Recientemente el Lempira que come hizo una escapadita a Ojojona. Un hermoso pueblito colonial fundado en 1579 al calor de las minas de oro y plata que se explotaban en la zona, y que se ha convertido hoy, por derecho propio, en uno de los pueblos más bonitos de Francisco Morazán y probablemente de Honduras.
Inmaculadas iglesias blancas, grandes plazas públicas llenas de árboles y flores, casitas coloniales que parecen pintadas por un artista impresionista y una quebradita que, como diría el poeta, atraviesa el sueño. No dejen de ir los capitalinos, porque en menos de 30 minutos uno puede soñar, despierto.
En el bucólico recorrido dominical, se topó el Lempira que come con un postre tradicional bastante arraigado en la zona: las estrellas infladas, también llamadas pañuelos ¿o incluso buñuelos? Un hermoso crujiente elaborado a base de harina y frito en aceite al que se espolvorea con algo de azúcar. A su innegable belleza, a medio camino entre obra de arte mudéjar y baldosín andalusí, debe agregarse su agradable textura crujiente y buen sabor: un poco a churro español, un poco a hojuela. Dulzón, gracias al azúcar y con un retrogusto ligeramente vegetal, seguramente debido a la fritura realizada.
Ana los vende desde hace ya años en la plaza central de Ojojona, frente al puentecito mágico de Cuzco, a 5 Lempiras la unidad.
Vale la pena probarlos.
Inmaculadas iglesias blancas, grandes plazas públicas llenas de árboles y flores, casitas coloniales que parecen pintadas por un artista impresionista y una quebradita que, como diría el poeta, atraviesa el sueño. No dejen de ir los capitalinos, porque en menos de 30 minutos uno puede soñar, despierto.
En el bucólico recorrido dominical, se topó el Lempira que come con un postre tradicional bastante arraigado en la zona: las estrellas infladas, también llamadas pañuelos ¿o incluso buñuelos? Un hermoso crujiente elaborado a base de harina y frito en aceite al que se espolvorea con algo de azúcar. A su innegable belleza, a medio camino entre obra de arte mudéjar y baldosín andalusí, debe agregarse su agradable textura crujiente y buen sabor: un poco a churro español, un poco a hojuela. Dulzón, gracias al azúcar y con un retrogusto ligeramente vegetal, seguramente debido a la fritura realizada.
Ana los vende desde hace ya años en la plaza central de Ojojona, frente al puentecito mágico de Cuzco, a 5 Lempiras la unidad.
Vale la pena probarlos.
Categoría "Puestos de Comida" Estrellas Infladas Ana, Ojojona | Puntuación |
Servicio | 7,7 |
Comida | 7,8 |
Puntuación Media | 7,8 |
Relación Calidad Precio | 8 |
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