lunes, 17 de febrero de 2014

Sushi-Bar Tegucigalpa, pasaron tiempos mejores


El Lempira que come decidió subir la primera crítica de un restaurante japonés con uno de los pioneros en la materia de la ciudad de Tegucigalpa. Le tocó el turno a Sushi Bar. Situado en la Colonia Palmira, en Avenida Argentina, frente al edificio Los Jarros, Sushi-Bar lleva ya años ofreciendo adaptaciones de la sana, vistosa y equilibrada comida japonesa. 

Al local, que presenta ya síntomas de envejecimiento como el suelo gastado o algunas puertas con zonas descascaradas, se accede por una cómoda escalera desde la mismísima calle. Tiene espacios suficientes de aparcamiento e incluso una cómoda terraza donde es posible cenar o comer al amparo de la lluvia. El Lempira, optó por esta opción.

Una vez dentro, el comensal es recibido por una recepción, que hace las veces de caja. El color negro predomina en la decoración general. La barra principal, en forma de "L", exhibe el producto fresco (cortes de pescado, algunos rolls) y se configura como el espacio de trabajo para los Sushi-makers. Las mesas son amplias, de conglomerado contrachapado de color blanco; y las sillas de madera cruda. La impresión general del ambiente es agradable, pues la falta de espacio es compensada por la presencia de espejos en las paredes.

El servicio de Sushi-Bar es joven y atento, preparados, en general, para explicar detalles de la carta y ofrecer platos al cliente.

La carta del Sushi-Bar es redonda, y llena de información sobre el sushi y las normas de buena mesa para el uso de palillos. Su original formato, dificulta enormemente la lectura de la más que interesante información proporcionada. Se agradecería un cambio de formato...

En cuanto a la oferta gastronómica, decir que se basa, fundamentalmente en sushi: concretamente en Niguiris, Makis y Rolls. También se ofrecen un par de sopas (de miso a 62 L, y Thai a 156 L), gyozas a 120 L, tofú frito a 63 L, tempuras a 157-262 L, o arroces variados a 100-120 L. Los Niguiris por pieza cuestan 53 Lempiras, los conos entre 110 y 150 L. La oferta de Combos para 1 persona, que contiene 3 cortes sashimi de 4 tipo de pescado (atún, salmón, pez mantequilla y Snapper), 6 Niguiris y un California Roll, cuesta 368 Lempiras. Por su parte, los diferentes Makis y Rolls, algunos de ellos con combinaciones un tanto estrafalarias (rozando la guarrindongada, nuevamente), se sitúan entre 150 y 280 L.

Por tanto, una oferta, a priori, interesante que se va un poco de precio. Sobre todo teniendo en cuenta la calidad del producto servido:

El Lempira que come optó por pedir un Combo para 1 persona, Edamame y un Roll de Anguila. No terminó tan contento como le hubiera gustado, y mucho menos al pagar por ello 780 L. Impuestos Incluidos.

El pescado sashimi del combo era bastante fresco, aunque no todo lo que debería ser (si bien se puede entender al haber sido sábado noche el día de la degustación). El corte de los lomos de pescado era demasiado fino y no de las partes más nobles, (como debería ser), y el sabor, lo más importante en opinión del Lempira, dejaba bastante que desear en cuanto a potencia sápida. El atún no parecía atún, mientras que el salmón carecía de la cremosidad propia de éste. El pez mantequilla sí estaba en su punto.

Los Niguiris estaban elaborados de manera correcta. El arroz en su punto de textura y nada apelmazado (bien) aunque un poco frío de más. El pescado de acompañamiento no se desmontaba al colocarlo boca abajo, lo que significa que estaban bien montados. Además de los Niguiris elaborados con los pescados ya mencionados, el combo ofrecía un Niguiri de pulpo (correcto, sin más).

El California Roll se dejaba comer pero no disfrutar. El sucedáneo de cangrejo -probablemente uno de los peores inventos de la humanidad-, no ayudaba mucho a mejorar un roll que ya se encontraba en las últimas. Frío de más, con el arroz algo apelmazado, y el sabor del aguacate desaparecido... servía como relleno.

Al Lempira sí le gustó el maki de anguila. La potencia de la anguila ahumada se contraponía al dulzor de una ligera salsita de anguila. Vale la pena.

En cuanto al vino... corramos un tupido velo. Una oferta menos que ínfima y que se basa en 2 opciones solamente (Casillero del Diablo blanco, o tinto), es más digna de un bar de carretera, que de un restaurante con ciertas pretensiones. ¿No hay en el mercado otras (y mejores) opciones para acompañar Sushi que Casillero del Diablo? Rotundamente, sí. Las copas en las que se sirve el vino, además, son más parecidas a martillos que a copas... aunque sí se ofrece un enfriador para el vino blanco, lo cual se agradece. El Lempira que come lamenta que no se preste la atención que merece el vino en un restaurante. Si bien es cierto que el tipo de vino tinto de moda (opulento, robusto, potente, bomba frutal) no es el más adecuado para acompañar Sushi, hay millones de opciones sumamente atractivas para hacerlo: desde el famoso vino de arroz japonés (sake) hasta opciones de vino blanco elaborado con Chardonnay o Riesling, pasando por espumosos como champagne o cava, fino e incluso frágiles vinos tintos de corte atlántico.

Definitivamente deberían en Sushi-Bar prestar mayor atención a esta cuestión, pues el vino es un producto que puede dejar un margen de ganancia interesante, y que además, bien tratado y servido, es un elemento de distinción respecto de la competencia. Tener que optar, sí o sí, por cerveza o refresco para acompañar el Sushi... no es lo mejor.


Puntuación (categoría "Restaurantes")

Servicio: 7
Entorno: 6,5
Servicio de vino: 5
Comida: 6,5 
Puntuación Media: 6,4

Relación Calidad Precio: 6


2 comentarios:

  1. No es la mejor opción de Sushi, nunca hay parqueo y la relación precio deja bastante que desear. Ademas el servicio es de regular a malo. Definitivamente hay mejores alternativas para sushi.

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    1. Hola Marco Nelson, gracias por comentar. La verdad, creemos que hay mejores opciones de Sushi en Tegus! las iremos visitando poco a poco: alguna recomendación en especial?

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