latinoamericana y no incorporar si quiera un restaurante de Centroamérica y El Caribe?, ¿cómo pueden mezclarse en la lista restaurantes gastronómicos con menús degustación de 20 o 30 pasos, con restaurantes tipo Bistrot?


Muchas preguntas, pocas respuestas... pero aún hay más: la metodología de clasificación no es pública. Es decir, nadie sabe a ciencia cierta qué es aquello que los críticos valoran en los restaurantes que visitan, ni cuáles son los pesos ponderados; lo cual, claro, oscurece el resultado final y sirve para levantar sospechas...

En cualquier caso, el Lempira que come está muy contento con la presencia en los primeros puestos de restaurantes que, para él, son referente:

  • Central, el número 1 de la lista, y el 4º del mundo es un restaurante que vale la pena probar... el menú degustación catado hace poco menos de dos meses merece el reconocimiento de ser el mejor de Latinoamérica (no así el reconocimiento de ser el 4º mejor del mundo, pues, definitivamente, el Lempira ha probado mejores menús degustación que éste).


En cualquier caso, se trata, sin duda, de un restaurante referencia. Menú plagado de técnicas de alta cocina, gran precisión en las elaboraciones, buenas combinaciones, y un importante trabajo de investigación para acercar los sabores olvidados del Perú al mundo entero.


Para la memoria histórica del Lempira que come quedará un plato elaborado a base de uno de los productos más humildes de nuestra tierra: las papas criollas (foto superior). ¡Qué plato! qué profundidad de sabores, qué armonía, qué potencia sápida, qué contraste de texturas... sencillamente, una de las mejores elaboraciones probadas en la vida!

  • Ástrid y Gastón, el número 3 de la lista, es un gran restaurante y referente mundial. El Lempira pudo degustar su extraordinario menú histórico hace a penas un año y medio, que hacía un repaso por los mejores platos de los últimos 20 años de su historia.

Este restaurante, además, es reconocido por haber sido pionero en aplicar técnicas de alta cocina a la gastronomía peruana, colocando a ésta entre las más valoradas del mundo.


  • Maido, el 5º de la lista es un referente entre los restaurantes Nikkei, que mezclan la tradición japonesa con las influencias peruanas. El Chef, Mitsuharu Tsumura, es el más reconocido del mundo en este tipo de cocina fusión. 

Elaboraciones llenas de elegancia, precisión y profundidad caracterizan su menú degustación. Un imprescindible...


  • Pujol, el referente mundial de la gastronomía mexicana, en el puesto 9 de la lista. Alta cocina con técnicas de vanguardia aplicadas a los ingredientes y elaboraciones tradicionales de la magnífica gastronomía mexicana. 


  • Gustu, el restaurante boliviano más interesante. Quizás el mejor restaurante andino... Influencia nórdica de la mano de su Chef, Kamilla Seidler (parte del equipo de Noma, 3 veces mejor restaurante del mundo), esencia andina. Investigación con ingredientes autóctonos, apuesta por la sostenibilidad, y un proyecto de integración social supremamente atractivo hacen de este restaurante no sólo una referencia, sino un proyecto de vida.


Como contrapunto,  no se pude comprender cómo Quintonil ocupa el 6º puesto en la lista. Definitivamente, el menú disfrutado en dicho restaurante mexicano era correcto... pero no mucho menos como para recibir semejante reconocimiento... Tampoco se entiende el ligero descenso de Pujol en la lista, ni la ausencia de Paxia (una vez más!)


Por su parte, la presencia de La Mar en el puesto 12 de la lista es ejemplo paradigmático del batiburrillo de ésta. No cabe duda de que La Mar es un IMPRESCINDIBLE de Lima... sin embargo, no es un restaurante gastronómico. Carece de menú degustación, y su excelente oferta se enmarca dentro de lo que podría considerarse una taberna, o un pequeño bistrot.

La Mar no es un restaurante que pretenda competir ni en servicio, ni en cocina, ni en local, con los grandes restaurantes del mundo. Y, de hecho, así se presenta: como una cebichería tradicional, modernizada. Incluirlo en el puesto 12 de una lista de restaurantes gastronómicos, en opinión del Lempira, carece de sentido. Es como si pusiéramos a competir en la misma categoría a un puesto de comida callejero, con un restaurante de prestigio. Sencillamente no es posible, por mucho que se pueda disfrutar más en un puesto callejero que en un restaurante afamado. Son dos cosas diferentes que no cabe comparar.


En cualquier caso, no lo duden... si visitan Lima, no se pierdan La Mar... esa fuente de conchas estaba impresionante!


Y por último... un reclamo: OTRA vez más, no hay ningún restaurante de Centroamérica y El Caribe en la lista. Vergüenza!.

El Lempira que come, piensa que debería incluirse en ella al restaurante guatemalteco situado en Antigua,  Casa Santo Domingo, que presenta un sólido menú degustación elaborado por el Chef Mario Compollo, en un marco absolutamente espectacular.



Ahí va la lista completa de los mejores restaurantes de Latinoamérica 2015:

  1. Central, de Virgilio Martínez en Lima
  2. Boragó, de Rodolfo Guzmán, en Santiago de Chile
  3. Astrid y Gastón, con Diego Muñoz al frente y englobado en el grupo de Gastón Acurio
  4. D.O.M., de Álex Atala, en Sao Paulo.
  5. Maido, de Mitsuharu Tsumura‘Micha’, en Lima.
  6. Quintonil, de Jorge Vallejo, en México D.F.
  7. Tegui, de Germán Martitegui, en Buenos Aires (Argentina)
  8. Maní, de Helena Rizzo y Daniel Redondo, en Sao Paulo.
  9. Pujol, de Enrique Olvera, en D.F.
  10. Biko, liderado por los españoles Bruno Oteiza y Mikel Alonso, en D.F.
  11. Parador La Huella, de Jose Ignacio, en Uruguay.
  12. La Mar, en Lima Perú.
  13. Pangea, en Monterrey, México.
  14. Roberta Sudbrack, en Río de Janeiro, Brasil.
  15. El Baqueano, en Buenos Aires, Argentina.
  16. Lasai, en Río de Janeiro, Brasi.l
  17. Gustu, en La Paz, Bolivia.
  18. Criterión, en Bogotá, Colombia.
  19. La Cabrera, en Buenos Aires, Argentina.
  20. Malabar, en Lima, Perú
  21. Chila, en Buenos Aires, Argentina.
  22. Amaranta, en Toluca, México.
  23. Olympe, en Río de Janeiro, Brasil.
  24. Harry Sasson, en Bogotá, Colombia.
  25. Osaka, en Santiago de Chile.
  26. Épice, en Sao Paulo, Brasil.
  27. Sud777, en México City, México.
  28. Aramburu, en Buenos Aires, Argentina.
  29. Alto, en Caracas, Venezuela.
  30. El Cielo, en Bogotá, Colombia.
  31. Fiesta, en Lima, Perú.
  32. Ambrosía, en Santiago de Chile.
  33. Leo, en Bogotá, Colombia.
  34. Osso Carnicería y Salumería, en Lima, Perú.
  35. Mocotó, en Sao Paulo, Brasil.
  36. La Pincantería, el Lima, Perú.
  37. Elena, en Buenos Aires, Argentina.
  38. Remanso do Bosque, en Belem, Brasil.
  39. Oviedo, en Buenos Aires, Argentina.
  40. La Bourgogne, en Punta del Este, Urugay.
  41. Máximo Bistrot, en México City, México.
  42. Andrés Carne de Res, en Chia, Colombia.
  43. Restó, en Buenos Aires, Argentina.
  44. Rosetta, en México City, México.
  45. Don Julio, en Buenos Aires, Argentina.
  46. 99, en Santiago de Chile.
  47. Nicos, en México City, México.
  48. Tarquino, en Buenos Aires, Argentina.
  49. Dulce Patria, en México City, México.
  50. Rafael, en Lima, Perú.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Para comer quiero una tilapia y... ¡un poco de Plancton!

Hoy el Lempira que come quiere hablar del descubridor del Plancton como alimento humano. Ángel León, uno de los Chefs más importantes del mundo, con 2 estrellas Michelín en sus espaldas y cientos de premios gastronómicos de gran prestigio.


El dueño y Chef del restaurante "A Poniente" en el Puerto de Santa María, Cádiz (lugar desde el cual partieron las fragatas mediante las que Cristobal Colón conquistó nuestras tierras), y de "BistrEeau" en Barcelona, Ángel León, se ha ganado el apodo de "Chef del Mar", por su amor, dedicación y conocimiento del mundo marino.

Entre sus cientos de deliciosas elaboraciones realizadas a base de pescado, mariscos y algas, destaca por encima de todas una... y es que Ángel León es el descubridor del Plancton como ingrediente apto para la alimentación humana.

Y damos fe: el Plancton tiene un sabor ES PEC TA CU LAR, pues el Lempira tuvo ocasión de probarlo durante su magnífico #ViajealasEstrellas cuando visitó BistrEau (en breve postraremos la crónica).

Para saber más de este producto y aprovechando que el nuevo programa de Televisión "El Chef del Mar" puede encontrarse en Youtube, los dejamos con su propio protagonista, quien en este vídeo cuenta con detalle qué lo movió a descubrir este producto y cómo lo hizo...

Disfruten de la pasión del Chef del Mar!!


Un saludo Lempiras!

lunes, 20 de julio de 2015

Receta: Pargo Rojo (Red Snapper) a la parrilla con un toque Thai + Viña de Martín Escolma 2008. ES PEC TA CU LAR!!!

El Lempira que come decidió levantarse pronto -muy pronto: las 6 de la mañana-, y visitar el Mercado de La Isla el pasado Jueves, justo cuando entra nueva mercancía fresca a las pescaderías... Y valió la pena el madrugón, porque encontró bastantes pescaditos interesantes, como por ejemplo Picudas (también llamadas barracudas) a 25 L. la libra, Macarelas (al mismo precio), filetes de Manta Raya, además de los clásicos Camarones, Almejas, Curiles, etc.


Terminó decantándose por ese hermoso Pargo Rojo (Red Snapper) que ven en la foto. Un ejemplar de un par de libras regalado por Poseidón... Por cierto, linda camisa la de la parte que más chupa del Lempira, ¿no? la compró en una pequeña tienda de West End, donde las venden al módico precio de 160 L.

En La Isla, aprovechando el viaje, el Lempira adquirió también unas hermosas Picudas que preparó utilizando la más tradicional de las tradicionales recetas vascas: la salsa verde. Aunque eso será motivo de otro post. En esta ocasión, toca dar cuenta de cómo preparar un ES PEC TA CU LAR Pargo Rojo a la parrilla aderezado con una estupenda salsa de inspiración Thai...

¡MUCHO OJO!, porque esta es una realmente buena, buena, buena receta
de Red Snapper que el Lempira elaboró con algunas modificaciones a partir de la publicada por Louise Fitzroy, cortesía de Manuel Parianos... ¡No pierdan detalle!

Ingredientes para el Pargo:
- 1 Pargo Rojo de 2 libras, limpio y sin escamas.
- 2-3 Cucharadas soperas de Aceite de Oliva Virgen Extra.
- 3 Dientes de ajo machacados.
- 2.5 Centímetros de Jengibre pelado y machacado.
- 2.5 Centímetros de piel de lima o un poco de Zacate de limón.
- Un manojo de hierbas frescas como Menta y Cilantro. Sal y Pimienta.

Ingredientes para la salsa Thai:
- 1 Diente de ajo machacado
- 1 Cmts de Jengibre pelado y machadado
- 1 Chile cabro rojo fresco en lonchas finitas (se puede utilizar cualquier otro chile rojo picante fresco)
- 1 Cucharada de Azúcar negra.
- El jugo de dos limones persas.
- 1 Cucharada generosa de Salsa de Pescado (Fish sauce, que pueden encontrar en Yeep).
- La parte verde de una cebolleta tierna fileteada.

Preparación:

  • Preparar brasas de leña o carbón y dejar que atemperen un poco (debes ser capaz de tender la mano a unos 30 centímetros de las brasas durante unos 5 segundos). 

  • Cortar las aletas del Pargo y hacer 3 o 4 incisiones horizontales (de 1 centímetro de profundidad) sobre cada uno de los lomos del pescado . Secar el pescado con papel de cocina.

  • Mezclar el manojo de hierbas frescas y la piel de limón e introducirlo en la cavidad del pescado. Salpimentar.

  • Mezclar en el Aceite de Oliva Virgen Extra, los 3 dientes de ajo machacados y los 2.5 centímetros de jengibre. Hacer una pasta. Si fuera necesario añadir un poco más de aceite. Untar todo el pescado con esta mezcla, procurando que penetre en la zona de los cortes. Debe sobrar un poco de esta pasta que utilizaremos de base para la salsa.


  • Colocar la pieza sobre las brasas durante 10 minutos. Dar vuelta para asar el otro lomo otros 8 - 10 minutos, con mucho cuidado para que la piel, ya tostadita, no se quede pegada en la parrilla (tal como sí le sucedió al Lempira). Volver a voltear -o tapar- durante un par de minutos para que el lomo superior vuelva a coger temperatura.


  • Mientras el pescado está asándose, preparar la salsa Thai: tomar como base la pasta de ajo, jengibre y aceite que se utilizó para marinar el pescado. Agregar a ésta 1 diente más de ajo y 1 centímetro más de jengibre (podría ser menos de haber sobrado mucha pasta), el chile rojo fileteado (si te gusta más picante, puedes poner más... si no toleras mucho el picante pon sólo medio chile, pero sí te recomienda el Lempira que algo de chile siempre le incorpores a esta salsa, aunque no seas muy fanático del picante, pues le da al pescado otra dimensión), el azúcar moreno, el jugo de 2 limones y la cucharada generosa (o 2) de salsa de pescado. Revolver bien para que se integre el azúcar, situar en una sartén caliente y llevar a ebullición. Dejar reducir un 25%. Retirar del fuego y agregar la parte verde de la cebolleta fileteada.


Para degustar... servir el Pargo asado sobre una fuente y colocar la salsa en un recipiente aparte para que cada comensal se ponga la cantidad deseada. Para acompañar el pescado, pueden asarse a la brasa algunas verduras como ayotes, chiles dulces y cebolla. Además, una ensalada a base de tomates frescos y cebolletas aderezada con aceite de oliva, limón y sal va perfecto.

El Lempira, se decantó por hacer unos pinchos de camarones con cebolleta tierna y chile dulce rojo, a los que también marinó con la pasta de aceite, ajo y jengibre... el resultado: magnífico.


La comida fue un auténtico festín... Estaba tan bueno todo que olvidamos sacar fotos al estupendísimo Pargo ;)

Para tomar, un impresionante Viña de Martín Escolma 2008. Vino elaborado a partir de las uvas autóctonas gallegas Treixadura, Albariño, Lado y Torrontés de la Denominación de origen Ribeiro, elaborado por uno de los artesanos del vino que más fascinan al Lempira: Luis Anxo Rodríguez. De esta añada se embotellaron, únicamente, 1930 botellas!! un vino de culto...


Color amarillo dorado con brillantes reflejos oro y lágrima densa... en nariz repleto de aromas a fruta blanca como pera y manzana, pasado el tiempo cargamentos de membrillo, y notas de pipas tostaditas... en boca elegante y profundo, con una muy buena acidez que le augura todavía algunos años...



Categoría: Vino. 
Viña de Martín Escolma 2008
Puntuación
Cata
93.5
Relación Calidad Precio
7


No lo duden, disfruten de esta impresionante receta, una de las favoritas del Lempira que come!!!

jueves, 18 de junio de 2015

Las mejores escenas gastronómicas en la historia del cine






Es sabido que el Lempira que Come es también un fanático del cine... y así como antes ha unido sus pasiones y compartido con Ustedes algunas de las "películas gastronómicas" que considera las mejores de la historia, hoy quiere contarles sobre algunas de las escenas inolvidables del cine que tienen en la comida o la bebida uno de sus ingredientes principales. 

Se nos ocurren muchas escenas que merecería la pena compartir con los amantes de la comida y el cine (y que, claro está, no son parte de una película fundamentalmente gastronómica); son tantas que hemos decidido entregarlas por partes. Van las primeras cinco:



1. La cena en prisión de Goodfellas

Nuestra escena favorita en esta magnífica película de Martin Scorsese. 

Un grupo de mafiosos italo-americanos en prisión, prepara la cena: un plato de pasta y uno de carne. Admiramos la impecable técnica de Paul Cicero para cortar "láminas de ajo tan finas, que se deshacen en la sartén con sólo un poco de aceite..."





2. "Tráigame lo que ella está comiendo" en Cuando Harry encontró a Sally

Ya en la primera parte de la película escuchamos a Sally, personaje interpretado por Meg Ryan, ordenar: 

"una ensalada del chef, con el vinagre y el aceite a un lado. Y un pie de manzana a la mode (caliente, y con el helado a un costado, no sobre el pie)... el helado debe ser de fresa o de vainilla; si no tiene,  démelo sin helado pero con crema batida... pero sólo si utilizan nata auténtica. De lo contrario, sólo el pay... pero no caliente". 


Y más adelante, ese momento verdaderamente memorable que no podía faltar en este post: nos encontramos con la inolvidable escena de la protagonista fingiendo un orgasmo en un restaurante.

La escena fue filmada en el Katz´s Delicatessen de Nueva York; en ella, Sally argumenta que los hombres no saben reconocer un orgasmo falso y para probarlo finge uno en pleno restaurante, mientras el resto de comensales miran anonadados. La escena termina cuando Sally tranquilamente, una vez probado su punto, vuelve a degustar su comida al tiempo que la cliente de una mesa cercana le dice al camarero "tomaré lo mismo que ella está comiendo"





3. El recorrido por " Land of Candy" en Charlie y la Fábrica de Chocolate

Todos soñamos con visitar la fábrica de chocolate del excéntrico Willy Wonka... en esta escena, recorremos esa maravillosa tierra de golosinas con ríos y cascadas de chocolate, grama dulce y frutas de azúcar. 




4. Aprendiendo a cascar huevos en Sabrina

¿Cómo no adorar a Audrey Hepburn? En esta escena de la película Sabrina la vemos aprendiendo a cascar huevos en una academia culinaria parisina...  

En 1954 la cocina estaba tan de moda como ahora; no así en el remake de la película lanzado en 1995 en el que Julia Ormond no es una chef, si no una fotógrafa.  Luego de una primera clase en la que aprendió a "hervir el agua", Sabrina tiene algo de dificultades rompiendo los huevos...







5. La romántica cena de La Dama y el Vagabundo

Un clásico animado de 1955... todos hemos visto el icónico momento Disney en el que una fina Coquer Spaniel y un Perro callejero comparten un plato de espagueti y albóndigas al son de la romántica melodía de Bella Notte. 





martes, 9 de junio de 2015

Priorat, paraíso de la viticultura: visita al Celler Mas Doix y Celler Scala Dei

El pasado #ViajealasEstrellas condujo al Lempira de restaurante en restaurante, y de región vitivinícola en región vitivinícola. Tras visitar en Montilla Moriles una de las mejores bodegas del mundo (ver post aquí), Burdeos y el maravilloso pueblo de Saint Emilion, cuna de la viticultura francesa y casa de una de las regiones vínicas más prestigiosas e impresionantes, le tocó el turno a Gratallops y Poboleda, epicentro de la Denominación de Origen del Priorat, a unos 100 Kmts al sur de Barcelona, cerca de Tarragona y Reus.

¿Qué tal las vistas desde Siurana?


Y es que la elaboración de los vinos en la zona del Priorat se remonta hasta nada más y nada menos que 1194, cuando los Monjes Cartujos, provenientes de La Provenza, se establecieron en la zona tras comprobar, cuenta la leyenda, cómo del pino más alto de la región en frías y oscuras noches emergía una escalera por la que ascendían y descendían los ángeles.


Quizás sea esta la razón por la que los vinos del Priorat tengan semejante potencia y a la vez sedosidad, descaro y a la par armonía, opulencia y profundidad, garra y terciopelo... quizás sucede que durante las noches de invierno son los ángeles quienes, antes de volver al cielo, hacen parada en alguna de las bodegas de la zona. No en vano, es mundialmente sabido que la cantidad de vino que se filtra por los poros de las barricas de roble durante el proceso de crianza (entre el 1% y el 5% al año), es el vino que se beben los ángeles... la parte de los ángeles, se suele decir.

Pues bien, estos ángeles, los que pasan por Priorat, además de tomarse su correspondiente parte, deben hacer algo más... sobre todo en los últimos años, porque la calidad de los caldos de la zona no deja de aumentar... Aunque parte del mérito habrá que atribuírsela, sin duda, al conjunto de nuevos enólogos que hace ya un par de décadas redescubrieron la potencialidad de un paraje milenario... Álvaro Palacios, uno de los elaboradores más reconocidos de España, ha sido el responsable de volver a poner de moda a los ángeles del Priorat con un vino que mucho tiene de espiritual: 

L'Ermita.


Elaborado con viñas centenarias de la uva Garnacha y Cariñena situadas en la mágica finca de la Ermita de Gratallops, este impresionante vino hace las delicias de los mortales año a año. Los afortunados que pueden pagar el precio de la botella (unos 1000€, esto es: 25,000 L.) disfrutan de la magia que se esconde en este enclave...


Impresionantes las viñas de L'Ermita, situadas justo al lado de la escalera al cielo que utilizan los ángeles de la zona... ¿no es maravilloso?

Desafortunadamente no hubo suerte, y Álvaro no se encontraba en la zona, motivo por el cual el Lempira se quedó sin poder probar L'Ermita. En cualquier caso, no son los vinos de Álvaro Palacios los únicos vinos mágicos e imprescindibles del Priorat... bodegas como la de Esther Nin, Terrorir al Límit, Martinet, Ferrer Bobet, Clos Mogador, Scala Dei o Mas Doix (entre otros muchos), están elaborando verdaderas joyas de prestigio mundial.

Por eso, el Lempira que come, acompañado por su buen amigo y futuro enólogo Daniel Jiménez, aprovechó para visitar una de las bodegas familiares que le resultan más atractivas: 

Celler de Mas Doix. 

Fundada oficialmente en 1999, esta bodega tiene en realidad siglos de historia al ser resultado de la apuesta de las familias Doix y Llagostera por poner en el estandarte mundial el fruto de las históricas viñas de sendas familias: unas familias elaboradoras de vino desde el año 1850.


En la actualidad, la bodega situada en Poboleda, cuenta con varias hectáreas de viña repartida en los terroirs más prestigiosos de la zona, incluyendo 4 ha. de Cariñena sembrada en 1902 y otro tanto de Garnacha con más de 80 años... La combinación del saber hacer de las familias fundadoras de la bodega, unas impresionantes fincas con perfecta orientación, una excelente temperatura durante todo el año, unas impresionantes y sanas viñas viejas, y los mágicos suelos de pizarra (conocidos en la zona como suelos de licorella), no pueden dar como resultado otra cosa más que vinos de meditación. Vinos de disfrute máximo, vinos de clase mundial. 


Observen cómo las raíces de las viñas tienen que aprovechar las grietas que provoca el agua para penetrar en la pizarra... esta característica propia del Priorat es la que confiere a sus vinos un especial sabor y aroma...

Y miren el paisaje que nos muestra orgulloso Valentí, socio fundador de la bodega, que ofició de maestro de ceremonias conduciendo al Lempira por los viñedos de Garnachas viejas con los que elabora Doix. Sin duda, uno de los vinos que más disfruta el Lempira que come por su fragancia floral, por las toneladas de fruta roja y negra, por los balsámicos y por la profundidad y sedosidad de su opulento paso por boca, que seguramente guarde relación directa con el impresionante paisaje del que están hechas estas uvas...


Tras la visita al viñedo, paseo por la bodega... sala de crianza y explicaciones varias del proceso de elaboración de los vinos de Mas Doix (selección de uva, prensado suave, fermentación con levaduras autóctonas, y crianza en barricas nuevas de roble francés).


Para finalizar el recorrido: la cata con Valentí y uno de los enólogos de la bodega de prácticamente todos los vinos de Celler Mas Doix. El primero, Les Crestes 2012, un vino con 10 meses de crianza elaborado con viñas jóvenes de garnacha 80%, cariñena 10% y syrah 10%. Un vino fácil de beber, muy frutal y ágil, con mucha fruta roja en nariz y boca.


Tras éste, un Salanques 2011, un vino elaborado con viñas viejas de Garnacha (65%), Cariñena (25%)  y Syrah (10%) con una crianza de 14 meses en barricas nuevas y viejas de roble francés. Un vino más hecho, con buen acidez, mucha fruta en boca y la madera aún presente... mejorará con los años en botella. Al menos eso presagia el Lempira, porque el Salanques 2006 que cató a continuación estaba realmente impresionante. Redondo en boca, perfectamente integrada la madera, con notas frutales, balsámicos, y algo de tabaco... los taninos suaves y un final muy largo. Un excelente vino.

Pero aún había más: el Doix 2010 y el Doix 2007 para coronar la sesión. Ambos elaborados con viñas muy viejas de Cariñena (55%) y Garnacha (45%), y una crianza de 16 meses en barricas de roble francés. El primero muy vivo. Exuberante se podría decir. En plena juventud temprana. Es un vino que pide a gritos tiempo en botella para que termine de integrarse la madera y evolucionen sus aromas y sabores... potencial tiene a raudales. Muy buena acidez y mucha complejidad auguran a este vino un porvenir maravilloso. El mismo, sino incluso más, que el 2007: ES PEC TA CU LAR. Qué vino! mejor probarlo que describirlo. Sedosidad, armonía, elegancia no exenta de potencia sápida. Un vinazo.


En resumen: grato recuerdo con dedicatoria incluida para el Lempira que come, excelente trato de Valentí, muy instructiva visita a los viñedos y deliciosos los vinos de esta bodega... si van por la zona, no lo duden: Celler de Mas Doix.

Celler Scala Dei.
La bodega más longeva del Priorat, situada en el Rebost de la Cartoixa, a escasos kilómetros del monasterio de Scala Dei, elabora vinos ininterrumpidamente desde antes incluso de 1878, fecha en la que se etiquetó haciendo gala de la zona de elaboración -Priorat- por vez primera un cargamento de vino destinado a la Exposición Universal de París, donde ganó la medalla de oro.


Una bodega con muros de piedra y salas de crianza que datan del Siglo XVII, hacen de Scala Dei una visita obligada. Mas aún cuando ésta se hace guiados por Jaume Pujol, uno de los enólogos de la bodega, quien además de mostrar al Lempira las instalaciones de Scala Dei, le dio a catar alguno de los caldos que se encuentran en proceso de crianza...


En la actualidad, Scala Dei apuesta por los vinos de finca: vinos elaborados a partir de una rigurosa selección de las mejores parcelas de garnachas viejas con diferentes orientaciones y suelos. Utilizando diferentes procesos de elaboración y técnicas de maduración y crianza, como por ejemplo, fermentación con raspón, maduración en cemento sin paso por barricas, crianza en ánforas (como las que se encuentran enterradas bajo arcilla en la caja junto a la que se sitúa el enólogo Jaume Pujol) o en distintos tipos y tamaños de barricas de roble francés, consiguen transmitir la personalidad de cada Terroir maquillada con maestría.


El Lempira tuvo la fortuna de catar un vino elaborado a partir de la misma finca de garnachas viejas en 3 maduraciones diferentes: en cemento, en barrica de roble y en ánfora. Es impresionante sentir cómo el mismo vino, elaborado a partir de las mismas uvas y siguiendo exactamente el mismo proceso de elaboración se matiza tanto durante su proceso de maduración.

El primero, madurado durante 10 meses en cemento, era un vino punzante, muy fresco, con una acidez brillante y muchas notas de fruta roja. Un vino al que el tiempo en botella le sentará de maravilla. Un vino franco, directo y sin artificios de ningún tipo. Muy rico...

El segundo, con una crianza de unos 10 meses en barrica de roble francés, tostado medio, se sentía completamente dominado por la madera (algo normal teniendo en cuenta que estábamos catando el vino directamente de la barrica). Había perdido el descaro y la vivacidad que tenía el anterior vino, pero se le intuía cierta elegancia... El Lempira pensó que quizás mejoraría procediendo a realizar un coupage entre este vino y el madurado en cemento. El enólogo comentó que aún no tenían claro cómo saldrían estos vinos al mercado, pero que la bodega era partidaria de hacer una edición especial: un estuche con los 3 vinos.

El tercero, con una crianza de unos 10 meses en ánforas, era ES PEC TA CU LAR. Un vino para el recuerdo pues a la vivacidad del primero aunaba la elegancia del segundo, y, además, unas notas ahumadas tremendamente atractivas. Jaume Pujol comentó que este tipo de maduración les estaba saliendo cara, pues la porosidad de las ánforas multiplicaba la pérdida de vino por evaporación sensiblemente. El Lempira se acordó inmediatamente de los ángeles del Priorat... Qué buen gusto tenían: bebían más, del que más les gustaba...

La visita a Scala Dei concluyó con un regalillo muy especial... la cata de un Vi Ranci de 1976, un vino para el recuerdo, la meditación y el amor.


En resumen: visitar Scala Dei y catar sus garnachas vale la alegría. Más si es en compañía de un apasionado enólogo como Jaume. Muchas gracias por todo!



Y ya saben los y las lectores y lectoras... la vida es demasiado corta como para tomar mal vino!