viernes, 8 de noviembre de 2013

Carnitas "El Chele": El mejor chile, las mejores carnitas...

Pasadas ya 2 semanas del vil asesinato del Chele, recuperamos el ánimo para escribir sobre su cocina.


Probablemente la caseta de SalvaVida situada entre el estadio y el mayoreo, en la que este puesto de carnitas funcionaba, no fuera el mejor empaque. Probablemente uno no esperaría mucho de un lugar sucio, rodeado de un denso tráfico y su consecuente bulla, sin un baño decente y con numerosas goteras que incluso filtraban agua en días soleados. Techos descascarados, pintura repintada y desconchada, suelos gastados, mesas de madera polvorientas, un anafre casero que regenta la puerta de acceso principal y la figura grande, enorme, del Chele entrando y saliendo de su "cocina".

A simple vista, un humilde comedero, un puesto más.

Sin embargo, la fama que perseguía a las carnitas del Chele no era, ni mucho menos baladí. Sus carnitas eran localmente conocidas. Nacionalmente incluso. Y no lo eran sólo por la persona que estaba detrás de su elaboración. Sus carnitas eran reconocidas porque eran deliciosas. Como delicioso y muy picante, era su chile. Chile con receta de autor que jamás reveló. Un chile para papilas acostumbradas a lo duro, para gargantas con aguante... para machos, que diría el Chele.

En su puesto... sólo se servían carnitas, aunque en algún momento también tacos y otras elaboraciones. Las carnitas del Chele eran carnitas catrachas de toda la vida. Frijoles, chimol, tiras de carne asada, chimichurri, chile y una tortilla... ¿Porqué eran entonces sus carnitas tanto mejores que otras? ¿porqué las carnitas del Chele eran las mejores carnitas que jamás hemos probado en el Lempira que come?


... quizás fuera el amor que el Chele tenía por la buena carne; sus carnitas siempre estaban bien asadas, con la carne en su punto perfecto de cocción, ligeramente tostada por fuera, tierna y jugosa por dentro... o quizás fuera por la delicadeza con la que preparaba los frijoles, a los que añadía en su elaboración algo de ajo y perejil micro-cortado; o quizás fuera porque al chimichurri lo elaboraba con Aceite de Oliva Virgen, o quizás porque al chimol lo tenía siempre recién hecho, no le añadía culantro y la cebolla era tierna; o, tal vez, porque su chile conseguía amplificar el sabor de todos y cada uno de los ingredientes que componían el plato... o, probablemente, porque las tortillas elaboradas por su esposa -una auténtica maravilla- se servían ligeramente braseadas...

o, quizás, fuera su mano. El amor del Chele por la humanidad, que era transmitido a través de sus carnitas.

Sea como fuere, realmente eran unas carnitas extasiantes, de auténtica locura, para comer sin parar, una maravilla. Unas carnitas de ensueño: las mejores carnitas del mundo, por sólo 100 Lempiras.

Nosotros nunca pudimos averiguar cuál era el secreto... y eso que alguna vez nos regaló un frasco de chile que, por supuesto, aún guardamos con amor. Lo peor es que nadie jamás podrá averiguarlo ya. En este país de muerte, muere la gente a balazos, muere la esperanza, muere la cultura, muere el amor, muere la nación, muere. ¿Hasta cuando? ¡Basta Ya!


Puntuación (categoría: "puestos de comida")
Servicio: 7
Comida: 10
Puntuación media: 9,4

RCP (Relación Calidad Precio): 9

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