lunes, 17 de marzo de 2014

Claro de luna: precioso nombre para un restaurante

El Lempira que come decidió visitar Claro de Luna en su nueva ubicación (Los Próceres, Avenida de la Paz, local 20) y probar su oferta de comida española. El resultado, a continuación:

La nueva ubicación del restaurante es un acierto. El nuevo local tiene dos pisos. Un primero con una barra al fondo sobre la cual se sitúan numerosos tipos de copas diferentes (¡incluso buenas copas!), y a su derecha, la puerta de la cocina. En esta primera planta hay 2 o 3 mesitas con capacidad para 3 o incluso 4 comensales. En la barra hay varios taburetes altos. A la izquierda del local, y según se entra por la puerta principal, está la escalera de acceso a la segunda planta. Bajo la misma, una pequeña cava de vinos no climatizada. Al lado, un mueble con puros Rocky Patel. El piso superior permite ver el piso inferior, lo cual genera una sensación de amplitud bastante interesante, pese a que el local no es muy grande. En esta planta hay unas 6 o 7 mesas con capacidad para 4 o 5 comensales cada una. Además, hay una mesita baja con sillones.

La decoración y ambientación del local es bastante buena. Desenfadada y juvenil. Luces indirectas decoran las paredes oscuras, y cuadros coloridos, algunos de ellos de muy bonita factura, sorprenden al comensal. Cuelgan lámparas del techo y el color rojo, predominante en los murales de inspiración española (con tapas, botellas de fino dibujadas y fotos de una de las fiestas populares más exitosas de España, los San Fermines) destaca sólo lo justo para no saturar. No hay duda del buen trabajo para la configuración del diseño y la ambientación general: muy bien!

En cuanto al servicio decir que es cercano y bastante atento. Con muchas ganas de agradar al comensal y satisfacer su sed de conocimiento. Si bien, en ocasiones no conocían la respuesta a la pregunta del Lempira siempre indagaron lo necesario en la cocina.

La carta de Claro de Luna es muy extensa. Demasiado. El Lempira se pregunta el porqué de la necesidad de tener una carta tan extensa: eso implica mover demasiada mercadería y tener demasiadas elaboraciones prontas para ser servidas, lo cual, significa un gasto ingente de plata y recursos humanos si todo es fresco y se hace el mismo día. Como eso es completamente inviable, los restaurantes con cartas inmensas suelen tener muchas cosas pre cocidas, industriales o prefabricadas. La consecuencia es evidente: baja la calidad de la comida, sustancialmente. ¿No sería mejor tener una carta más breve en la que todo lo que se ofrece sea fresco, natural y elaborado el mismo día?. El Lempira que come lo preferiría así.

Dentro de la amplia carta, destaca la oferta de tapas de Claro de Luna. Casi todas ellas de inspiración española: pinchos con diferentes productos y salsas (de pollo, de cerdo en salsa barbacoa, de camarón al ajillo, en salsa rosa, pincho moruno, etc. a un precio comprendido entre los 70 L. y los 140 L.), se sirven sobre una rebanada de pan. También se ofrecen clásicos de las tapas españolas como las patatas bravas (papas en salsa picante) a 82 L., la bomba de papa rellena de chorizo o camarón (100 L.), chorizos picantes, tablas de embutidos con quesos, calamares a la romana (150 L.), pulpo, etc.

Esta interesante oferta de tapas se complementa con Sándwiches fríos y calientes. Entre los fríos destacan el bocadillo (así se llama en España al sándwich) catalán (144 L.), hecho con pan francés y que tiene chile rojo, berenjena, cebolla, anchoa, aceituna rellena y tomate rallado. El Lempira ha estado muchas veces en Catalunya y guarda una relación muy directa con esa nación por motivos familiares (como muchos catrachos, que también guardan una relación muy cercana a Catalunya), y nunca ha visto un bocadillo con esa composición (las aceitunas en España no acostumbran a ser parte de un bocadillo)... aunque sí es cierto que la combinación de chile rojo, cebolla, berenjena y tomate es un clásico catalán. Se llama escalivada, y es una ensalada fría que se prepara asando los cuatro ingredientes a la brasa, y luego añadiendo un buen chorro de excelente aceite de oliva virgen extra y un poco de sal. Es, francamente, una auténtica delicia. Maravillosa. Sublime...



(pausa)

El Lempira se acaba de levantar de su mesa de escritura para poner en el horno, a fuego bajo, 2 chiles rojos, 1 berenjena, 1 cebolla y 2 tomates... esta noche comerá ¡escalivada!

(Fin de la pausa)

También se ofrece un bocadillo de jamón serrano y queso manchego. Otro clásico español, a 244 L., y uno de atún y pimiento, que además lleva queso crema, lo cual no es nada común en España (172 L.). En el capítulo de sándwiches calientes, destaca el españolísimo Pepito de ternera con pimientos (res con chile verde, tomate rallado y aceite de oliva en pan francés) a 142 L., que sí respeta la receta clásica. Una rica combinación. Además hay un sándwich cubano (229 L.), uno de pollo con queso Brie y aguacate (173 L.) y otro a la barbacoa: res con cebolla caramelizada y queso chedar (219 L.) Todos los bocadillos se sirven en pan francés crujiente. Un acierto total! Además de los 8 sándwiches se ofrecen 4 hamburguesas con papas fritas, a precios comprendidos entre las 200 L. y las 240 L.

Hasta ahí la oferta de tapas-bistrot. Pero hay más, bastante más, por si lo anterior fuera poco: Pastas (a precios entre 226 L. y 304 L.): parpardelle en distintas salsas, raviolis con salmón (raviolis rellenos de queso ricota con salmón servido en crema acompañado de pan con ajo), y con queso manchego (raviolis de queso ricota con salsa de queso manchego acompañado con pan de ajo), lasagna vegetariana (de berenjenas, zapallos, zanahorias y almendras gratinadas en crema bechamel y queso parmesano acompañado de pan de ajo), de carne, de pollo... desafortunadamente las pastas no son caseras. Punto a mejorar.

Y sigue. Pescados y mariscos: Mero a la menier (con salsa a base de mantequilla, perejil y limón), Mero Papillon (suponemos que se trata del mero cocinado en sus jugos a la papillote), salmón en salsa de alcaparras, y camarón jumbo Thermidor (sobre los 500 L.). Alguien se preguntará: ¿camarón Thermidor, la receta francesa para langosta creada en 1894, aplicada a los camarones?, ¿esa receta de la que el mejor chef del mundo, Ferrán Adriá, dijo en su día que era le mejor forma de matar el sabor y la textura de la langosta por el exceso de cocción al que se somete el animal?, ¿adaptada para ser hecha con camarones?, ¿a 500 L? Al Lempira le parece que no va, y, de hecho, no se atrevió a pedirlo.

Pero aún hay más: carnes varias a 200 L., carpaccios de res y de salmón, que tenían buena pinta, y la especialidad del chef: paellas (para 2, 4 y 8 personas, al precio de 947 L., 1699 L y 3244 L.), las cuales, presten atención queridos y queridas Lempiras: llevan desde pollo, hasta mejillones, pasando por costillas de cerdo y camarones, almejas, chorizo barbacoa (¡!), calamar y gambitas. En fin, una combinación hilarante, digna de estar en el Hit Parade de Crímenes contra la Paella publicado por el reputado crítico gastronómico Mikel López Iturriaga de El País (pinchen aquí, porque no tiene desperdicio). Además, se ofrece un arroz negro con mariscos al precio de 1939 L. Sí, más caro que el arroz meloso con sepia y bogavante que ofrece el reputadísimo chef catalán especialista en arroces, Paco Pérez, en su restaurante Miramar, galardonado, nada más y nada menos, que con una estrella Michelin -el premio más importante de la gastronomía a nivel mundial.

Juzguen ustedes mismos. El Lempira que come piensa que es algo que deben corregir, ya mismo. Tanto la oferta de la receta Thermidor adaptada a camarones Jumbo (¡y sin haberla probado!), como las composiciones criminales de las paellas... porque las paellas mixtas (mar y montaña) deben compensar el sabor de los diferentes ingredientes. No es un todo vale. No es una algarabía. No es un cuanto más mejor. No es cuestión de añadir y añadir ingredientes para que parezca más y más y más impresionante. De hecho, es exactamente lo contrario: cuanto menos, más. Sobre los precios, si venden... ¿por qué cambiarlos?

El Lempira que come, abrumado por la inmensidad de la carta y la mezcla de ofertas tardó un mundo en pedir. Finalmente, optó por probar las tapas más clásicas: patatas bravas, bomba de chorizo, un pincho de pollo, los calamares a la romana... y completar con un sándwich. El cubano. No se atrevió a pedir paella ni pescado. Los resultados... seguidamente:

Las patatas bravas transportaron al Lempira al barrio de la Latina en Madrid. Estaban realmente muy bien. Cortadas en daditos, al punto perfecto de cocción y fritura; con un muy buen sabor. Auténticamente castizo. La salsa picante de tomate estaba rica y la salsa blanca, también. Picante justo, buena porción. Para repetir.

La bomba de chorizo también estaba bien lograda. La masa de puré de papa y la cobertura frita de pan rallado estaban al punto exacto de fritura. Nada grasienta, ni sobre pasada. El chorizo que albergaba en su interior dejaba un poco que desear, pero es comprensible. Así que... también bien: 2 de 2, genial!.

El pincho de pollo estaba bien cocido a la plancha, y su salsa (optamos por la de maní), estaba pasada de azúcar. La idea es buena... de hecho, los pinchos de pollo con maní son comunes en la gastronomía Thai... pero en Claro de Luna no terminaron de encontrarle el punto a la salsa. En cualquier caso, se dejaba comer bien. El Lempira intuye que el resto de pinchos, más tradicionales, están mejor. Los recomendaríamos.

Los problemas comenzaron con los calamares a la romana. Fail total: congelados, con una cobertura industrial de mala calidad cuya esponjosidad no se hacía para nada agradable, cierto deje grasiento y el calamar de pésima calidad. Una pena, porque es una de las tapas más ricas de España, aunque difícil de trasladar a otros lugares si no se consigue calamar fresco, o un muy buen producto congelado industrial (no es el caso del que sirvieron). El Lempira cree que sería mejor optar por ofrecer calamares enteros (a poder ser frescos) a la plancha con ajo, perejil y reducción de vinagre de jerez. Sencillo y delicioso.

Para terminar la comida salada, el Lempira pidió un Sáncwich cubano: lomo de cerdo, jamón, queso cheddar y quesillo. El pan francés estaba muy bien. Crujiente y sabroso. Perfecta opción de pan para servir sándwiches. Sin embargo, el lomo de cerdo, o bien no era lomo, o bien era un lomo regular. En cualquier caso, la combinación final estaba sabrosa. Un sándwich potente y contundente que cumple su función: saciar el apetito, rápidamente.

El capítulo se cerró con una crema catalana. Un postre tradicional catalán a base de leche, yemas de huevo, azúcar y canela. El de Claro de Luna era desconcertante, aunque su presentación presagiaba algo bueno. La crema no tenía el sabor que debe tener la crema catalana (donde la canela está presente), ni la textura tampoco (demasiado líquida). Asimismo, la cobertura de azúcar quemada era gorda de más, lo que convertía el postre en una especie de tropezón gigante de azúcar. Debe mejorar la ejecución y la receta!

Para tomar, hay una buena carta con varios rones (flor de caña 7 años a 94 L.), vodkas (Finlandia a 72 L., Grey Goose a 126 L.), Gin (Tanqueray a 72 L. y Bombay a 61 L.) y whiskeys (Chivas regal a 112 L.), además de cervezas nacionales e importadas (60 L. - hasta 92 L. por una guinness). Sangrías, varios "digestivos", entre los que sitúan Baileys (que no es digestivo), o Brandy (que tampoco), y numerosos cócteles interesantes: los clásicos Margarita (102 L.), Cosmopólitan (103 L.), Blody Mary (118 L.), entre otros. También ofrecen vinos. No nos ofrecieron la carta, pero en la cava había numerosos vinos españoles interesantes: Marqués de Riscal, Riva Rey y opciones chilenas y francesas. El Lempira se decantó por probar la margarita y la sangría de champagne. Nada memorable.


En Resumen: creemos que se trata de una buen lugar para tomar algo y comer tapas, sándwiches, carpaccios o hamburguesas, aunque quedan cosas por mejorar. En el capítulo de paellas, mejor correr un tupido velo. No nos atrevimos con los pescados ni con los arroces... y eso es síntoma de que algo falla. Ojalá pueda ir a más y a mejor Claro de Luna: Apostamos por eso!


Categoría "Restaurantes" Claro de Luna Puntuación
Entorno 7,9
Servicio 7,5
Servicio Vino 6,5
Comida 6,7
Puntuación Media 7
Relación Calidad Precio 5


4 comentarios:

  1. Gracias Lempira por tus buenos post, ayer me fui a merendar unas Bravas a Claro de Luna, y realmente estaban muy ricas, servidas como en un buen bar de Madrid, si duda repetiré. Lastima que a mi me gusta acompañarlas con una clara bien fría, y aquí la camarera no sabia ni que era.... Ahora, recomiendame un lugar donde comer unos buenos calamares a la romana, o por lo menos decentes. Gracias y hasta la próxima..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimado;

      Muchas gracias por el comentario... en efecto, las "patatas" bravas de Claro de Luna son bastante fieles a las madrileñas... gratos recuerdos! en cuanto a la cerveza de acompañante, definitivamente apostaría por una caña bien tirada, de esas con triple textura espumosa. Patrimonio madrileño. La clara, para los Agostos calurosos es buena opción también...

      Lastimosamente, hasta la fecha no hemos encontrado el lugar donde traten bien a los pobres calamares, pero seguimos en la búsqueda.

      Salud!

      Eliminar
    2. Gracias por tu respuesta! el día que los encuentres seguro se merecerán un buen post, hasta en entonces seguiremos esperando.

      Por cierto tu blog, me ha gustado mucho y me ha servido para ponerme al día con las novedades en Tegus, después de 5 años viviendo fuera, muchas cosas han cambiado. Ya hemos probado el café de Cofeeholics y esta muy bueno también, el sándwich que nos comimos no mucho...
      Salud!

      Eliminar
    3. Hay novedades interesantes en Tegus periódicamente, no tantas como nos gustaría pero sí alguna que otra... se puede decir que, poco a poco, el nivel general de nuestras cafeterías y restaurantes aumenta.

      En cuanto a CoffeeHolics, creemos que le falta consistencia... digamos que hay elaboraciones ricas y otras que no funcionan. Pero sí, desde luego fue una gran novedad en la capital que impulsó a otros. Ojalá sigan evolucionando a mejor.

      Un abrazo y gracias por tus palabras!

      Eliminar