miércoles, 30 de abril de 2014

Tito Aguacate, New Bar, una institución en la capital



La fama de Tito Aguacate, New Bar, no conoce de fronteras geográficas, ni distinciones de clase, sexo o religión. Se cuentan por miles los apasionados que acuden al llamado del Calambre -el cóctel marca de la casa. Tertulianos capitalinos, paseantes extranjeros, escritores, pintores o periodistas; algunos políticos y también personas de bien (pero no se asusten, la inmensa mayoría de los comensales de Tito Aguacate son gente de bien, incluso algunos de los políticos que lo frecuentan).

Situado en el centro de la ciudad de Tegucigalpa, cerca del parque central (en la intersección de la avenida Colón y la calle Matute), "Tito Aguacate es parte de su memoria, es lugar de variopintos rostros meditabundos o eufóricos, donde se ventilan opiniones deportivas y culturales, compartiendo ideas o simplemente degustando un Calambre como un refugio del exterior mentiroso y violento de las calles". O así lo describe el artista Luis Landa Cruz, en un artículo de La Tribuna del 18 de Febrero de 2012. Porque New Bar, es toda una institución en la capital. Refugio de todos e incluso todas; aunque no siempre estuvo el local y su afamado Calambre disponible para ellas. En Tito Aguacate, conocido por ese nombre porque la boquita servida desde sus inicios era un aguacate cremoso y de potente sabor a piñón, no entraban mujeres. Era un espacio cantinero de reflexión y charla animada reservado a la más selecta élite intelectual de la capital, de género masculino. Hasta que el tiempo fue pasando y los encantos del Calambre terminaron por hacer el efecto esperado. Incluso la receta conquistó el paladar de un corazón poderoso: la Embajada gringa de Honduras. Porque, sépanlo, la Embajada gringa de Honduras celebra a golpe de Calambre...


Hoy, el New Bar continúa siendo un lugar de peregrinación que mantiene el ambiente rústico-cantinero inigualable que le ganó la fama. "La  reverencia a la bohemia capitalina, un lugar honesto, vacunado contra la falsedad. Tito Aguacate es un referente de tradición popular"... y como tal hay que tratarlo: no traten de cambiarlo, no traten de buscar lujos. El lujo real es que siga siendo exactamente igual que era, con feligreses asiduos y visitantes de todas partes del mundo que acuden a probar el famoso Calambre. Porque Tito Aguacate es lugar de encuentro y tertulia de artistas e intelectuales, futboleros, paseantes, apasionados y conocedores de la vida... desde hace ya más de 60 años!

El New Bar abrió sus puertas en una casona antigua de más de 100 años en 1957, tras el traspaso que Don Pedro Maradiaga le hiciera a uno de sus empleados, Don José Valentín Pereira "Tito", padre de los actuales administradores. Don José Pereira "Tito", terminó por imprimir al New Bar su firma personal, con el perfeccionamiento de la boca de aguacate ofrecida con las bebidas (con papas, huevo y queso) y consolidando el ya conocido Calambre...

Esto quiere decir que se cuentan por más de 5, e incluso 6, las décadas que han pasado desde aquél hermoso día en que se inventó el Calambre. Un día soleado y caluroso, de esos que a cualquiera gustaría disfrutar pero que para el inventor significó un pesado día de goma. Un día de resca del que había que salir airoso como fuera... por lo que, ni corto ni perezoso, puso a funcionar, el inventor, su ingenio de acuerdo con la lógica siguiente: la resaca se cura nivelando.


Seleccionó un poco de vino, un poco de ginebra, mucho hielo, limón y azúcar y se puso manos a la obra para curar su resaca. El bálsamo fue tan exitoso que enseguida se popularizó... y llegó hasta el paladar del Lempira que come, que también chupa, como ya saben ustedes:

De color ocre, rojizo-marronoso, y con una leve y efímera espuma, el Calambre se presenta en vaso largo con mucho hielo. Su aroma es intenso, alcohólico y herbáceo, y su sabor es dulzón y cítrico. Muy refrescante a medida que el hielo va haciendo su labor. El cóctel es potente y uno debe tener cuidado si va a manejar después, porque el dulzor del azúcar y el ácido del limón invitan a repetir, con el consiguiente peligro que conlleva.



El Lempira que come, fiel a su tradición de catar y emitir sus independientes y rigurosas valoraciones, concluye que el cóctel es bastante agradable y recomendable, pues aún estando elaborado con un vino y una ginebra de cuestionable calidad, el resultado final es francamente sorprendente. Se pregunta el Lempira si con un vino bueno y una buena ginebra el resultado sería mejor, o no, pues quizás sea que el vino y la ginebra con la que está elaborado el Calambre nacieron para ser Calambre y nada más que Calambre. Quién sabe...!

La boquita que se sirvió estaba como debe ser: aguacate cremoso, papas hervidas sabrosas, tiernas y consistentes, el queso fresco y el huevo duro, al punto. Una boca perfecta para la goma. Lástima que Tito Aguacate ya no sirva los impresionantes sándwiches de basura que antaño eran tanto o más reputados que sus Calambres... desde acá alentamos al New Bar a que retome la receta de sus sándwiches de basura!!! que renazca la tradición!!!




En resumen: Tito Aguacate es un rincón que sigue existiendo pasados lustros y decenas de años, estoico. Original, singular, apasionante. Un pedazo de la historia patria, indispensable. Absténganse quienes buscan lujos y no saben valorar la autenticidad y singularidad de una idea y un trabajo bien hecho.


Categoría "Wine-Bar/Cafetería/Pub" Tito Aguacate Puntuación
Entorno - Ambiente 8,6
Servicio 7,8
Bebidas - Comida 7,7
Puntuación Media 8
Relación Calidad Precio 8


martes, 29 de abril de 2014

Los mejores 50 del mundo, según Restaurant. Desconcertante y agridulce lista


Por fin se ha publicado la tan mediática lista de los 50 mejores restaurantes del mundo. Para unos una referencia, para otros una tomadura de pelo. Para el Lempira que come es una lista más, con la que en ocasiones coincide y en ocasiones no. Este año, al Lempira le ha dejado la lista un sabor agridulce. Está contento porque figuran varios conocidos y admirados, pero no está de acuerdo con demasiadas referencias que se incluyen y que han desbancado a geniales restaurantes.

Pero no es desconcertante y agridulce la lista porque los que en ella figuran no lo merecieran, sino porque otros que no figuran deberían figurar y otros de los que figuran en puestos menos relevantes, deberían ocupar los puestos más nobles de la tabla.


El Celler de Can Roca es, para el Lempira, el mejor del mundo, por servicio, por entorno, por comida, por presentación, por delicadeza, equilibrio, profundidad, técnica y despliegue. No cree el Lempira que Noma pueda superar la experiencia del Celler de Can Roca, pero quién sabe. Desde luego Redzepi es un excelentísimo maestro en los fogones, discípulo aventajado de Ferrán Adriá. Nada que objetar en cuanto a comida, pero... en cuanto a experiencia... el restaurante Noma no es lo mismo que el Celler:
En cualquier caso, lo que deja peor sabor de boca no es que uno de los favoritos del Lempira haya perdido el liderazgo de la lista, sino que la entrada de otro de sus preferidos, DiverXo, haya sido tan modesta. ¿Sólo el 94? 

Desde luego no tiene sentido que numerosos de los 93 restaurantes que figuran antes, estén por delante de éste. Porque DiverXo es, en estos momentos, el restaurante más rompedor, más innovador, más creativo y atrevido de cuantos existen en el mundo. DiverXo es potencia sápida en estado puro, es magia, es sorpresa, es sentimiento y pasión. Es, sencillamente, el restaurante donde todos y todas desearíamos comer ahora mismo... En fin. Cosas de las listas.





En el capítulo latinoamericano alegra que sean 8 los referidos



DOM, en Sao Paulo, ocupa el puesto 7 y lo avalan grandes críticas, pero a haber perdido un puesto en relación a la lista del pasado año, sigue estando entre los 10 mejores del mundo. Nos alegramos enormemente. 





Maní, de la recientemente ganadora del premio a la mejor chef mujer del mundo, también en Sao paulo, ocupa el puesto 36. Excelente resultado.


El Lempira no puede decir mucho de ninguno de los dos porque no ha tenido la suerte de sentarse a la mesa de dichos restaurantes pero sí ha leído críticas de ambos. Además, sendos cocineros son referentes más allá de su país, por lo que, sin duda, se convierten en más que interesantes opciones de visita, si uno va a Brasil (ya saben los mundialistas donde ir).



Central, Astrid y Gastón y Malabar en Lima Perú; ocupan los puestos 15, 18 y 95, respectivamente. El Lempira puede decir que Astrid y Gastón es un enorme restaurante. Gastón Acurio ha logrado ser referente a nivel mundial y transmitir los valores de la comida peruana alrededor del mundo. Tuvimos la enorme fortuna de probar el menú histórico que configuraron con motivo del traslado de su restaurante (a otro local nuevo y hermoso), y podemos decir que fue realmente interesante ver como cada año evolucionaba conceptualmente la comida de Astrid y Gastón.

Desgraciadamente no pudimos comer en Central, que ha ganado cerca de 40 puestos en esta nueva lista, respecto a la del año anterior, ni Malabar, pese a que lo intentamos, pues estaban cerrados ambos cuando visitamos Lima.

- Pujol y Biko, de Mexico DF, ocupan los puestos 20 y 59 respectivamente. Están marcados en rojo en la lista de deseos del Lempira, que sí pudo comer en Paxia y no entiende por qué no aparece, cuando ofrece, sin duda, uno de los mejores menú degustación que el Lempira recuerda. Alta Cocina Mexicana... delicia:





- Boragó en Chile ocupa la posición 91. El Lempira comió allí hace algunos años, así que es posible que haya mejorado mucho, si bien, entonces, no merecía tal distinción. 

Entristece, sin embargo, que no haya ningún restaurante Centroamericano en la lista, ni que se lo espere. Es evidente que falta mucho todavía para disponer de un restaurante de nivel "Gastronómico" en Centroamérica, pero también es cierto que se están haciendo importantes avances en algunos países de la región. En Guatemala, Panamá y Costa Rica, por ejemplo, es posible encontrar algunos establecimientos que sorprenden con menús degustación de un nivel extraordinario. Si continúan profundizando y mejorando el menú degustación sería posible en el futuro ver su nombre escrito, al menos, en la lista de los 50 mejores de Latinoamérica. Se lo merecen.

En Honduras, aún falta camino por recorrer: mirar hacia adentro, recuperar recetas y tradiciones culinarias que han desaparecido o están en vías de extinción, recuperar el campo y los productos del campo hondureño (desde el maíz criollo y sus derivados, hasta el mazapán, pasando por las semillas criollas de frutas y verduras, etc) y, sobre todo, reflexionar acerca de la gastronomía propia, los sabores tradicionales de las diferentes zonas de Honduras, construir más y mejor cultura gastronómica y pensar en cómo se podrían elevar a la categoría de Alta Cocina los sabores tradicionales. El camino ya lo trazó Ferrán Adriá en el Bulli... El Lempira se pregunta cómo sería un menú degustación catracho de Alta Cocina: esfera de tapado costeño, frio-caliente de sopa de maíz, deconstrucción de Plato Típico, tantas técnicas y texturas se le podrían aplicar a nuestros productos y sabores!!

Un abrazo Lempiras!


lunes, 28 de abril de 2014

Sundowners, Roatán. Un clásico de la rumba en West End

Sundowners es a West End, lo que  Maradona a Argentina. Un emprescindible, un referente. Uno de los pubs más longevos e interesantes de Roatán, donde se dan cita todos los visitantes temporales de esta hermosa isla.


Situado en la calle principal de West End, sobre la mismísima playa de arenas blancas y finas, este clásico pub ofrece un ambiente agradable, juvenil y desenfadado, en un entorno sencillamente idílico. Famoso por su rumba vespertina el mejor momento del Sundowners es, precisamente, cuando se pone el sol.

Para el Lempira, el Sundowners es el mejor lugar para cerrar el día de playa, snorkeling o buceo y dar la bienvenida a la noche. Tomar unos tragos en su hora feliz se convierte prácticamente en un obligatorio cuando uno visita Roatán; porque el sol se pone lentamente frente al Sundowners y la hora feliz (entre las 5 y las 7 de la tarde) ofrece cerveza nacional y cócteles como Margaritas, Monkey La La, Ponches o Piñas Coladas a precios razonables: 30 L. las cervezas y 70 L. los cócteles. Fuera de la hora feliz los precios suben: las cervezas nacionales pasan a costar entre 50 y 60 L. y 100 L. las bebidas Frozen.

Lo mejor del Sundowners, en cualquier caso, además del entorno, es el ambiente, pues los cocteles no siendo malos, tampoco son como para soñar con ellos. Las margaritas son ricas. En su versión frozen están frescas y con el punto justo de limón y sal. El tequila que se utiliza para su elaboración pasa, ciertamente, desapercibido. Refrescan y emborrachan, que es lo que la mayoría quiere en esos momentos. La piña colada no está tan bien lograda y el Punch de ron está algo subido de azúcar. En cualquier caso, las que el Lempira tomó cumplían eficientemente con lo que se espera y debe decir que otras veces han sido mejores .

Además de los cocteles clásicos, se ofrecen también tragos como ron, gin, vodka o whisky, y algunos platillos para picotear, que abarcan desde hamburguesas con diferentes preparaciones (desde 160 L. hasta 180 L.) y que van servidas con papas fritas, hasta sándwiches tostados de pollo (140 L.) pasando por ensaladas, nachos, alitas de pollo, o Wraps de pollo (150 L.). La pinta de los platos que vio pasar el Lempira no era nada mala, pero no los probó. Las papas, congeladas.

Capítulo a parte merece el servicio: la rotación de personal es un habitual en este local, lo que implica que, en ocasiones, se resienta el servicio. El Lempira ha disfrutado en Sundowners de Bar-tenders ciertamente amables, simpáticos, risueños y atentos en todas las veces anteriores que lo visitó; sin embargo, en esta ocasión, sufrió en sus propias carnes la prepotencia y engreimiento de un personal arrogante y altenero más preocupado de sí mismo que del comensal. La falta de experiencia de esta joven pareja de Bar-tenders, unido al hecho de que no se dignaran si quiera a pronunciar -ni intentarlo- una sóla palabra de español, generó malos entendidos y un desencuentro. Malos entendidos y desencuentros que si se reproducen con frecuencia, ponen en peligro la reputación de la isla al manchar la experiencia del turista. Porque ya se sabe, un turista molesto por un servicio o una mala experiencia es peor que 1.000 turistas contentos. Además, al Lempira le gustaría desde esta tribuna recordarle a la dirección del Sundowners que tanto vale la plata que paga un gringo como la plata que paga un nacional, por lo que, cuanto menos por eso, el servicio debiera prestarse igualmente bien a nacionales que a extranjeros. Y esto implica que, como mínimo, uno de los Bar-tenders por turno debiera entender e intentar hablar en "catracho", mostrando un mínimo de respeto por el país donde se encuentra residiendo y trabajando.







En cualquier caso, y como resumen, decir que el Lempira que come cree que Sundowners es un local más que recomendable para disfrutar de los últimos rayos del maravilloso sol de Roatán, en buena compañía, tomando una margarita, o dos. Vale la pena.  







Categoría "Wine-Bar/Cafetería/Pub" Sundowners, West End Roatán Puntuación
Entorno - Ambiente 9
Servicio 5
Bebidas - Comida 7
Puntuación Media 7
Relación Calidad Precio 7




viernes, 25 de abril de 2014

Las mejores 10 películas de gastronomía según el Lempira. (Parte I, del 10 al 6)


Hace no mucho un lector amante del vino y el cine, concretamente el fotógrafo catalán y estudiante de enología Daniel Jiménez, preguntó al Lempira que come si había visto "El festín de Babbete" y si conocía otras películas interesantes que giraran en torno a la gastronomía o el vino. Como al Lempira le vinieron a la cabeza muchas, decidió escribir un post gastro-cinéfilo recomendando las películas que más disfrutó.


Inicia el "Gastroplan cinéfilo" con la parte I de un post que tendrá ¡hasta 4 entregas! en las que recomendaremos películas, documentales y recordaremos series y escenas míticas alrededor del vino o la comida.


Para empezar fuerte la serie... cuenta regresiva: del 10 al 6, las mejores películas de gastronomía jamás realizadas:



10. Soul Kitchen (2009, Alemania)
Dirigida por Fatih Akin, el soberbio director turcogermano, Soul Kitchen es una comedia ligera, hábil y entretenida, que relata las Sin Venturas del dueño de un restaurante sin alma que renace de sus cenizas gracias a la llegada de un magnífico chef. La película gusta especialmente al Lempira pese a no ser un film de clase mundial, ya que reúne de manera magistral elementos relacionados con la gastronomía y su entorno con los problemas de la vida de un personaje bastante entrañable.

La vida de un restaurante!
9. Julie & Julia (2009, USA)
Deliciosa comedia sobre una blogger que decide reproducir todas y cada una de las recetas de Julia Child, la primera super-estrella chef de televisión que marcó la cultura gastronómica de una generación entera de norteamericanos. La película trenza la historia de la protagonista blogger en su proceso de planificación, ejecución de las recetas y conformación del blog, con la historia real de la chef francesa. La vida del Blog, la vida del Chef. Una película atractiva... y más para el Lempira que es una mezcla de blogger y chef amateur.

Linda!


8. Sideways (Entre copas, 2004. USA)
Una road movie trepidante de las que enganchan desde el primer instante... "Miles" organiza la despedida de soltero de su gran amigo "Jack": ¡un recorrido por los viñedos y las bodegas de California Valley! No hay que añadir mucho más para saber que cualquier amante del vino tiene esta película entre sus favoritas. Al Lempira que come le encanta, porque además de disfrutar con las conversaciones en relación al vino, las bodegas y viñedos, recuerda su propia despedida de soltero: una de las partes del Lempira disfrutó de un similar recorrido por la Ribera del Duero (una de las Denominaciones de Origen que más le gustan). La otra parte, disfrutó de varios estrellados Michelin en París. ¿Cuando nos volvemos a casar, amor?

Como curiosidad indicar que las ventas de vinos producidos con Pinot Noir se multiplicaron exponencialmente en USA tras el estreno de esta película.

Amistad - bromance - vino!



7. Politiki Kouzina (Un toque de canela. 2003, Gracia-Turquía) 
Un niño griego crece en Estambul y su abuelo, mentor y filósofo, enseña el secreto de la comida y la vida: añadir un toque de canela. El protagonista crece y se convierte en un buen cocinero que logra aportar "canela" a la vida de los demás hasta que se da cuenta que olvidó ponerle a la suya propia. Regresa a Estambul a encontrarse consigo mismo. Un hermoso film sobre el amor a la vida que se expresa a través de la gastronomía.

Emotiva 100%!



6. Babettes gæstebud (El festín de Babette. 1987, Dinamarca)
El Lempira propone un clásico del cine gastronómico para cerrar la primera parte de las 10 mejores películas de gastronomía. Un film que transcurre en una remota aldea perdida de Dinamarca en el siglo XIX. Dos hermanas adultas viven con su padre, el gran patriarca y ministro de la familia, una vida rigurosa y apegada a los preceptos de la iglesia hasta que Babbete, un refugiado francés que acepta servir a la familia, organiza un festín para la celebración de los 100 años del patriarca. Ese festín cambiará la historia...

Un clásico.

No se pierdan el próximo post que completa la lista de las 10 mejores películas de gastronomía y/o vino según el Lempira que come!!!

Saludos!


jueves, 24 de abril de 2014

Cumpleaños feliz: Fino Lagar de Casablanca + embutido ibérico

Ya saben los lempiras más longevos que el Lempira que come es catador de vino... y que de vez en cuando recibe algún vino para catar.


Así que, ayer, aprovechando que era el cumpleaños de la parte que más chupa del Lempira que come, le llegó el turno al Fino Lagar de Casablanca, cortesía de las bodegas Lagar de Casablanca (y otras redes españolas, entre las que se encuentra el enólogo y catedrático de la Universidad de Córdoba, el Doctor José Peinado. Por cierto, para quien viaje a su ciudad, Córdoba la califa, y quiera comer y beber bien en las tabernas tradicionales, le recomendamos el blog que dirige: Aderramar), situadas en la Denominación de Origen Montilla Moriles...



¡Qué mejor para una noche de celebración: Fino + embutido y queso! Uno de los maridajes más deliciosos que existen sobre la faz de la tierra, porque combinan a la perfección las sales y las grasas de los embutidos con el carácter algo glicérico de los finos con mucha crianza bajo velo de flor. Y porque los aromas del fino, con maderas de fondo, notas a frutos secos, algo de manzana y un toque ligeramente salino, unido a la mineralidad que le aporta los suelos calcáreos de Moriles Altos, hacen que se realcen las virtudes de los embutidos ibéricos españoles. Una lluvia de sensaciones emotivas en la boca y en la nariz. Para llorar de amor.



Y es que el fino es mucho vino. Un absoluto desconocido en Honduras y en Centroamérica en general, pero todo un clásico. Un vino que rompe moldes, que fascina por su complejidad, sus aromas y sus sabores muy influenciados por su crianza biológica (bajo una capa de moho) y que se elabora ancestralemente en Andalucía. Concretamente en 3 de las Denominaciones de Origen más prestigiosas del mundo:  Jerez, Sanlúcar y Montilla-Moriles. Un día dedicaremos un post en exclusiva para hablar del peculiar proceso de elaboración de estos vinos.

El fino de Lagar de Casablanca es un fino intenso. De color amarillo casi dorado con reflejos verdosos que delatan su procedencia: Moriles Altos. Las tierras donde se concentran los mejores pagos para la elaboración de vinos de calidad en la DO Montilla-Moriles. Suelos calcáreos que aportan reflejos verdosos al color del fino, y aromas y sabores a tiza o yeso. Una auténtica maravilla en nariz y boca pues junto a ese punto de mineralidad, se encuentran también aromas a manzana granny smith, frutos secos, algo de piel de limón, maderas nobles... y una acidez que aporta frescor al conjunto. Emotivo. Es una suerte que todavía se encuentren en el mundo vinos de esta profundidad a unos precios irrisorios (100 L. el litro)

Categoría: Vino. Lagar de Casablanca Puntuación
Cata 93,5
Relación Calidad Precio 10


Desgraciadamente nadie distribuye este vino en Honduras, pero, quizás alguien se anima. En la actualidad es posible disfrutar de un buen fino en nuestra tierra de la mano de Tío Pepe, un fino de la DO Jerez, que si bien no alcanza las cotas de calidad del Fino Lagar de Casablanca, no es un mal representante de lo que debe ser un fino...


A la salud del Lempira y su cumpleaños! no dejen de disfrutar...


miércoles, 23 de abril de 2014

Cafetería - Quesería San Rafael, Copán. Un sueño hecho realidad para queseros y cafeteros

Hace 4 años que la cafetería San Rafael se convirtió también en quesería. Básicamente gracias a que Carlos Guerra, el hijo de René Guerra -Zamorano dueño de la cafetería y la finca de café San Rafael fundada a su vez por su padre y situada en la Aldea homónima cerca de Copán-, decidiera dedicar su carrera, también desarrollada en el Zamorano, al arte de producir quesos.... Aunque no cualquier queso: queso azul, queso tipo feta, queso tipo manchego, queso tipo Camembert, queso tipo Mimolette, Munster o Tilsiter y así hasta 20 diferentes de ¡quesos estilo europeo!

¿Una locura?

Definitivamente una locura, pero de las geniales. ¡Y con excelentes resultados!

El hoy Fromage-Café-Bistrot San Rafael se encuentra situado en la Avenida Centroamérica, cerca de la plaza central de Copán Ruinas. La que fuera una de las cafeterías más conocidas y con mejor café de la zona, añadió un ingrediente más que novedoso en el panorama gastronómico de Copán, Honduras y Centroamérica: el queso de estilo europeo. Nunca antes nadie en toda la región había pensado siquiera en la posibilidad de elaborar, además de los tradicionales y muy ricos (cuando se elaboran bien) quesillos, queso fresco, cuajada, queso con chile o ahumado, otros tipos de queso con sabores y texturas tan diferentes y estimulantes.

A Carlos Guerra no sólo se le ocurrió la idea, sino que se formó para lograrlo y aprovechando los conocimientos adquiridos durante su época universitaria en el Zamorano viajó a Estados Unidos donde terminó de formarse en el arte de la producción de quesos de la mano de Judy Sehad en la escuela Farmstead Goat Cheese, al sur de Indiana. Allí permaneció trabajando duro para conocer todo lo necesario acerca del queso, su producción, elaboración, maduración y afinación: desde la alimentación de las vacas, cabras u ovejas, hasta los aromas y sabores que los diferentes tipos de quesos deben tener.

Cuando regresó, Carlos Guerra no tardó en implementar su quesería artesanal en la cafetería San Rafael. El tiempo y el buen hacer de Carlos le ha permitido elaborar y distribuir en Honduras hasta 20 tipos diferentes de queso. Quesos que, poco a poco, conquistan el paladar y el corazón de cada vez más hondureños, y, claro está, turistas extranjeros que visitan Copán.

La cafetería San Rafael dibuja un paisaje familiar entrañable. La puerta de acceso da entrada a una sala donde se sitúa la barra principal, un expositor climatizado con los quesos que allí se elaboran y varias estanterías con libras de café de la finca San Rafael. A mano derecha se puede ver el jardín, una pérgola de madera, un corredor con mesas y varias tostadoras antiguas, las cuales, eran utilizadas por la familia años atrás. La decoración es sencilla y bonita. Predominan los objetos de madera de color y destacan las flores y el vivo color verde de las plantas del jardín. Todo ello, y la sensación de estar dentro de la casa de la familia, produce candor.

Además, el trato al cliente es muy cercano y amable. Tanto así que es probable ser atendido por los propios dueños, o el maestro quesero en persona. No fue así el día que el Lempira que come llegó a conocer la cafetería y la quesería, aunque la profesionalidad, buen trato, paciencia y conocimiento que demostró Jonathan, el mesero que atendió al Lempira, fue más que destacable: un mesero tan atento y bien formado desde que escribe el blog. Excelente!

Así pues, de la mano de un servicio estupendo, el Lempira pudo revisar atentamente (y preguntar sobre) la breve y muy acertada carta. Destacan los desayunos que se ofrecen acompañados de café de la finca San Rafael: Bagel con queso crema, salmón ahumado, cebollas y alcaparras (180 L.), Bagel con queso tipo Gouda, tomate y jamón (120 L.), Yogurt natural hecho en casa, granola y fruta (160 L.).

Y también destacan las Bruschettas de salmón con queso de cabra y salmón ahumado (320 L.), la Bruscheta Caprese con ajo, queso tipo mozzarella, tomates y pesto natural (220 L.), y los más que recomendables sándwiches que combinan los diferentes tipos de queso con ingredientes varios: el de Pollo con mostaza a la miel y queso tipo cámembert (180 L.), el Pulled Pork con Cheddar, que combina queso tipo Cheddar con cerdo BBQ (180 L.), o el de Pollo al pesto con Mozzarella (180 L.), pasando por un Cheese and Steak que combina fajitas de rez con crema de hongos y queso tipo provolone (200 L.). Excelentes opciones!!

Una oferta muy bien pensada, elaborada con productos frescos y de calidad, diseñada para dar felicidad, y que se culmina con las tablas de queso: 3 variedades, 4 o hasta 5 variedades acompañadas con galletas, pan casero tostado, vegetales y fruta (120 / 240 / 300 L.).

En el capítulo Café también vale la pena detenerse, pues no se debe olvidar que San Rafael también es un coffee-shop que cuida la producción de café desde el sembrado, hasta el tostado y la elaboración del blend final. Los clásicos Americano, Cappucciono o Espresso (25 L.) se complementan con Frappuccinos (Oreo, Biscotti, Amaretto a 60 L.). El café de la finca de San Rafael se produce desde hace ya más de 20 años por la misma familia. De hecho, es René Guerra en persona quien cuida la finca y se encarga de la producción y también el tostado del café, consiguiendo así el perfil de taza que busca: un café suave, con acidez moderada, con aromas y sabores a frutos secos, algo especiado (nuez moscada), de tostado suave y con un final ligeramente amargoso. Un café equilibrado y delicado, muy agradable.

También se ofrece chocolate (35 L.) y té e infusiones (40 L.), además de Smoothies elaborados con agua, leche o yogurt (40 / 50 / 55 L.).

Excelente... Si bien, el Lempira cree que sería posible mejorar en relación al vino. Una carta tan bien elaborada en cuanto a oferta de comida, café y queso, contrasta con una selección de vinos no muy estimulante: Frontera, Casillero del Diablo, Carta Vieja, Trivento, Santa Helena... Al entender del Lempirael queso funciona especialmente bien como acompañante de vinos espumosos, dulces y semi-dulces así como blancos secos y vinos de jerez. Por ello, el Lempira insta a San Rafael a que mejore la oferta de vinos y se sumerja en el maravilloso mundo de los maridajes para ofrecer las tablas de queso con diferentes tipos de vino. Por ejemplo: un Sherry como Tío Pepe, con un queso curado de aromas y sabores a frutos secos; un Riesling seco de buena acidez con los quesos frescos en crema que elaboran; o un vino dulce de Pedro Ximenez con los quesos azules.

El Lempira que come probó el Espresso y ordenó una tabla de quesos mediana, en la que sirvieron los siguientes: Cheddar, Pecorino, Fromage Blanc de vaca y cabra a las finas hierbas, y Queso crema con cebollines. El resultado, a continuación:


La tabla se sirve acompañada de un pan casero esponjoso, ligeramente dulzón, mantecoso. Muy rico. Además de galletas y tortillas tostadas. Un poco de fruta y aguacate también acompaña la tabla para limpiar el paladar entre queso y queso. Muy bien!. Al Lempira le pareció más que correcto el queso Cheddar, aunque lo notó un poco menos curado de lo que le gusta: equilibrado con buen sabor a frutos secos y acidez. El Pecorino fue el que le resultó menos logrado de todos, falto de contundencia. El Fromage Blanc de vaca y cabra a las finas hierbas estaba muy rico, con el sabor del tomillo y el romero presentes y una untuosidad muy bien lograda. El queso crema con cebollines estaba sublime: untuoso, de excelente textura con sabor suave y penetrante. Excelente acidez.

El café que probó el Lempira estaba perfectamente elaborado. Buena temperatura y muy buen sabor: equilibrado, frutos secos, acidez comedida y un toque especiado muy agradable. Excelente café.

En Resumen: San Rafael es, sin lugar a dudas, uno de los mejores lugares donde disfrutar de la comida y el café en Honduras. Ojalá existieran más lugares tan bien pensados y con tanta pasión y buen hacer como San Rafael, que controlan todo el proceso desde la alimentación de los animales o el cuidado de las plantas de café, hasta su presentación final en la mesa del comensal. Todo un espectáculo puesto al servicio del placer del comensal. No se lo pierdan bajo ninguna circunstancia si visitan Copán.


Categoría "Wine-Bar/Cafetería/Pub"  Puntuación
Entorno - Ambiente 8,1
Servicio 9,5
Bebidas - Comida 9
Puntuación Media 8,9
Relación Calidad Precio 8



... Como es un lugar tan recomendable, el Lempira que come le dedicará otro post más adelante, contando cómo elaboran en San Rafael sus suculentos quesos... ¡atentos al Blog!