viernes, 30 de enero de 2015

Copan Dry: todo un clásico catracho!

Hace un tiempo que Copan Dry, ¡por fin!, se puede encontrar en la capital. Concretamente en DIRPOVA, situado en los Robles, cerca del aeropuerto. Sin duda, una buena noticia para los amantes de los refrescos... y los gratos recuerdos... y algo más.

El Lempira que come, como buen catador, decidió probar todos los sabores actuales de esta legendaria fábrica, Copan Industrial, que data, nada más y nada menos que de 1945. El año del fin de la Segunda Guerra Mundial... Se dice pronto, pero en este año la bebida cumple exactamente 70 años. ¡70 años haciendo patria!, como reza el histórico anuncio con rubia de azules ojos incluida... que, por cierto, muy catracha no se mira.

La historia de la firma es posible encontrarla en la página oficial de la empresa, pero por aquello de ahorrar tiempo, reprodúcese una parte a continuación:

"...En ese año don Ricardo Pineda Tábora, fabricante de maicena, se asoció con doña Lastenia Arias de Bueso, madre de1 conocido banquero Jorge Bueso Arias y propietaria de una máquina envasadora de refrescos. La asociación, bajo la dirección entusiasmada de don Ricardo, floreció hasta el grado de que le compró a Doña Lastenia la maquinaria apenas dos años después.
Bajo la asociación antigua los refrescos fueron ofrecidos al público bajo diversos nombres: "Refrescos Alba", "La Frescura del Alba", y "La Abeja". Al comprar la maquinaria, don Ricardo cambió el nombre de la empresa a Copán Industrial, nombre que queda hasta hoy en día. En cuanto al nombre de su producto, razonaba "Si existe uno que se llama Canada Dry, ¿porqué no puede llamarse Copán Dry?"
El aquel tiempo el tamaño típico de los refrescos en Honduras era de siete onzas, y lo nuestro no era la excepción. Con el paso del tiempo el mercado masivo ha pasado a estandardizarse en el tamaño de 12 onzas, pero nosotros, fieles a la preferencia de nuestros clientes locales, seguimos produciendo nuestra presentación emblemática de siete onzas. A nuestro saber, somos la única empresa a nivel centroamericano que aún mantiene una presentación en dicho tamaño tradicional.
En ese tiempo únicamente se envasaban 30 cajas diarias de refrescos, todo bajo un proceso manual. Con la ayuda del Banco de Occidente, quienes concedieron un préstamo, se compró a don Federico Yusan una envasadora eléctrica, ayudándonos aumentar nuestra producción.
En su inicio Copán Industrial funcionaba sólo con los hijos del dueño. Luego contrató sus primeros dos trabajadores, y actualmente -- gracias a la aceptación del público y su demanda creciente para nuestros productos -- tenemos el privilegio brindar empleo a 60 empleados permanentes"

Una situación que no se comenta en la página es la historia de odio que, presuntamente, algunas grandes compañías profesaron a Copan Dry en pretéritas décadas: se cuenta que ante la inmensa aceptación de los refrescos cartachos, algunos gigantes corporativos recurrieron a escabrosas prácticas, por llamarlo de algún modo, para lograr monopolizar el mercado. Cuentan que como los dueños de Copan Dry no quisieron vender la firma, al parecer, algunos se encargaron de comprar y romper los hermosos envases de vidrio originales en los que se embotellaba el refresco copaneco... el incremento de los costos de producción ahogó a la empresa local. El resto ya se conoce. El Lempira no tiene datos como para confirmar o desmentir la historia, pero la ha escuchado en numerosas ocasiones y de diferentes fuentes. Quién sabe...

Hoy, la compañía vuelve a florecer, y si bien el nuevo envase de plástico no termina de convencer a los nostálgicos entre los que se encuentra el Lempira, sí es cierto que es ideal para evitar que la historia se repita (si es que ésta se produjo, claro).


Lo que al Lempira que come resultó más interesante de estos refrescos en términos organolépticos fue  el escaso gas con el que están elaborados... más parecen refrescos "frizzantes" que refrescos carbonatados. Acostumbrados como estamos a la agresividad de las burbujas, estos refrescos apenas tienen gas... y si bien al principio resulta extraño, lo cierto es que se agradece enormemente. La sensación de que una lija de corindón de circonio está, literalmente, abrasando tu garganta y esófago trago a trago, desaparece al tomar Copan Dry... fina burbuja, paso suave, sedoso. Es genial en ese sentido!

También es destacable que el jarabe para la elaboración de cada sabor es de producción propia, con lo que se garantiza la autenticidad y personalidad de Copan Dry...

Los sabores que más gustaron al Lempira que come, por ser los más logrados son el Crema-Soda, el de Piña y el de Fresa, que si bien resultan algo dulces de más, también se muestran lo suficientemente refrescantes y profundos. Son sabores atractivos... sin duda.

Entre los sabores menos logrados se encuentra el de Naranja y el de Uva, que parecen no buscar el sabor natural de sendas frutas, sino el arquetipo de sabor artificial de lo que algunos entienden por naranja y uva. Es decir, cualquier cosa menos una naranja o una uva... Bien podría Copan Dry revisar un poco los sabores de dichos refrescos porque está seguro que pueden mejorar sustancialmente.

Un último consejo para lectores y lectoras... recomienda el Lempira que come tomar Copan Dry muy frío y sin hielo. Esto porque cuando comienza a derretirse el agua de los hielos, debido a la escasa burbuja que tiene el refresco, éste termina diluyéndose demasiado... así que ya saben:


- "Copan Dry, sí ¡Frío y sin hielo!, por favor.



La foto "deléitese haciendo patria" es propiedad de Copan Dry, extraída de la Web
La foto de los envases originales de vidrio de Copan Dry es de: http://webimgs.bevnet.com/companies/200610171813240.glass_line.jpg

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