lunes, 19 de mayo de 2014

Enchanté un restaurante con pretensiones en San Pedro Sula

Enchanté es un refinado restaurante de San Pedro Sula en el que además de disfrutar de una carta con influencias francesas en un ambiente bastante agradable, es posible acudir en las noches de los viernes a escuchar buen jazz y blues en directo.

Situado en la calle 5, 17 Avenida Circunvalación, casa nº176, Enchanté se encuentra calificado por los usuarios de Trip Advisor en San Pedro Sula como el 4 mejor restaurante de la ciudad. Y ya saben los y las lectoras más fieles, que el Lempira ha ido, poco a poco, visitando los 10 mejor valorados de Tegucigalpa para emitir su rigurosa e independiente valoración. Así que decidió probar algunos de los sugerentes platillos que conforman la carta de Enchanté.

El establecimiento ofrece parqueo para numerosos vehículos y seguridad privada permanente. La puerta de acceso conduce por una especie de pasillo abierto a través de un pequeño jardín a una segunda puerta a partir de la cual se accede a un espacio utilizado como recibidor. Varias salas de servicio diferentes se abren paso de izquierda a derecha según entra el comensal. Mesas cuadradas, vestidas con mantelería blanca y paso de mesa rojo invitan a sentarse cómodamente en la primera que se encuentre libre. Las paredes, color pastel, están decoradas con fotografías en blanco y negro y algún que otro detalle. El ambiente que se respira gracias a la decoración es acogedor pero no deja de sentirse una especie de congojo mental. Quizás porque la solería no acompaña, o porque la decoración en general está ya un poco De Modé. En cualquier caso... es agradable. Al fondo de las salas se sitúa el jardín. Un gran espacio donde también es posible comer en una de las amplias mesas redondas. Cuando es de noche, este espacio es el más recomendable, pues hay ventilación suficiente y el jardín tiene su encanto.


En cuanto al servicio, decir que éste varía en función del mesero encargado. Unos más atentos que otros, y otros mucho más graciosos que unos. A la mesa del Lempira acudieron todos, incluidos los dueños del local, que fueron los que terminaron por recomendar qué elegir de la (demasiado) nutrida carta. Es de recibo indicar que los platillos llegaron en buen tiempo y forma; aunque los meseros no lograron responder muchas de las cuestiones que formuló el Lempira. Quizás por ello acudieron al rescate los dueños... quien sabe!

Como hacía calor en San Pedro (- "obvio") el Lempira decidió marchar unos cócteles mientras se decidía. Se ofrecen 23 cócteles a precios comprendidos entre los 70 L. y los 90 L. La carta de comidas se divide en la sección Entradas, Carnes, Pescados y Mariscos, y Postres. Entre las Entradas destacan: el Hojaldre de Caramones (370 L.), el Escargot Portobello ( 380 L.), el Carpaccio de Carne o Salmón (370 L.), los Mejillones Marinados (355 L.), los Calamares empanizados (375 L.), las Crepas de Langosta (380 L.)... entre otros muchos sugerentes. Además se ofrece Bisque de Langosta y Sopa de Cebolla (300 L.) y 5 ensaladas.

Entre los platos de fondo, que se sirven con 2 acompañantes, destacan: el Filet Mignon con varias salsas diferentes (entre 330 y 380 L.), las Costillas de Cordero (395 L.), el Filete Bourguignone (310 L.), la Codorniz (285 L.), la Pechuga de Pato a la Naranja (375), el Salmón Mediterráneo (355 L.), el Bass Chileno con Salsa de Cointreau (285 L.), el Róbalo con Espinaca y Almendras (275 L.), los Camarones Cajun (285 L.), entre otras pretensiosas elaboraciones. Como pueden comprobar, una carta muy exigente en cuanto a la cantidad de materia prima fresca que es necesario costear para preparar todos esos platillos correctamente a diario; pero, ciertamente, una carta que, bien elaborada, abriría las puertas del paraíso sin dudas. 

¿Será?

Ante la inmensa y apetitosa oferta, el Lempira decidió dejar llevarse por las sugerencias de la casa. Probó el Hojaldre de Camarones, el Bass Chileno, el Róbalo con Espinaca y Almendras y el Filet Mignon Diana. Desgraciadamente ninguno de los platos, salvo, quizás, el Bass Chileno, cumplió con las expectativas que había levantado la exigente carta.

El Hojaldre de Camarones fue sugerido por la casa como uno de los platillos estrella del restaurante. Uno de los más pedidos y laureados. Sin embargo, el tal hojaldre era en realidad un pedazo de pan de baguete desmigado. Ya se ha hablado en otras ocasiones en este blog sobre la manía que algunos restauradores tienen de llamar a las cosas como ellos quieren y no como se llaman. Es algo que debe corregirse cuanto antes, porque cualquiera que sea la razón por la cual se ofrece en la carta una cosa y se entrega en la mesa otra distinta, no tiene justificación. El Lempira reflexiona en alta voz:

- "Me ofrecen hojaldre y me entregan pan. Si yo hubiera querido pan, hubiese pedido pan".


Seguramente en Enchanté no lo perciban así. Seguramente en los otros restaurantes donde el Lempira ha vivido situaciones análogas tampoco.

El Bass Chileno en salsa de Cointreau fue el plato más conseguido de la noche. Un filete de buen tamaño y sabor agradable que combinaba bien con la salsa a base de cointreau, terminó por convencer al Lempira. Pese a la más que probable procedencia congelada del filete, éste se mostraba jugoso y tierno. La salsa, agradable. Las verduritas de acompañante estaban sabrosas y de textura crujiente. Un buen plato.

El filete de Róbalo no terminaba de convencer. Su sabor era anodino. En comparación con el Bass, éste no tenía nada que hacer. Sin embargo, la mezcla de espinacas y almendras estaba muy rica. Juego de texturas, contraste de sabores que acompañaban muy bien un filete poco sabroso. Una vez más, los acompañantes estaban realmente ricos: los espárragos frescos al punto perfecto y las papas gratinadas bien conseguidas. Con un buen filete de Róbalo el platillo mejoraría sustancialmente, porque la salsita a base de espinacas es muy rica.


El Filet Mignon Diana era más un filete de res normal que un Filet Mignon, cortado tipo mariposa, lo cual es una contradicción intrínseca. El Filet Mignon es una pieza muy específica, el extremos más fino del solomillo; el Lempira lo disfruta alto, cuando se eleva hasta el infinito y más allá porque esa es su gracia. En cualquier caso, la carne era jugosa y suficientemente tierna. No estaba mal, sobre todo gracias a la máscara de la salsa. Una vez más los acompañantes resultaron mejores que el ingrediente principal.


Como postre, el Lempira se decantó por la Creme Brulé. Un postre de muy sencilla elaboración que esta vez, y van ya varias, el exceso de azúcar para elaborar la costra de caramelo superior convirtió el postre en un imposible.



En el capítulo bebidas destaca la carta de Cócteles. El Lempira probó la margarita, correcta pero sin enamorar, y un Pisco Sour con excesiva clara. En cuanto a los vinos, en Enchanté hay copas aceptables y algunas referencias interesantes, el Lempira recuerda de memoria que ofrecían alguna opción a precio más o menos razonable.

En Resumen: Enchanté es un restaurante con pretensiones que podría manejar una carta más reducida y menos exigente. Algunos ingredientes o componentes de los platillos estaban realmente ricos, pero el conjunto no terminaba de seducir y los precios son elevados. Si se depura la carta y se afinan  ciertas elaboraciones creemos que puede ser un lugar muy recomendable. Brindamos porque así sea!







Categoría "Restaurantes" Enchanté, San Pedro Sula Puntuación
Entorno 7,5
Servicio 7
Servicio Vino 6,7
Comida 6,6
Puntuación Media 6,8
Relación Calidad Precio 5,5





4 comentarios:

  1. Muy de acuerdo. Sin embargo mi experiencia con el mesero fue muy desagradable lucia molesto, y contestaba como fastidiado. No conocia la carta. Y la calidad de la comida.. no hace justicia al precio. Asi que yo no lo recomendaría.

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    1. Hola!

      Confiamos en que mejoren los aspectos necesarios, porque la apuesta podría ser interesante... ojalá así sea!

      Un abrazo!

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  2. Excelente Blog! Realmente útil !

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