martes, 2 de septiembre de 2014

Gastroplan: visitar Intibucá, su mercado, sus lagunas + Receta Ensalada de Espinaca y queso de cabra templado

La reciente visita del Lempira que come al Festival de la Papa de Intibucá (ver aquí) sirvió para visitar el famoso mercado de La Esperanza e Intibucá. Repleto de puestos de verdura y fruta, este mercado es espacialmente atractivo porque los campesinos, campesinas e indígenas lencas residentes en las montañas colindantes acuden los domingos a vender las producciones de sus huertos familiares, y pequeñas fincas.


El espectáculo es digno de ver... por lo que, bien tempranito, a las 05:37 am para ser exactos, el Lempira se levantó de la bonita posada que le dio pernocte, y puso rumbo a las calles situadas a pocos metros de la plaza central. Mujeres y sus hijas ataviadas con pañuelos lencas y cargadas de bultos de diferentes verduras tomaban lugar en las calles. A uno y otro lado se sucedían puestos improvisados sobre el asfalto. Puestos repletos de zanahorias recién extraídas de la tierra, rebosantes de vida, enormes patastes resplandecientes, cebollas amarillas, hermosos lirios (sí, blancos y enormes lirios), espectaculares chiles de distinto tipo, gallinas más grandes y más chicas, chiles dulces verdes, rojos tomates (aunque demasiados del tipo pera "marca" Monsanto), jabones de bola, muchas papas (pero desgraciadamente ninguna criolla, sino de "semilla" holandesa) y maíz blanco (este sí, por fin, criollo).



Tras muchas vueltas para encontrar las mejores opciones de entre las mejores, el Lempira dio con unos brutales tomates rojos enormes: colorados y verdosos a la par, deformes y con magulladuras en su piel. 


- "Por fin", suspiró el Lempira "¡tomates naturales!, ¿a cómo la libra?"
- "A 10 L. se lo voy a dejar"
- "Deme 4 libras, que tienen un aspecto soberbio!"
- "¿Verdad que sí? yo los cosecho."
- "Es usted todo un artista"
- "Que le vaya bien, pues"
- "Un abrazo, volveremos..."

También encontró unas impresionantes espinacas baby. Maravillosamente verdes, con las hojas pequeñas, tiernas y sanas. Compró 3 manojos por 10 L. para preparar una sencilla, nutritiva, y lo que es más importante, deliciosa ensalada de la que detallará la receta al final del post.


Mención especial se merecen la "sipas", tortillas gruesas hechas con maíz tierno amarillo que encontró al escuchar a una vendedora decir "sipaaaas" y mostrar unas tortillas diferentes a las tradicionales. El Lempira no conocía esta elaboración, así que pidió una docena. Se las dieron calentitas, recién hechas, y cuando se la llevó a la nariz, y luego a la boca no lo pudo aguantar. Gritó:

- "¡Estas sipas son ES PEC TA CU LA RES!"


El tiempo transcurrido desde el momento en que el Lempira cerró los ojos para disfrutar del sabor y la textura de la sipa hasta que los volvió a abrir fue suficiente para viajar  por las montañas y lagunas de Intibucá, recorrer los parajes maravillosos desde Siguatepeque hasta La Esperanza, llegar a Marcala,  pasear por Gracias y retornar a la vida. Fue tal el gozo místico del Lempira que al verlo disfrutar comiendo, algún transeúnte se detuvo en el puesto de sipas ávido por probar la magia de aquella mujer, que cada domingo vendía sipas con su hija. En el mismo puesto. Anónimamente.

Y es que aquellas sipas recién hechas, tenían algo. Esa textura tierna y ese sabor a maíz supremamente seductor, pero menos evidente que el de las tradicionales. Más complejo, rico en matices... eran bárbaras.


Por no hablar de la increíblemente deliciosa cuajada que encontró el Lempira a pocos metros del puesto de sipas. Cuajadas recién hechas, envueltas en tusas de maíz. Nunca había visto el Lempira una cuajada tan tierna, tan fresca y tan jugosa como aquella. Recordó inmediatamente las palabras de Carlos Guerra, el particular cheese-maker hondureño: "el requesón que sale de la producción de cuajada es mejor que el ricotta de Italia" (entrevista completa aquí). Desde luego, no le falta razón. Esa cuajada era, simplemente, de 10. Excelsa. Estaba tan buena que se comió todas las sipas, con 2 cuajadas...



Todo un Hit el mercado de Intibucá... lástima que la búsqueda de "Choros" fuera infructuosa, pese a que se hicieran todos los intentos. Al parecer los choros únicamente se encuentran en mayo y junio... Fuera de dichos meses, sí es posible encontrar los llamados "Matambreros", o "Matambres", que son hongos de color amarillo, algo más chicos que los choros, y según dicen, igualmente deliciosos.

Tras mucho preguntar de puesto en puesto, el Lempira dio Don Cayetano, la persona que suele traerlos. No tenía ese día, aunque dijo que para septiembre intuía una gran producción, en cantidad y calidad. Ojalá podamos acercarnos entonces.



Además de la visita al mercado, Intibucá vale una alegría por el paisaje lleno de lagunas, los productos textiles que se realizan artesanalmente, los vinos de frutas (ya hablaremos del vino de arrayán, que fue el más aceptable), el café y alguna que otra delicia no tan bien aprovechada. Y esto porque pese a la existencia de un mercado de productos de tanta calidad, no sintió el Lempira que se tradujera en una oferta especialmente atractiva basada en productos locales y frescos en los diferentes restaurantes. Si bien, y ya lo contaremos en otro post, sí pudo catar los famosos choros (aunque quizás fueran congelados, o quizás "matambreros") y disfrutar de su sabor y espectacular textura en 3 elaboraciones diferentes en al restaurante La Hacienda.

No tiene precio ir a la Laguna de Chiligatoro y tomarse un café, acompañado de estas semitas de maíz. Marina y Serafina son las encargadas del puesto (y dicen que hacen unas ricas enchiladas lencas... tocará repetir para comprobarlo!).

Por último, el Lempira quiere comentar que Dunia, la responsable del puesto de Información Turística es fenomenal en su trato y recomendaciones. Todas ellas acertadísimas. Si viajan, no duden en pedir información por ahí!


Receta de Ensalada de Espinaca Baby con Queso de Cabra templado

Ingredientes para la ensalada:
- Un manojo de espinacas baby (si no encuentran espinacas baby prueben con rúcula, quintoníl, o berro. No utilicen la espinaca de hoja dura, porque su sabor es demasiado potente y su textura en crudo es desagradable)
- Una cucharada sopera de piñones (sí son caros, pero vale la pena. En cualquier caso, pueden sustituirlos por nueces ligeramente picadas)
- Un tomate maduro
- Una cucharada sopera de uvas pasas
- Sal al gusto, y una pizca de pimienta.
- 2 trozos de queso de cabra (se puede utilizar queso tipo Feta griego, o los rulos de queso de cabra), panko (o pan rallado) suficiente para untar los trozos de queso y aceite de girasol para freir.

Ingredientes para la vinagreta:
- Tres cucharadas soperas de Aceite de Oliva Virgen Extra (sí, es caro, pero vale la pena)
- Una cucharada sopera de Vinagre balsámico de Módena (sí, es caro, pero vale la pena)
- Una cucharada sopera de miel

Preparación:
- Mezclar los ingredientes de la vinagreta en un recipiente. Reservar.

- Lavar bien el manojo de espinacas. Seleccionar las hojas más tiernas y situarlas en un papel absorbente.

- Cortar en trozos el tomate.

- En un recipiente grande colocar las hojas secas de la espinaca y añadir los trozos de tomate, los piñones, las uvas pasas y agregar sal.

- En una sartén calentar (a 170 C) el aceite de girasol necesario para freír 2 trozos de unos 5X2 centímetros de queso Feta griego (si utilizas queso de cabra en rulo, podés optar por cortar varias rodajas de 2 cmts y calentarlo al horno por unos minutos, o bien proceder a freirlos del mismo modo que se detalla seguidamente, utilizando en lugar de la salmuera del queso feta, un huevo batido).

- Mojar los trozos de queso Feta en su propia salmuera y cubrir de panko (o pan rallado). Apretar un poco para que el pan rallado o el panko quede adherido al queso. También se puede utilizar huevo batido en lugar de la salmuera del queso.

- Freir ligeramente, hasta que el panko quede tostado. Este paso es delicado. La idea es que quede ligeramente calentito el queso dentro de un crujiente de panko o pan rallado. La operación debe ser rápida: introducir el queso unos segundos, darle la vuelta otros segundos y listo.

- Nota importante: si la temperatura del aceite es baja, se mojará demasiado el pan rallado y perderás el queso porque éste se derritirá. Si la temperatura del aceite es demasiada, quemarás el pan rallado. Si uno se pasa de tiempo en el aceite, pasarán las dos cosas descritas. Hay que tener cuidado en este paso.

- Situar los trozos de queso fritos en un papel absorvente y, mientras tanto, mezclar la vinagreta de miel con la ensalada. Probar, rectificar de sal, aceite o vinagre y añadir una pizca de pimienta recién molida.

- Situar sobre la ensalada condimentada los dos tozos de queso calentitos.

Disfrutar!

3 comentarios:

  1. Qué colores, casi se huele el mercado. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Pepe

      Definitivamente nuestros mercados son espectaculares... a ver si un día te animas y visitas Honduras, muchas cosas por ver y disfrutar!

      Eliminar
  2. Wooowww!!!!

    Quiero leer mas, es impresionante como nuestra Honduras tiene un gran potencial.....la amo, asi como todas las cosas buenas que la gente hace.

    Un abrazo a todos los Hondureños trabajadores, buenos, justos....que Dios les bendiga y gracias por este espacio maravilloso.

    ResponderEliminar