El Lempira que come estuvo
presente en la Fiesta Panamericana del Zamorano, la décima que organiza la
prestigiosa Escuela Agrícola. Y, la verdad, quedó asombrado de la afluencia
inmensa de público. Tantísima gente llegó que, intuye el Lempira, se
superó la capacidad inicialmente proyectada y se registraron colas de acceso de
más de una hora (incluso dos)...
El Lempira, como fue relativamente temprano, "sólo" tuvo que aguantar 40 minutos de tráfico muy intenso en el último tramo, y la consecuente picaresca de esos maravillosos compatriotas que, saltándose las filas de tráfico por el arcén y el carril contrario, terminaron generando aún mayores filas y un sentimiento de malestar patente en todos los que sí respetaban la fila.
son
papas con una deliciosa salsa espesa, ver receta aquí). El Lempira no pudo probar
nada de este stand por lo concurrido que pasó todo el tiempo... una lástima,
pues los bocadillos tenían un magnífico aspecto.
El Lempira, como fue relativamente temprano, "sólo" tuvo que aguantar 40 minutos de tráfico muy intenso en el último tramo, y la consecuente picaresca de esos maravillosos compatriotas que, saltándose las filas de tráfico por el arcén y el carril contrario, terminaron generando aún mayores filas y un sentimiento de malestar patente en todos los que sí respetaban la fila.
Menos mal que la sensación de
malestar y disgusto se desvaneció cuando logró acceder el Lempira que come
al recinto y sintió que la organización era buena... bastante parqueo y bastante personal para asesorar con una
sonrisa en la cara. Bien por la organización.
En el plano que interesa, el
gastronómico, la fiesta estuvo buena. Si bien, la gente que llegó más tarde de
las 1:45 pm se quedó, por seguro, sin probar prácticamente ninguno de los
stands internacionales que ofrecían comida tradicional de los diferentes países con representación entre los del Zamorano. Para los tempraneros, el
madrugón resultó casi una bendición, porque a media mañana fue la hora en la
que mejor se podía pasear e incluso platicar con los diferentes responsables de
los puestos de comida. En numerosos de ellos, había estudiantes del propio
Zamorano en labores de apoyo, o incluso en labores de ejecución gastronómica.
Destacaba la oferta de Perú,
país de inmenso prestigio gastronómico. En dicho puesto se ofrecía desde
Ceviche, hasta un sándwich de chicharrones, pasando por chicha morada (una bebida
hecha a base de maíz morado) y las deliciosas papas a la Huancaína (que
Entre los triunfadores no
puede dejar de mencionarse a Bolivia, cuya oferta de Sándwich de cerdo adobado
y, sobre todo, las Empanadas Salteñas de carne (picantes y no picantes) y pollo
no estaban bien, sino ES PEC TA CU LA RES. Las empanadas salteñas se
elaboran al horno y llevan la carne picada a cuchillo, con varias especias.
Deben quedar bien jugosas por dentro y tener una buena textura de masa
exterior... y estas cumplían a la perfección con los cánones. Especialmente
deliciosas estaban las salteñas picantes. También hacían en el puesto unas
buenas empanadas de queso fritas espolvoreadas con azúcar glass.
Tanto le gustaron al Lempira las
empanadas que fue a hablar con la encargada... y resulta que ofrece servicio de
Cátering los fines de semana en Tegus. Imprescindible. Hablaremos de ello en
otro post.
El puesto de Colombia ofrecía
arepas, las tradicionales "tortillas" colombianas, elaboradas a base
de harina de maíz. Más gruesas que nuestras tortillas (en general, porque hay
muchos tipos diferentes de arepas en Colombia) se suelen servir como
acompañante de las comidas. Una de las arepas favoritas del Lempira son las que
van rellenas de queso y se calientan a las brasas. En el puesto de Colombia
también ofrecían empanadas colombianas, con masa de harina de maíz, rellenas de
carne mechada y fritas.
Además, se podían encontrar
puestos de comida mexicana, guatemalteca, nicaragüense, salvadoreña,
costarricense, y hondureña... pero no podría indicar el Lempira si había
algún otro puesto pues era tal la cantidad de gente que se hacía difícil
incluso transitar.
Mención especial merece el
puesto de Hondurigen, una pequeña empresa que colabora con diferentes productores artesanales de café de calidad reconocida y otros elaboradores de
alimentos de raíz. En el puesto, el Lempira tuvo ocasión de conocer a Nancy
Hernández, catadora de la Escuela Nacional, Jueza de la Taza de Excelencia 2014
y productora de café en Marcala, que estaba ofreciendo una cata de su propio
café elaborado en diferentes tipos de cafetera.
Muy interesantes las explicaciones
de Nancy y delicioso su café: Aroma Café, de la finca Jazmín situada en El
Trapiche, Marcala, a 1500 metros de altura. Variedad Catuaí. Tostión media. El
café que probamos, elaborado en cafetera Aeropress, era un prodigio de
equilibrio, sedosidad y armonía. Acidez cítrica comedida, entrada golosa, y
dejes a frutas como maracuyá y melocotón en boca.
También fueron interesantes
los numerosos puestos de elaboradores artesanales de mermeladas, panes dulces
de distinto tipo, tortillas de harina, y productos agroecológicos… como los
productores del Valle del Yeguare, que ofrecían una bolsada llena de verduras
ecológicas a 90 L.
Por último le gustaron, y
mucho, al Lempira que come, las estufas
mejoradas que se exponían. Incluso había una parrilla solar… sí, como oyen. Una
auténtica y espectacular, parrilla solar, que, desgraciadamente, no estaba en
uso… por lo que no pudimos valorar el resultado de la cocción; si bien, aseguraban
los zamoranos allí presentes que las cosas salían ricas.
En resumen: una fiesta que va camino de convertirse en un clásico nacional y que cada año recibe más visitantes. Todo un imprescindible... eso sí: al que madruga...
Salud Lempiras!
Salud Lempiras!
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