La Albahaca es ya casi una institución en Tegucigalpa, y fuera de ella. Lo demuestra el hecho de que se ha convertido con el paso de los años en un restaurante "franquicia" que se abre hueco en el apretado mercado de la pizza (desgraciadamente dominado por enormes cadenas gringas, que, sea dicho de paso, más que pizzas elaboran esperpentos yankees; algunos incluso ricos).
La Albahaca visitada, se encuentra situada tras el Boulevard Suyapa antes de la Estación de Servicio Puma, a una cuadra de la esquina posterior de Ibiza's. En lo que, presumiblemente, fue o sigue siendo, una residencia familiar. Una casa de dos plantas, de color rojizo terroso, con portón negro. Tienen guardia de seguridad y hay aparcamiento no exclusivo en los alrededores del local.
La albahaca cuenta con varias salas y espacios para comer. La terraza-porche de la entrada, más acondicionada para esperar los pedidos de pizza para llevar, da acceso a una pequeña sala a la izquierda, con mesas vestidas de mantel colorido, y otra sala más adelante, bajando las escaleras. Por último, hay una terraza exterior tapada e incluso, en lo que sería el jardín trasero de la finca, una especie de pérgola metálica alberga numerosas mesas más. Un local grande, que se llena a reventar, sobre todo, cuando hay promociones 2X1 en pizzas. Así que, seleccionen bien la hora de comer o cenar, porque cuando el local está completamente lleno, el servicio se resiente (cosa, por otra parte, totalmente comprensible).
Las diferentes salas recrean con mayor o menor acierto, diferentes espacios y ambientes. Quizás la opción más agradable es la terraza cubierta que uno se encuentra tras bajar las escaleras de la sala pequeña. Cortinas blancas en los laterales y mantelería también blanca en las mesas, con mantel cruzado de colores, y sillas de madera, generan un espacio agradable y distendido, sobre todo cuando el sol se da cita. Otros espacios son completamente anodinos, y bien merecerían una pequeña inversión para dotarlos de mayor candor.
El servicio de sala es muy agradable, cercano, amable y servicial. Siempre atentos al refill e incluso a servir la pizza las veces que sea necesario. Un servicio que el Lempira calificaría de delicado; lo cual, indudablemente, se agradece. Los meseros suelen estar preparados correctamente para responder a las preguntas que se formulan. Muy bien!
En cuanto a la carta, decir que se basa en pizzas y pasta. También cuenta con algunas entradas de inspiración italiana: Brushettas (media docena, 70 L), Mejillones Porto Bello al aceite de olica, ajo, cebollina asada y acompañados de pan de ajo (una docena 260 L, media 145 L), Antipasto Fiorentino: berenjena, pastrami, jamón, aceitunas, alcachofas y espárragos acompañados de pan de ajo (260 L) o Carpaccio de Res (220 L). Además se ofrecen 3 ensaladas, entre la que destaca la Ensalada de Queso Fresco con lechuga, tomate, alcaparras y mozzarella (110 L).
El capítulo pizzas es muy, muy amplio. Más de 40 referencias escritas en la carta, que se presentan en 4 formatos: pequeño, mediano, gigante y lata (tamaño inmenso que recibe el nombre de lata porque ocupa la superficie al completo de los moldes grandes y cuadrados del horno). En experiencia del Lempira, con una pizza gigante comen 2, aceptablemente, y muy bien si se acompaña con una entrada.
La pizza Il Pomodoro, con pepperoni, jamón, tocino, salami, hongos, aceitunas verdes, maíz, cebolla, chile verde y tomate cuesta 210 L la pequeña, 280 L la mediana, 400 L la gigante y 990 L la lata. Las pizzas de 1 sólo ingrediente oscilan entre los 150 L, tamaño pequeño, hasta los 750, tamaño lata. Precios que no están mal si se tiene en cuenta que la masa es casera y buena, y que los tamaños son bastante generosos.
La pasta se resume al Spaghetti, de grano duro, no casero, con diferentes salsas: Boloñesa, de Ajo y Aceite, con Camarones, Diávola o Parmigiana (con ajo, hongos, alcaparras y queso parmesano), y los precios oscilan entre los 160 L y los 265 L.
El Lempira que come apostó por probar la pizza, y un plato de pasta. En otras visitas únicamente había probado las pizzas. En esta ocasión le tocó el turno a una pizza de alcachofas y aceitunas verdes: masa en perfecta cocción, crujiente de excelente textura abajo, y esponjosidad suficiente para sostener una buena cantidad de queso (que parece ser "estilo" mozzaella, que, la verdad, está bastante bien) y bastante alcachofa y aceituna. El Lempira vuelve a lo de siempre: si las alcachofas son naturales, el sabor es mucho más potente. La pizza resultó estar bastante bien. En otras ocasiones el Lempira probó pizzas con pepperoni (rico pepperoni) y jamón (hay mucho mejores jamones, pero no está mal el que sirven).
Los aceites aromatizados que se sirven para aderezar son muy acertados, aunque seguramente un italiano ortodoxo se escandalizaría de ello. El de ajo es penetrante y el de chiles es picantón. Un poquito de cada uno, realza bastante los sabores de la pizza. Buen punto! Además, ofrecen un poco de pan de ajo para acortar la espera de la comida...
La presentación de los spahetti es un poco basta, aunque la porción es muy generosa. Y peca de espolvoreados con un queso estilo parmesano que no es parmigiano-regiano, y con un poco de hierbas secas que... en fin. El punto del spaghetti era al dente, como le gusta al Lempira, y la salsa un tanto aceitosa y dulzona de más.
En el capítulo bebidas, decir que ofrecen limonada y te frío natural, con refill a 44 L, también refrescos con refill al mismo precio.
En cuanto al vino y su servicio, corramos un tupido velo. Nuevamente desaparecido en combate. La carta se limita a ofrecer "botella de vino, 400 L", o "copa de vino, 86 L." ¿Saben cuántas bodegas de vino existen sólo en España? más de 8.000, y ¿saben cuantos vinos diferentes se producen anualmente, solo en España? más de 30.000. Imagínense si tenemos en cuenta el mundo entero. ¿Cuál es la "botella de vino" que se ofrece? y ¿qué tipo de vino es el que se ofrece?. Toca preguntar para averiguarlo: la respuesta, no es tampoco muy alentadora. Ofrecen 3 vinos diferentes, Frontera, chileno; Finca Don Vazquez argentino; y Hacienda Rasillo, de la Denominación de Origen Rioja, España. Los 3, vinos muy sencillos, de bajo costo... sin alma. El Lempira que come anima, encarecidamente, a que La Albahaca mejore su carta de vino. Como siempre dice, es una buena inversión, si se hace bien.
En resumen: en La Albahaca se come razonablemente bien. Las pizzas tienen una buena masa y están bastante nutridas de ingredientes. Las porciones son grandes y los precios no están por las nubes. Cuando hay promoción, la Relación Calidad Precio sube considerablemente y se convierte en un más que recomendable establecimiento.
La albahaca cuenta con varias salas y espacios para comer. La terraza-porche de la entrada, más acondicionada para esperar los pedidos de pizza para llevar, da acceso a una pequeña sala a la izquierda, con mesas vestidas de mantel colorido, y otra sala más adelante, bajando las escaleras. Por último, hay una terraza exterior tapada e incluso, en lo que sería el jardín trasero de la finca, una especie de pérgola metálica alberga numerosas mesas más. Un local grande, que se llena a reventar, sobre todo, cuando hay promociones 2X1 en pizzas. Así que, seleccionen bien la hora de comer o cenar, porque cuando el local está completamente lleno, el servicio se resiente (cosa, por otra parte, totalmente comprensible).
Las diferentes salas recrean con mayor o menor acierto, diferentes espacios y ambientes. Quizás la opción más agradable es la terraza cubierta que uno se encuentra tras bajar las escaleras de la sala pequeña. Cortinas blancas en los laterales y mantelería también blanca en las mesas, con mantel cruzado de colores, y sillas de madera, generan un espacio agradable y distendido, sobre todo cuando el sol se da cita. Otros espacios son completamente anodinos, y bien merecerían una pequeña inversión para dotarlos de mayor candor.
El servicio de sala es muy agradable, cercano, amable y servicial. Siempre atentos al refill e incluso a servir la pizza las veces que sea necesario. Un servicio que el Lempira calificaría de delicado; lo cual, indudablemente, se agradece. Los meseros suelen estar preparados correctamente para responder a las preguntas que se formulan. Muy bien!
En cuanto a la carta, decir que se basa en pizzas y pasta. También cuenta con algunas entradas de inspiración italiana: Brushettas (media docena, 70 L), Mejillones Porto Bello al aceite de olica, ajo, cebollina asada y acompañados de pan de ajo (una docena 260 L, media 145 L), Antipasto Fiorentino: berenjena, pastrami, jamón, aceitunas, alcachofas y espárragos acompañados de pan de ajo (260 L) o Carpaccio de Res (220 L). Además se ofrecen 3 ensaladas, entre la que destaca la Ensalada de Queso Fresco con lechuga, tomate, alcaparras y mozzarella (110 L).
El capítulo pizzas es muy, muy amplio. Más de 40 referencias escritas en la carta, que se presentan en 4 formatos: pequeño, mediano, gigante y lata (tamaño inmenso que recibe el nombre de lata porque ocupa la superficie al completo de los moldes grandes y cuadrados del horno). En experiencia del Lempira, con una pizza gigante comen 2, aceptablemente, y muy bien si se acompaña con una entrada.
La pizza Il Pomodoro, con pepperoni, jamón, tocino, salami, hongos, aceitunas verdes, maíz, cebolla, chile verde y tomate cuesta 210 L la pequeña, 280 L la mediana, 400 L la gigante y 990 L la lata. Las pizzas de 1 sólo ingrediente oscilan entre los 150 L, tamaño pequeño, hasta los 750, tamaño lata. Precios que no están mal si se tiene en cuenta que la masa es casera y buena, y que los tamaños son bastante generosos.
La pasta se resume al Spaghetti, de grano duro, no casero, con diferentes salsas: Boloñesa, de Ajo y Aceite, con Camarones, Diávola o Parmigiana (con ajo, hongos, alcaparras y queso parmesano), y los precios oscilan entre los 160 L y los 265 L.
Los aceites aromatizados que se sirven para aderezar son muy acertados, aunque seguramente un italiano ortodoxo se escandalizaría de ello. El de ajo es penetrante y el de chiles es picantón. Un poquito de cada uno, realza bastante los sabores de la pizza. Buen punto! Además, ofrecen un poco de pan de ajo para acortar la espera de la comida...
La presentación de los spahetti es un poco basta, aunque la porción es muy generosa. Y peca de espolvoreados con un queso estilo parmesano que no es parmigiano-regiano, y con un poco de hierbas secas que... en fin. El punto del spaghetti era al dente, como le gusta al Lempira, y la salsa un tanto aceitosa y dulzona de más.
En el capítulo bebidas, decir que ofrecen limonada y te frío natural, con refill a 44 L, también refrescos con refill al mismo precio.
En cuanto al vino y su servicio, corramos un tupido velo. Nuevamente desaparecido en combate. La carta se limita a ofrecer "botella de vino, 400 L", o "copa de vino, 86 L." ¿Saben cuántas bodegas de vino existen sólo en España? más de 8.000, y ¿saben cuantos vinos diferentes se producen anualmente, solo en España? más de 30.000. Imagínense si tenemos en cuenta el mundo entero. ¿Cuál es la "botella de vino" que se ofrece? y ¿qué tipo de vino es el que se ofrece?. Toca preguntar para averiguarlo: la respuesta, no es tampoco muy alentadora. Ofrecen 3 vinos diferentes, Frontera, chileno; Finca Don Vazquez argentino; y Hacienda Rasillo, de la Denominación de Origen Rioja, España. Los 3, vinos muy sencillos, de bajo costo... sin alma. El Lempira que come anima, encarecidamente, a que La Albahaca mejore su carta de vino. Como siempre dice, es una buena inversión, si se hace bien.
En resumen: en La Albahaca se come razonablemente bien. Las pizzas tienen una buena masa y están bastante nutridas de ingredientes. Las porciones son grandes y los precios no están por las nubes. Cuando hay promoción, la Relación Calidad Precio sube considerablemente y se convierte en un más que recomendable establecimiento.
Categoría "Restaurantes" | Puntuación |
Entorno | 7 |
Servicio | 8,5 |
Servicio Vino | 4 |
Comida | 7,2 |
Puntuación Media | 7 |
Relación Calidad Precio | 6 |
Excelente las recomendaciones muy al estilo Anthony Bourdain, ya era tiempo encontrara una pagina de recomendaciones del buen comer en Honduras aunque falta bastante por recorrer, déjame recomendarte visitar los comedores de los mercados como El San Pablo en Tegucigalpa, El Barandillas en San Pedro Sula, el Municipal en San Lorenzo,Valle por darte unos ejemplos, creo que la esencia de la cocina autóctona proviene de esos lugares y especialmente seria interesante agregar visitas a familias en los pueblos que son famosas por su comida como los lechones asados de Santa Rosa de Copan y el tapado olanchano de Catacamas por mencionar algunos, ENHORABUENA POR TU TRABAJO Y SIGUE ADELANTE QUE MUCHOS COMENSALES TE LO AGRADECEMOS.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Luifer!
ResponderEliminarLa verdad es que comentarios como el tuyo animan al Lempira a continuar... porque, como dices, falta mucho por escribir... esos lechones, los tapados, las tradiciones culinarias de muchas familias y, claro, los puestos de muchos mercados, de los que poco a poco iremos dando cuenta.
En Honduras hay sobresalientes puestos de comida! de categoría mundial, como el que nos impulsó a comenzar este blog: el puesto del Chele, en Paz Descanse.
Un abrazo Luifer! (y gracias nuevamente)
Me encanta "Lempira que come"...de grande quiero ser como ustedes! Soy amante de las comidas y los vinos...y no me resta mas felicitarlos por ayudarnos a seleccionar lugares donde probar comidas exquisitas! Los invito por Olancho...tenemos mucho que ofrecer por este hermoso valle.
ResponderEliminarFELICIDADES POR SU BLOG!!
Muchísimas gracias Denisse...
EliminarTenemos muchas ganas de acercarnos a Olancho. El tapado olanchano es una de nuestras debilidades!!! a ver cuando encontramos un espacio para ir por allá!
Un abrazo y... a comer se ha dicho!
Felicidades por tu blog Lempira! Me gusta leerte ya que soy fan del buen comer (desde el comedor mas humilde y sencillo que encarne la pura tradición culinaria, hasta un restaurante fino con platos mas extravagantes) hay muchos "metederos" en los cuales sirven comidas ricas que nos encantaría que hicieras tus excelentes análisis, para luego poder ir a conocerlos y visitarlos. Soy de la creencia que la cultura gastronómica real de un lugar se encuentra en esos metederos, en lugares que su publicidad es de boca en boca, mas que en los lugares extravagantes, ahi encontramos el verdadero sabor del lugar. Felicidades, esperamos que sigas adelante compartiendo con nosotros tu muy acertada opinión.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo!
EliminarLa esencia gastronómica de las culturas se encuentra en los puestos de comida... en las esquinas de nuestras calles!
Tenemos la inmensa fortuna de poder disfrutar de algo que no pueden disfrutar los europeos, ni los estadounidenses... en América Latina (y en Asia) están los mejores puestos de comida del mundo! y en los mejores de entre los mejores, hay MAGIA!
Gracias por tus palabras, nos anima a continuar!
Un saludo...
PD. Y... esperamos tus recomendaciones para visitar!
Buen dia! Te escribo para poder ayudarte a que tu pagina sea considerada una página segura y mejore tus ventas.
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