martes, 29 de julio de 2014

Chef a domicilio, de estreno en cines


Esperó el Lempira que come hasta ayer lunes -ya saben, menos gente en las salas-, para ver Chef, la nueva película de Jon Favreau. Y se lo pasó bien. Un gastroplan recomendable para esta semana, y con suerte la siguiente...

 
Y si bien hay que advertir al lector y la lectora de que "Chef a domicilio" no se puede considerar una gran película, ni muchísimo menos una obra de arte de la filmografía gastronómica, lo cierto es que ofrece entretenimiento suficiente. Eso sí, prepárese el espectador para asumir las correspondientes dosis de comedia gringa en forma de sub-tema manido y recurrente del tipo "relación complicada padre-hijo" e "historia de amor ex-esposo ex-esposa", que ya se sabe cómo terminará desde el momento en que son presentados los personajes.


Al margen de ello, y entrando en la materia que al Lempira importa, la película muestra varias interesantes delicias que vale una alegría comentar:


3. Los Sándwiches cubanos, de los que se debe destacar el cerdo marinado y rostizado a baja temperatura que utilizan en la película, y el crujiente pan tostado con mantequilla. Los del film tienen una magnífica pinta, francamente apetecibles. La combinación del cerdo con el pepinillo... perfecta.


2. Los Beignets de Nueva Orleans que elabora el Café du Monde. Una masa dulce y frita espolvoreada de azúcar glassé. El Lempira nunca los ha probado, pero la película le dio ganas, pues se describen como una "delicatessen".


y, por último, lo mejor...

1. Los Texas BBQ Briskets. Pecho de res asado a muy baja temperatura a la brasa de madera durante horas y horas en parrillas cerradas para conseguir un ahumado más profundo (al estilo del cilindro peruano). El aspecto ennegrecido que toma el corte es debido al marinado que se le practica a la carne y con el que se asa. Este marinado varía de receta en receta pero suele contar con los siguientes ingredientes: chile, café, salsa inglesa, vinagre, cola, mostaza, azúcar moreno, ketchup... en un determinado momento del asado, se añade también un crust que varía enormemente entre cocinero y cocinero y que le aporta un ligero crujiente. El aspecto, la textura y el sabor son, sencillamente, memorables.


En fin, no está mal la película: entretenida y comilona.

Disfruten lempiras!


La imagen de los Beignets es una foto de praline3001 bajo licencia Creative Commons
La imagen del Sandwich Cubano es una foto de Mark Mitchell bajo licencia Creative Commons
La imagen del Texas BBQ Brisket es una foto de Terence T.S. Tam bajo licencia Creative Commons


domingo, 27 de julio de 2014

Gran Fiesta Franco Hondureña en la UNAH, hoy día Dimingo 27

Se acumulan los festivales con un "toque" de gastronomía... y el Lempira no da abasto. Si ayer publicábamos algo sobre el Festival del Baile de Gigantes de Yuscarán, hoy toca hablar del evento promovido por la Embajada de Francia en Tegucigalpa: la Fiesta Franco-Hondureña, situada en el polideportivo nuevo de la UNAH.


Y toca decir alto y claro: ¡no se lo pierdan, porque vale la alegría! el Lempira estuvo esta mañana (el festival se prolonga hasta las 4:00 pm), a la hora de apertura (las 11:00 am) y pudo degustar las diferentes propuestas que presentan restaurantes y cáterings tan interesantes como "La Avellana" con sus mermeladas artesanales de fresa, mango, papaya y naranja agria (muy, muy recomendables), además de galletas de colores y diseños de inspiración francesa; la "Placita de Susy", el restaurante catracho de Santa Lucía con propuestas nacionales; 


Nicolatis con sus crepas de Nutella; y, como no, Arno, el restaurante-bistró del que hablamos ya en este post, con sus Quiches (que en esta ocasión no estaban tan ricos como de costumbre) y algo que no deben perderse bajo ninguna circunstancia...


Atentos lempiras: ultra-recomendables los Cannelés de Burdeos especiales que ha elaborado Arnó y que se ofrecen por 20 L. en esta fiesta.

ES PEC TA CU LA RES. Deliciosos, riquísimos. Bizcochitos dulces, de masa aérea, jugosa y a la vez potente, elaborada a base de leche, huevos, vainilla y mantequilla, que se hornean hasta quedar ligeramente tostaditos por fuera y cremositos por dentro. Son tradicionales de Burdeos y están de miedo... ¡Apúrense porque el Lempira compró la mitad de la producción... y está pensando en volver!



sábado, 26 de julio de 2014

Gastroplán: escaparse al Gran Festival del Baile de los Gigantes en Yuscarán

Entrañable el Festival del Baile de los Gigantes de Yuscarán que se disfruta este fin de semana de julio...

Gigantes hechos artesanalmente, de cabezas grandes y movimientos muy interesantes, se sucedían uno tras otro durante el desfile de esta mañana por las calles de Yuscarán que finalizó el parque central, donde varios grupos tradicionales esperaban para actuar hasta bien entrada la noche de hoy sábado... Y mañana más.


Lindo pueblo catracho, con una pintoresca iglesia blanca y un parque central con una bonita fuente y mucho árbol... además de lleno de vida. Ciertamente un recibimiento especial el que disfrutó el Lempira que come, aunque fue casual, pues había ido a visitar la destilería "del buen gusto" de la que se hablará en otro post.


Como le gustó tanto al Lempira el ambiente del festival y el pueblito... decidió tomar unas fotos para compartirlas en el Blog y visiar los diferentes puestos de comida que habían en la plaza. Probó unas baleadas, más que correctas, y también un tres leches bastante bueno. Habían también tacos, helados, carne asada, nacatamales, y, obviamente, aguardiente Yuscarán.



Genial escapada matutina, y genial el festival del baile de los gigantes, que según comentaron al Lempira, se hace con mayor fervor los días 12 y 13 de Diciembre. Especialmente en la noche del 12 al 13 cuando todo el pueblo desfila con antorchas por las calles hasta llegar al parque central.


¡Para no perderselo!


viernes, 25 de julio de 2014

Jugos y cítricos de Colón, lo último en jugos en el Mayoreo de Tegus

Hace aproximadamente un año la familia Varela-Chavarría decidió transformar su tradicional puesto de venta de cítricos -toronjas y naranjas cultivadas por ellos mismos y amigos de la familia en fincas de Colón-, en un oasis. Porque no se puede llamar de otra manera a este puesto de jugos naturales situado en el centro del Mayoreo, entre hermosas y coloridas frutas y maravillosas verduras rebosantes de vida.


Un puesto de jugos sencillamente extraordinario en el que se exprimen al instante desde los clásicos jugos de naranja o toronja hasta ingeniosas combinaciones especialmente diseñadas para mejorar la salud del sediento. Gracias al conocimiento adquirido por Dixia Chavarría, dueña del puesto junto a su esposo Marco Varela, en la UNAH, es posible degustar jugos que sirven como mulitvitamínicos o antioxidantes, jugos superpotásicos, diuréticos o antiinflamatorios, que evitan calambres o protegen contra la artritis... y que, además, están ricos. 

El oasis de los jugos propone hasta 30 combinaciones maestras de Jugos 100% naturales, que conservan 100% sus propiedades porque se elaboran en el momento, en un entorno de frutas y verduras, a precios razonables. Los jugos en tamaño pequeño cuestan sobre los 12 L. y los grandes a 25 L. El litro de jugo de naranja puro exprimido cuesta 30 L.

... Y es que los humanos, a veces, no nos damos cuanta de lo que tenemos delante, porque esta misma juguería situada en un local de París, frente a la Torre Eiffel, vendería sus jugos multivitamínicos saludables a no menos de 150 L.. Entre otras cosas porque para conseguir estas frutas tan ricas, tendrían que importarlas en avión, de Centroamérica (y, claro, no sería lo mismo porque para ello tendrían que cosecharlas en verde, antes de que alcanzara la fruta su punto óptimo de maduración y en consecuencia, su punto de mayor expresión vitamínica). En el Mayoreo de Tegus, lo tienen al alcance de la mano, y del bolsillo.


Por otra parte, conviene no dejarse seducir en exceso por el (sobresaliente) marketing de algunos productos. Los jugos naturales, ricos en vitaminas, nutritivos y 100% saludables no vienen envasados en continentes plásticos cuyas etiquetas exhiben en bonitas y coloridas letras las palabras "vitaminas", "Bio", "natural", "saludable", etc. Los auténticos jugos naturales son los que se elaboran al momento, exprimiendo las frutas y verduras correspondientes, aunque sea poco "fashion".

El Lempira que come rompe una lanza a favor de los jugos de verdad. No se lo pierdan. Este puesto de bebidas es perfecto para disfrutar de la compra en el Mayoreo, y, de paso, cuidarse un poco, pues, según dicen, es necesario comer 5 frutas o verduras diarias para mantener una dieta equilibrada...

El día de la visita tomó el Lempira un jugo de naranja con jengibre, muy rico. Al punto perfecto de jengibre, sin azúcar añadido y con el profundo sabor de la naranja valencia de Colón.

Muy bien. Así que ya saben... disfruten.




Categoría "Puestos de Comida" Jugos y cítricos de Colón, Tegucigalpa
Puntuación
Servicio
7.6
Comida
8.2


Puntuación Media
8.08
Relación Calidad Precio
8




miércoles, 23 de julio de 2014

Gastroplán Belize: interesante gastronomía, hermosas playas, peces y buena onda.

El Lempira que come viajó a Belice. El pequeño gran desconocido país centroamericano es desde hace ya unos años uno de los destinos turísticos preferidos de los estadounidenses, aunque poco frecuentado por nosotros, pese a compartir costa con Honduras y frontera con Guatemala... Quizás sea a causa de las difíciles y caras conexiones, quizás porque el costo de vida en las zonas turísticas es bastante más elevado que en Honduras o quizás porque se piensa que no ofrece mucho diferente a las Islas de la Bahía...


Sin embargo, Belize tiene algunos atractivos sobradamente interesantes que el Lempira tratará de recoger de manera sucinta en este post introductorio sobre el país, que se une al ya publicado sobre las cervezas de Belize (ver aquí)...

Y sigan de cerca al Blog si están pensando en hacer una escapada a Belize porque se publicarán otras 3 notas sobre el país, en las que se dará cuenta de algunos más que recomendables puestos de comida, restaurantes y pubs en los principales destinos turísticos: San Pedro, Caye Caulker y Placencia.

En esta nota, algunos datos generales sobre la gastronomía beliceña y tips para viajeros independientes que van desde y/o hacia Belice, desde y/o hacia Honduras:


Apuntes gastronómicos de Belize

Belize es mezcla de culturas... y su comida, como no podía ser de otra forma, también. Mestizos, descendientes Mayas, Creoles y Garífunas habitan Belize y aportan a la gastronomía belizeña su sazón, ingredientes y técnicas culinarias.

A grandes rasgos se podría decir que en Belize se come maíz en diferentes preparaciones entre las que destaca el atol, el tamal o las tortillas, arroz blanco, frijoles, yuca (casave), plátano, batata, mazapán, tomate, chile (picante y realmente delicioso), y coco. El cacao también forma parte de la gastronomía utilizándose en algunos guisos como el chirmole, por ejemplo.


Entre los diferentes platillos de la cultura gastronómica de Belize destacan guisos como el Bile up Creole, elaborado a base de pescado o cola de cerdo, huevos hervidos y vegetales; o el Hudut Garífuna, que suele elaborarse con leche de coco y puré de plátano maduro. También se elaboran ricos currys de pollo, mucho más ligeros que los currys indios, y escabeches con mucha, mucha cebolla.

La comida de mar también es frecuente: pescado frito (Barracuda, Red Snapper...), camarones empanizados con coco, caracol frito (muy saborsos), y langosta, si hay plata.

Son comunes también los panes de coco y para el desayuno, los Johny Cake, deliciosas tartaletas de masa de harina de trigo rellenas de jugosa carne, o los Fry Jack, una especie de pan a veces relleno de pollo deshilachado o carne, y muy condimentado.


Top 10 mejores comidas de restaurantes y puestos de comida probados por el Lempira en su viaje a Belize:

  • 1. El pollo al estilo "Jamaica" y el pincho de barracuda fresca del puesto de "Terry's" en Caye Caulker. Sencillamente ES PEC TA CU LAR. (Atentos al post sobre Caye Caulker)
  • 2. El Meat Pie de carne del puesto "Celi's Deli" en San Pedro. Calentito es espectacular. Jugosísimo relleno especiado-picantón de carne. Muy, muy rico. (Atentos al post sobre San Pedro)
  • 3. Las croquetas de camarón y chipotle, el Risotto de Albahaca y el Chocolate Habanero Canoli del restaurante "Rumfish" en Placencia. Un restaurante que vale mucho la alegría. (Atentos al post sobre Placencia)
  • 4. El Conch Fritter del restaurante "El Fogón" en Caye Caulker. Rica sazón del caracol y buena fritura.
  • 5. Los desayunos de "Paradiso" en Caye Caulker. ¡Muy ricos sándwiches!
  • 6. El milkshake de chocolate y banana del "Belize Chocolate Company" y algunos de sus bombones, en San Pedro. Parada obligada, aunque no demasiado barata.
  • 7. Los cócteles del pub "Barefoot" en Placencia. Lista interminable de cócteles frescos!
  • 8. Los helados de la heladería principal de Caye Caulker. Cremosísimos.
  • 9. El concepto y los ricos resultados del chino "Chang's Fast Food" antes llamado "los Piratas". Sorprendentemente, buenos camarones rostizados, caracol firto e incluso el pescado "fresco".
  • 10. Tomarse una Belikin en el "water-bar" Lazy Lizard de Caye Caulker. Entre los pubs-bares más chéveres del Caribe, sin duda.


No duden de la lista. Ultrarecomedable Top 10, muy por encima de la media de los restaurantes y puestos probados en Belize (y eso que el Lempira fue a muchos de los más recomendados en guías como Lonely Planet o Tripadvisor)


Transportes (algunas recomendaciones)

Trasladarse de Honduras a Belize o viceversa es complicado y caro. No hay duda de eso. Los tiquetes de avión suelen costar en torno a los 400 US$ y la opción autobús es eterna y tampoco barata. El servicio no es directo y se deben combinar varias compañías.

En opinión del Lempira la mejor forma de hacer el recorrido es partir de Puerto Cortés en ferry hacia Placencia. Dos empresas diferentes cubren el servicio saliendo los mismos días. D-Express cubre la ruta entre Puerto Cortés y Placencia, para proseguir después a Belize City (en principio) los días Lunes y Viernres. De regreso cubren la ruta los Domingos y Sábados. Es necesario llamar y confirmar porque suelen suceder anulaciones del servicio. Y tengan paciencia, pues si bien el tiempo efectivo de recorrido entre Puerto Cortés y Placencia es de 2 horas y media, el tiempo de viaje al completo no será menor de 5 horas: la llegada al ferry, acomodación de equipaje, revisión de documentos y migración, unido a demoras para dar espacio a viajeros de última hora, son las causas.

Con todo, resulta un viaje más cómodo (en precio) y más rápido que optando por el bus o el avión. El Tiquete en D-Express cuesta unos 65 US$ el trayecto de Puerto Cortés a Placencia.

El Lempira cubrió el tramo interno de Placencia a Belize City en Bus, y le tomó nada más y nada menos que 6 horas para recorrer a penas 190 kilómetros. Y no porque la carretera estuviera muy mal, sino porque el servicio que cubre Placencia-Belize City es un bus que se detiene en cada pedanía y pasa por la capital (Belmopan) aumentando la cantidad de kilómetros a recorrer. Por eso la recomendación es: vayan en ferry si les coinciden los días en los que éste opera, pues será más rápido.




Lugares a visitar imprescindibles

Placencia
Como Placencia tiene varios cayos interesantes a visitar para hacer snorkeling e incluso buceo, y la vida nocturna es interesante, vale la pena quedarse allí por lo menos un par de noches. Dirigirse posteriormente hasta Belize City donde será posible tomar otro ferry para ir a San Pedro y Caye Caulker, es buena opción.

Placencia es bastante bonito. La playa de arena blanca es muy grande y atractiva, si bien sus aguas no son todo lo cristalinas ni calmadas que otros destinos de Belize (u Honduras). Aún así es una playa linda. Pero lo que más gustó al Lempira de Placencia fue su gastronomía, pues tal y como aseguran varias guías, Placencia es el pueblo con mejor gastronomía de Belize, y lo cierto es que la experiencia vivida por el Lempira, pese a no haber sido lo suficientemente extensa para poder poder concluir nada, pareciera refrendarlo. En un venidero post se hablará del que se dice ser el mejor restaurante de Placencia, el Rumfish, y de un pub coctelero, el Barefoot.


En Placencia hay muchísimos alojamientos, pero cree el Lempira que por calidad precio, el mejor (o entre los mejores) está el Hostel Manatee inn. Habitaciones muy confortables, nuevas, limpias y atractivas con baño privado... a 40 US$.


Belize City
Antigua capital, Belize City es hoy por hoy prácticamente un destino de paso que sirve de descanso para enormes cruceros, y como punto de abordaje para llegar a los diferentes cayos turísticos más importantes: San Pedro y Caye Caulker.

Recorrer el centro turístico de Belize requiere poco más de 3 o 4 horas. Es pequeño y está todo relativamente cerca. Y, si bien, no es especialmente atractivo, guarda bastantes historias de piratas y grandes batallas que cuando son bien narradas, bien vale la alegría.



San Pedro (Ambergris Caye)
¿Recuerdan la canción de la "Isla Bonita" de Madonna? pues era San pedro esa isla... aunque, siendo francos, no parece quedar ni una sombra de lo que fue. Porque en la actualidad San Pedro está atiborrada de resorts y casas-resorts y campos de golf-resorts y más resorts y apartamentos resorts y más resorts... todos ellos diseñados al gusto del gringo de clase media, de clase media trabajadora, y de clase media bien... pero siempre diseñados por y para el turista extranjero.

Las consecuencias no se hicieron esperar, subiendo hasta el infinito los precios de la tierra, y los alojamientos y los restaurantes y servicios hasta alcanzar una especie de anexión moderna a la estadounidense de la costa sanpedrana.


De San Pedro recomendaría el Lempira el buceo y el snorkeling en las diferentes reservas establecidas al efecto (sobre todo Hol Chan, que es ES PEC TA CU LAR), además de la playa, que está realmente bonita. Los problemas de este destino son dos: primero, el extremadamente elevado precio de todo (includo de algunas de las comidas callejeras), y lo segundo: la masificación en ciertas temporadas que implican, por ejemplo, que más que peces hermosos, se vean nadadores que compiten por tocar la piel de las casi tan grandes como ellos rayas.


Caye Caulker
Una joya. Un destino casi perfecto. Tranquilidad, buena onda, calles de arena sin coches ni (apenas) carros de golf, mucho sol, una linda linea de costa, una pequeñita playa, varios buenos y baratos alojamientos, y algunos puestos de comida excelentes, hacen de Caye Calker el destino perfecto de Belize. En opinión del Lempira, mil veces mejor que San Pedro.

Dejarse llevar por la tranquilidad que se respira en la isla es lo mejor que se puede hacer en Caye Caulker. Eso, y contratar los servicios de buceo y snorkeling del belizeño de ascendencia nica, quien cobrará el mismo elevadísimo y desproporcionado precio que cobran el resto de agencias, pero que te asegurará un disfrute total de la experiencia, al programar la visita especialmente para grupos pequeños y a diferentes horas de la horda de turistas.


Como alojamiento, el Lempira recomendaría recorrer la zona parando y preguntando en los hostels que más gusten. Los hay desde 25 US$ la noche... y para comer, preguntar por el puesto de Terry, de quien escribiremos en una futura nota.

Entre los otros puntos de visita imprescindibles hay que mencionar el Blue Hole, las ruinas Mayas Xunantunich (que están en la frontera con Guatemala, en la carretera que se dirige a Flores y Tikal), y algunos otros cayos más que interesantes, aunque algo alejados, como Glover's Reef Atoll.

Un saludo lempiras!

lunes, 21 de julio de 2014

Vie de France o la mona vestida de seda

Vie de France es una cadena estadounidense - japonesa que inicia su andadura allá por la década de los '70 en Estados Unidos, producto de la reflexión de 4 visionarios en torno a la ausencia de pan de calidad en dicho país. A partir de aquella fecha, y como ellos mismos dicen, los socios se embarcaron en un profundo estudio de la panadería y pastelería francesa mediante el cual consiguen producir su propia harina y reproducir en sus instalaciones la humedad y temperatura requerida para la elaboración de pan y pastelería al estilo Francés... eso sí, industrializado.


Vie de France, frente a la Universidad Nacional de Honduras es frecuentado por profesores y profesionales de diferentes sectores y uno que otro estudiante. El edificio emula una construcción colonial. Grandes ventanales permiten la entrada de luz natural, y eso se agradece. Sin embargo, pese a la amplitud del establecimiento, la sensación de privacidad no termina de producirse. Quizás fruto de que las mesas están demasiado juntas o de que la distribución no termina de acompañar. Eso sí, el empaque de la cafetería es agradable, con las paredes forradas de papel con dibujos de monumentos europeos, un reloj de "época", bastante madera vista y bancos corridos. En general correcto, aunque poco cálido.

Como poco cálido es el servicio. El sistema Self Service en bandejas de plástico aplicado a una cafetería nunca ha gustado al Lempira. En opinión de Lempira ese sistema es contraproducente en espacios que se pretenden relajados y de descanso. Y una cafetería, por definición, es eso: un espacio donde departir con amigos, o mantener una reunión de trabajo tranquilamente, sin prisas ni tener que preocuparse de haber agarrado suficiente azúcar o tener que levantarse para pedir una nueva taza de café.


En cualquier caso, se entiende que siendo una cadena estadounidense sea el modelo gringo de servicio el que se preste, aunque se vendan productos de inspiración francesa. Porque ya se sabe: aunque la mona se vista de seda... mona se queda. Y vaya si se queda:

La carta ofrece diferentes productos de pastelería a precios elevados si se tiene en cuenta su proceso de elaboración industrializado. Entre la repostería dulce se ofrecen los muffins a 65 L., los cup-cakes a 32 L., los volteados de manzana a 58 L., las galletas a 42 L., y las tortas y cheesecakes entre los 75 y los 120 L. El desayuno con croissant, huevo y jamón cuesta 135 L., y el Plato Típico a 140 L. Entre las bebidas calientes, el espresso a 22 L., el café con leche de máquina industrial a 34 L., el chocolate a 38 L.


En cuanto a lo salado se ofrecen sándwiches pequeños a 175 L, y grandes a 250 L de salami, pepperoni, pavo o jamón. También hay de atún y de pasta de pollo. Se sirven en pan integral o francés con queso suizo, provolone o munster con aderezo y vegetales al gusto. Y se ofrecen también Wraps de queso a 115, y panino cubano, con jamón, cerdo, salami y queso, al mismo precio. Entre la repostería salada destacan las empanadas, de pollo y carne a 85 L., y algunos prodoctos de inspiración árabe: Kibbe a 56 o Sambucek al mismo precio. También palitos de queso a 48 L. o quiche de espinaca a 115 L.

Como Vie de France nace como cafetería y repostería francesa, el Lempira que come decidió decantarse por los productos dulces. Además, eran las 4 de la tarde... y apetecía un poco de café y algo de postre...



El café con leche que sirvieron al Lempira era realmente malo. Una bebida con sabor a vainilla química y una cremosidad artificial que hacía del perfil de taza un esperpento. Es curioso cómo en un país productor de café de calidad como Honduras, terminan triunfando cafeterías que sirven "cafés" industrializados tan alejados del aroma y sabor natural del café. Incomprensible. El café americano que también probó el Lempira estaba mucho mejor que el anterior, pero ni por asomo era destacable. Algo quemado y aguado, dominaba en taza un sabor poco definido y no muy agradable. Aunque era bebible.

Para acompañar, el Lempira se decantó por un Pastel de Chocolate y nueces. Un bizcocho industrial, falto de humedad y con sabor a saborizantes artificiales, servía de soporte estructural a la torta. Una mousse de nuez con trocitos de nuez que tampoco destacaba especialmente, servía de relleno. El conjunto, anodino. Plano. Algo empalagoso incluso, pero de una hermosa presencia.


También cató el Lempira un Pain au Chocolate que, ciertamente, estaba rico. El chocolate no destacaba por su acidez, sino más bien por el exceso de azúcar, pero su textura era cremosa y combinaba bien con la masa. Una masa que, por otra parte, estaba bien conseguida: crujiente por fuera, esponjosa por dentro, de buena textura aunque de sabor algo reiterativo. Dice la página oficial de Vie de France que están especialmente orgullosos de su masa de Croissant y no es para menos, pues lograr esa textura y ese sabor en producciones industriales es difícil. Dicho esto, no vayan a pensar que alcanzan la calidad de los croissants artesanales que se producen en Europa... ni tampoco los que se elaboran aquí mismo en Tegucigalpa. Aunque ojo, los croissants de Vie de France están ricos...




El Cheesecake de vainilla tenía una presentación estupenda, aunque su sabor dejaba bastante que desear. Mucha azúcar y canela, pesada la masa, empalagoso el resultado final. Demasiado "mazacote". Hay personas que lo disfrutan. El Lempira, no.


En resumen: Vie de France es una cafetería de inspiración francesa y de esencia gringa en cuanto a aromas y sabores. La sutileza, la profundidad y la elegancia no están entre sus cualidades, aunque, sin duda, tiene su público. Las personas que gustan de una pastelería más sutil y menos edulcorada, manténganse al margen. 


Categoría "Wine-Bar/Cafetería/Pub" Vie de France, Honduras Puntuación
Entorno - Ambiente 7,7
Servicio 6,5
Bebidas - Comida 5.5
Puntuación Media 6.3
Relación Calidad Precio 4





domingo, 20 de julio de 2014

Gastroplan: Festival Cultural en el Picacho

Hoy en la mañana, Domingo 20 de Julio, acudía en Su día el Lempira que come a la llamada que hacían varios medios: Festival Cultural en el Picacho. El sugerente título y la más que notable localización, por lo hermoso del parque capitalino, era motivo de sobra para darse una vuelta... y ver qué se ofrecía.


El evento no terminó de emocionar. Pocos puestos (en total, como máximo, habrían 15), pocas actividades programadas pese a lo grande del escenario principal, y únicamente, en 4 o 5 puestos, productos gastronómicos. Eso sí, algunos interesantes, como por ejemplo los chiles dulces rojos y amarillos confitados en aceite de oliva que elabora el señor Gunter en Tegucigalpa (teléfono de contacto para ventas: 99538134). También correctos los chocolates de Choco-Cha, una fábrica artesanal de chocolates que elaboran a partir de su propio cacao cultivado en Olancho y que tienen sede en Valle de Ángeles (en el parque central); y la gente de Alimentos ktrachos (98877687) con su Rompopo y café Don Ángel y Montaña del Ángel, quienes ganaron taza de excelencia en 2013 y 2014 (café agradable, muy suave, de ligera acidez y aromas tirando a frutos secos).

No mucho más a destacar... pues el Lempira, además, probó un Sándwich de basura aceptable, pero no especial. Ojalá el año que viene se animaran más elaboradores a mostrar sus productos, pues el espacio donde se realiza el evento bien vale una alegría.

¡Saludos Lempiras!



viernes, 18 de julio de 2014

Baleadas de Doña Oneyda (West End, Roatán). Probablemente, las mejores de Honduras

El puesto de Doña Oneyda en West End, Roatán, es visita obligada. Allí se hacen las que, probablemente, sean las mejores baleadas de Honduras... y si no creen al Lempira, simplemente pruébenlas ustedes mismos...


Por que Doña Oneyda lleva ya más de 20 años instalada en West End, en la calle principal, frente al mar que tanto le gustó cuando llegó procedente del Lago de Yojoa. Más de 20 años sirviendo ininterrumpidamente a nacionales y extranjeros uno de los platos más característicos de la gastronomía hondureña: las baleadas. Y se dice pronto: más de 20 años viendo como otros puestos de comida y otros restaurantes cerraban mientras ella continuaba haciendo feliz a los comensales de medio mundo con sus deliciosas baleadas catrachas.

Por que la mano de Doña Oneyda tiene algo de especial: su corazón, inmenso. Por que la baleada de Doña Oneyda tiene alma. Un alma que nace en el amasado, ese momento de pasión, candor y vértigo de un amasado seductor, amoroso, profundo y vibrante. Ese amasado en el que se combinan la harina, el agua, y a veces -cuando Oneyda está con ganas de embriagar al universo-, un poco de leche de coco. Un amasado mágico, que vuela alto, que trasciende, que enciende, que transpira y gime, que se eleva hasta el más allá y termina en una profunda inspiración, expiración, inspiración, expiración. Late. Da vida. Alma. Baleadas perfectas hechas con los más simples y a la vez complejos, humildes y a la vez grandiosos ingredientes: las manos de Oneyda, el amor de Oneyda...

¡Que vivan los puestos de comida sublimes, como este!, que le recuerda al Lempira a un gran amigo: el Chele, su chile y sus carnitas. En paz descansen todos ellos... ¡Y muera el odio, el rencor y la desidia de esta nuestra Honduras que mata a golpe de gatillo!

- "¿Hasta cuándo lo seguiremos permitiendo? ¡Basta ya!" (gritó el Lempira que come)



Afortunadamente Oneyda vive, y hace vivir. Afortunadamente no se cansa de amasar y dar amor. Afortunadamente quedan mujeres y hombres como ella, que comparten con el mundo su arte sin esperar más que unos cuantos centavos a cambio. Afortunadamente estamos vivos nosotros también para disfrutar a estas personas. Afortunadamente hay esperanza, que es lo último que matarán.


En la bahía de West Bay, sobre las 7 de la tarde, además de respirarse amor, huele a coco. Y los lugareños saben qué sucede: Oneyda añadió leche de coco a su masa de baleada y se huele a kilómetros. Cuando eso sucede sus estupendas baleadas, aún están más ricas... la masa siempre perfecta en elasticidad y textura, en temperatura, en color y en sabor... y sus rellenos, deliciosos: se puede optar por añadir carne de cerdo adobada en especias, carne de res marinada en especias o pollo. Además de la clásica con huevo y frijol.


Las baleadas favoritas del Lempira son las de cerdo y también las de res. Al Lempira le gusta añadir abundante chile, que también prepara Doña Oneyda haciendo uso de uno de los secretos mejor guardados de las Islas de la Bahía: el chile cabro. Para quien no lo conozca, decir que el chile cabro puede ser picante o dulce, y de varios colores: naranja, rojo, amarillo y verde. El aroma del chile cabro es tremendamente  fragante. Huele a flores, y su picante (aquél que pica, claro) es potente, penetrante y punzante. No es apto para cualquier público (quedan advertidos, por que pica mucho), pero siempre es posible añadir un pedacito pequeñito, pues su floralidad y verticalidad son dos características que logran resaltar muy mucho el sabor de aquello que se come. Si ven algún bote con chiles cabros preparados en vinagre no lo duden y compren. Se conservan bien durante bastante tiempo y será un acompañante mágico para sus comidas.


Además de las mejores baleadas, Doña Oneyda ofrece también pinchos de pollo, de cerdo y algunos otros platillos sabrosos. ¿Los precios de las baleadas?, inmejorables: de 15 a 25 L. dependiendo del relleno.

En resumen: ES PEC TA CU LAR. Cuando viajen a Roatán, disfruten de Oneyda y sus baleadas porque son patrimonio catracho!



Categoría "Puestos de Comida" Puntuación
Servicio 8
Comida 10
Puntuación Media 9,6
Relación Calidad Precio 9


miércoles, 16 de julio de 2014

Se cumplen 5 años de la primera visita del Lempira a "El Bulli", el mejor restaurante de la historia





... Y para conmemorar dicho día, el Lempira que come quiere compartir la carta que escribió al Chef Ferrán Adriá (el mejor Chef de la historia de la gastronomía) y su equipo cuando visitó el restaurante y disfrutó de esa experiencia tan absolutamente memorable...


A las 20:30 comenzó nuestro particular baile en Cala Montjoi. De la mano, dejamos a un lado el cartel de El Bulli y subimos el crepidoma de entrada al templo. Al ritmo del latido de nuestro corazón, impaciente, traspasamos el umbral de la puerta hasta la posición donde recibía el cerebro de la sala, Lluís García. Pronto nos reconoció porque en El Bulli todos los detalles son tenidos en cuenta, y saber quién es quién, también. Sin apenas darnos tiempo a situarnos, a respirar el aire del templo y a observar poco más que los lomos de los libros de cocina de El Bulli que se encontraban amontonados junto a una pared, y mirar por una cristalera enorme a través de la cual se accedía al jardín donde se encontraban algunas mesas ya en pleno ritual y de fondo, el mar; fue que accedimos a la cocina… El corazón del templo. Sin más. De repente.


Allí estábamos un año y siete meses después de nuestra primera solicitud de reserva. Solos los dos, frente a la cabeza de toro de madera que rompía con delicadeza las líneas rectas minilamistas que inundaban de amplitud y profundidad aquél lugar, sobre la plana mesa de salida de las elaboraciones; observando la secuencia de movimientos, sin pausa pero pacientes, que dibujaban en el espacio las decenas de delantales blancos relucientes yendo y viniendo, sin pausas pero pacientes, en una suerte de danza al compás de una idea, de un alumbramiento, de una creación sin límites. Al compás de la sinfonía de Ferrán Adría. Nerviosos y sin cansarnos de observar las piruetas de los más de 29 cocineros, apareció el Maestro, como de la nada, de improviso, casi desde atrás nuestro, desde ese ángulo muerto que tienen nuestros ojos; y nos dijo, con la mano extendida hacia nosotros:
- “Bienvenidos a El Bulli”.
- “¡Puta!, ¡Ferran!… ufff, gracias… que orgullo es para nosotros estar aquí dentro”
- “¡No!... por favor, esta es vuestra casa. Espero que disfrutéis del menú”.

Cuando lo vipor primera vez en televisión me dio la misma sensación que cuando estreché su mano mirándolo a los ojos. Tiene cara de inventor, de científico chiflado de cine, de esos que en las películas buscan y rebuscan fórmulas mágicas para detener el envejecimiento o cambiar de espacio tiempo o teletransportar a otras dimensiones… La diferencia con estos es que él, Ferrán, lo consigue una y otra vez en su templo. Elaboración tras elaboración. Minuto a minuto. Como todo lo que allí sucede, sin pausa pero pacientemente… un adaggio majestuoso e infinito. 4 horas y media de intensas emociones, algunas lágrimas mal escondidas, explosiones organolépticas, sacudidas mentales, humor, sonrisas, magia, un pino en la boca, un jabón comestible, las flores del mundo en tu paladar, esferificaciones, liofilizaciones, nitrogenizaciones, ¿qué ha pasado durante el tiempo que he tenido los ojos cerrados y una almendra mimetizada en la boca?

35 elaboraciones sin igual. Ni parecidas. Revolucionarias. Creaciones de mago, de genio, de loco. 35 espacios, 35 formas, 35 universos. 35 millones de sensaciones que retan incesantemente los límites de los sentidos humanos. Universos dentro de universos: elaboración pluriversal tras elaboración pluriversal. Hasta contar 35. ¿Se puede contar hasta 35? No. La imaginación vuela con la primera, y se pierde hasta los confines del recuerdo… hasta mi lejano pueblito entrerriano viajó con la “leche de soja con soja” en 19 modos, y mucho más lejos aún cuando mordí un “cacahuete” y resultó ser “mimético”. "Vaya con los Miméticos", diría Cortazar. El cacahuete mimetizado seguro que salía con alguno de sus Cronopios en algún momento, porque hasta allí llegó mi imaginación. Cronopio con cronopio y “cacahuetes mimetizados”. Claro que en cuanto te vas al quinto pino, es normal que de repente tengas uno en la boca. Y zás!, las “coníferas” de la costa brava decidieron que era mejor expresarse como sabor dentro de una boca que como tradicionalmente lo venían haciendo siglo a siglo, en cualquier peñasegat de la zona… tanto así que parecía que se reía el pino que veía a través de la ventana cuando me lo comía bocado a bocado. Por no hablar de la “esponja de coco” que me llevó hasta el cielo de nuestro Caribe, como si estuviera en una nube de coco y mirara el mar, y pescara una “gamba en dos cocciones” y me comiera las patitas crujientes y la cola cruda y entonces se enfadara Poseidón y me preparara un ungüento a base de “perifollo” para sedarme hasta el final de la noche y lo consiguiera. Y me llenaran la boca de “shabu-shabu de piñones” hasta que se inundara de crema y recordara la fresquísima “rosa helada” y los “néctares de flor” y consiguiera entonces reponerme con un buen “bocadillo de calabaza y almendra”… y nunca volviera a ser el mismo.

No se puede contar hasta 35 así. Y menos cuando de la mano de cada elaboración uno baila con un Gran Rossé de Gosset y un Puligny-Montrachet Les Folatieres 2001 de Henri Boillot, topándose por el camino con un Amontillado VORS Tradición acompañado de las hermanas miméticas del cacahuete, “las almendras miméticas”. En ese momento ya estábamos en la mesa además de mi amada y yo, Cortázar, algún Cronopio, el pino de la cala montjoi, los cacahuetes, mi abuela Tota y unas “ortiguillas al té” con caviar que casi nos hacen llorar, pero sin casi, y sin descanso…
- “¿Desean oler una rosa de Ecuador?, con ella preparamos la siguiente elaboración: rosas/alcachofas”
- “Ten amada mía, huele el perfume de esta rosa y devórala”.

En el templo de la magia, las flores se comen, hay “hojas que son ostras” y los “estanques helados, son menta”. Todo es verdad en El Bulli. Los “cocos” son enormes, blancos, esféricos, nitrogenizados y se comen con curry y de las “raíces” salen maracuyás y “moluscos” dulces, y “hojaldres de piña”. Mundodulce se vuelve pletórico con Riesling Westhofener Morstein Auslese de Wittmann VDP y Rasim Vimadur de olivera Cooperativa.
En El Bulli todo es lo que parece: magia. Y cada elaboración es un mundo y cada mundo un universo y cada universo un recuerdo que en forma de sonrisa se incrustará en nuestro rostro y mente hasta el fin de nuestros días.

Un millón de gracias a Ferrán, Juli, Lluís, los Somellieres con sus fantásticas recomendaciones y al resto del equipo (en sala y cocina) por una inolvidable noche. Mil gracias por todo el esfuerzo, cariño y amor puesto en cada momento, y las miles de horas de trabajo y conocimientos puestos al servicio de la todos los humanos, a disposición de todo aquél que ame la gastronomía, la creatividad y el arte.
¡Viva el Bulli!

Y esa fue la carta que motivó el menú de 35 elaboraciones y más de 4 horas y media de sensaciones... carta que recibió Ferrán Adriá y su equipo. Porque así fue aquella noche del Lempira que come en El Bulli: pura magia, puro amor... 


¡Que viva la gastronomía!