Que en la carretera Panamericana, a la altura de Villa de San Francisco, hay un puesto de venta de excelentes chicharrones que se llama Delicias del Carmen es un secreto a voces. Y que el Lempira que come iba a visitarlo, también...
Los chicharrones, como todos los lempiras saben de sobra, son trozos de carne de cerdo magra y grasienta que se fríen en su propia grasa. O sea, un manjar repleto de contundencia sápida nada sano y equilibrado, pero delicioso si está bien hecho. Para ello, es necesario que las grasas y piel queden crujientes y que las carnes queden blandas. Por tanto, es imprescindible calcular la temperatura de fritura y tener buena mano. Además, cuanto mejor sea la calidad de la carne, mejor será el resultado final.
En Delicias del Carmen tienen lo necesario: buena carne y excelente mano. Y además, creatividad. Ingredientes básicos que puestos a disposición del disfrute del comensal son susceptibles de generar felicidad. Los tradicionales chicharrones de garra, perfectamente crujientes, con grasa de sobra para parar un tren, hacen las delicias de los comensales más acostumbrados a la potencia y la grasa. Los chicharrones clásicos de carne magra, son perfectos para aquellos que no gustan de tanta contundencia. Pero hay más: una serie de propuestas creativas de lo más interesantes que se preparan marinando la carne de diferentes formas: chicharrones Mexicana, para los intrépidos, marinados en especias como comino y pimienta; chicharrones picantes, con bastante chile; y chicharrones Barbacoa, marinados en salsa BBQ.
En resumen: todos los chicharrones probados por el Lempira estaban en perfecto punto de cocción y fritura. Muy ricos, potentes, salvajes y baratos (la libra cuesta entre 120 L. y 140 L.). Especialmente gustosos y picosos los chicharrones con chile.
De aspecto característico de local de carretera, con un gran parqueo e instalado en un edificio anodino e incluso algo envejecido, Delicias del Carmen es una parada obligada en el camino hacia San Pedro Sula. Un enorme cartel con un cerdito cocinando chicharrones (imaginamos que no los suyos propios) avisa al despistado que ha llegado la hora de parar, estirar las piernas y dirigirse raudo y veloz a comprar chicharrones.
Los chicharrones son característicos de varias cocinas en Latinoamérica: en Perú, por ejemplo, se acompañan con elote, queso, hojas de hierbabuena y cebolla roja cortada finamente y aderezada con limón (véase en este post). En Honduras, los chicharrones suelen servirse, bien como parte del plato típico, con tortillas, frijoles y mantequilla; bien con yuca cocida. De las dos formas, si el chicharrón está bien hecho, son opciones muy ricas. Si bien es cierto que a sendas elaboraciones quizás les falte el toque de frescor que aporta la hierbabuena y la cebolla roja con limón. ¡Viva la fusión de culturas!
Los chicharrones, como todos los lempiras saben de sobra, son trozos de carne de cerdo magra y grasienta que se fríen en su propia grasa. O sea, un manjar repleto de contundencia sápida nada sano y equilibrado, pero delicioso si está bien hecho. Para ello, es necesario que las grasas y piel queden crujientes y que las carnes queden blandas. Por tanto, es imprescindible calcular la temperatura de fritura y tener buena mano. Además, cuanto mejor sea la calidad de la carne, mejor será el resultado final.
En Delicias del Carmen tienen lo necesario: buena carne y excelente mano. Y además, creatividad. Ingredientes básicos que puestos a disposición del disfrute del comensal son susceptibles de generar felicidad. Los tradicionales chicharrones de garra, perfectamente crujientes, con grasa de sobra para parar un tren, hacen las delicias de los comensales más acostumbrados a la potencia y la grasa. Los chicharrones clásicos de carne magra, son perfectos para aquellos que no gustan de tanta contundencia. Pero hay más: una serie de propuestas creativas de lo más interesantes que se preparan marinando la carne de diferentes formas: chicharrones Mexicana, para los intrépidos, marinados en especias como comino y pimienta; chicharrones picantes, con bastante chile; y chicharrones Barbacoa, marinados en salsa BBQ.
En resumen: todos los chicharrones probados por el Lempira estaban en perfecto punto de cocción y fritura. Muy ricos, potentes, salvajes y baratos (la libra cuesta entre 120 L. y 140 L.). Especialmente gustosos y picosos los chicharrones con chile.
No lo duden ni un instante. Sobre todo, si gustan de los sabores potentes y no tienen especial cuidado por la figura. Absténganse los lempiras con paladares amantes de lo sutil o estómagos delicados :)
Categoría "Puestos de Comida" | Puntuación |
Servicio | 7 |
Comida | 8,5 |
Puntuación Media | 8,2 |
Relación Calidad Precio | 9 |
I'm dying of laughter, especially this part : No lo duden ni un instante. Sobre todo, si gustan de los sabores potentes y no tienen especial cuidado por la figura.
ResponderEliminarThis blog gets me :''')
Que vivan los buenos chicharrones! la figura puede esperar :)
EliminarLos chicharrones tradicionales eran los de "lonja" que bisabuelas como la mía, solo compraban al carnicero de confianza, al hábil, el que ademas tenia un profundo conocimiento sobre la textura ideal de un buen chicharrón! En delicias del carmen, casi nunca hay y cuando hay, están lejos de tener tan espectacular sensación en el gusto de quienes en los noventa crecimos comiendo las delicias de las abuelas. Igual se agradece el intento del lugar. #Lempira es un genio! Saludos,
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