Desafío: cata a ciegas de cervezas catrachas para disfrutar de la H

El Lempira que come está convencido de que todos los Lempiras, buenos catrachos, tienen una cerveza nacional favorita. Unos prefieren Barena, otros Port Royal, otros Imperial y otros Salva Vida. Y no hay forma de ponerse de acuerdo: unos defienden unas y otros defienden otras.

Pero... ¿cuál es la mejor?

Aprovechando que se viene el partido de la H hicimos un experimento que aplicamos a nosotros mismos en esta ocasión, pero que llamaremos "Desafío cervecero" cuando lo apliquemos a invitados sorpresa. La cuestión es bien sencilla: preparar una cata a ciegas de las 4 cervezas nacionales más comerciales, siguiendo la metodología que ya describimos en un anterior post (clic aquí). Obviamente la adaptaremos para que los invitados (y en este caso, nosotros mismos) no sepamos qué cerveza estamos probando de las 4.

Así, contando con la colaboración inestimable de una mano amiga, servimos en cada copa (las mejores copas, marca Riedel) una cerveza diferente y numeramos a cada una de ellas del 1 al 4. De este modo, cuando el Lempira se sentó frente a su panel de cata, no sabía qué cerveza correspondía a qué número. Por tanto, iba a probar cada una de ellas a ciegas completamente, como en un panel de cata de concurso vitivinícola a los que, por cierto, ya está acostumbrado (recordamos a los lectores que el Lempira ha sido juez de varios concursos de vino y participante en varios concursos de cata a ciegas en España).

Antes de describir los resultados del proceso, decir que el Lempira que come también chupa, y que normalmente prefiere Salva Vida a las otras opciones, aunque de vez en cuando, cuando el calor aprieta mucho, toma Barena. ¿Porqué seleccionó Salva Vida? por inercia, porque cuando probó cada una de ellas, en momentos diferentes, contextos diferentes, compañías diferentes, temperaturas diferentes, le pareció la más rica.




Ahora sí, los resultados. Y... ¡ojo que hay sorpresas!



Cerveza 1:

• Vista: color dorado intenso, espuma de consistencia media, blanca. Escasa burbuja, fina. 
• Nariz: expresividad media, con notas de cebada. Ligero aroma metálico, fresca y algo terrosa. Menor complejidad aromática.
• Boca: más bien ligera, con amargor leve, de cuerpo medio, de trago fácil. Final breve sin mucha complejidad.

Cerveza 2:

• Vista: dorado pálido. Espuma de consistencia media, blanca. Burbuja fina y bastante abundante.
• Nariz: expresividad media, media-alta. Aromas a frutos secos, quizás un poco de incienso. Mayor complejidad aromática que la anterior, pero con algunos aromas a caja de cartón que no convencen en absoluto.
• Boca: amplia, con más sensación de cuerpo. Amargor medio. Cebada, cereal. Final breve también.

Cerveza 3:

• Vista: color dorado. Espuma de consistencia media y blanca. Burbuja fina en menor abundancia que la 2.
• Nariz: expresividad media-alta. Champignon, levadura fresca, toque metálico, cítrica y ligeramente frutal. La mejor nariz de las 4 por complejidad y expresividad.
• Boca: de cuerpo medio, con amargor medio, cierto toque cítrico en final. Se nota el frescor de la levadura. Correcta y equilibrada. Final es aceptablemente largo. La mejor de las 4 y la que más cuerpo tiene.

Cerveza 4:

• Vista: color dorado tirando a pálido. Espuma de consistencia media, blanca. Burbuja escasa y fina.
• Nariz: expresividad media-alta. Perfil diferente en nariz al resto de cervezas. Más terrosa, pero algo desagradable. Un aroma acartonado también molesto.
• Boca: Cuerpo ligero, más ágil que las anteriores. También se podría decir que tiene un final un poco más largo que las anteriores por el amargor, que está ligeramente más marcado. Aunque dicho final no es muy atractivo.

Costó mucho valorar las 4 cervezas. Básicamente porque era la primera cata de cerveza que el Lempira que come hacía con intenciones serias. También porque el Lempira no es catador de cervezas, y le cuesta encontrar los aromas y los descriptores adecuados, cosa que no le sucede, por razones obvias, con el vino.


En cualquier caso, aceptó el desafío de clasificar de mejor a peor cada una de las cervezas, y de identificar a cada una de ellas. 



Esta fue su clasificación (de mejor a peor): 

1. Le gustó más la número 3 claramente, por complejidad, expresividad y sabor. 
2. En segundo lugar situó, después de dudar mucho, la número 1, que en primera instancia le había parecido la más neutra y sin gracia de todas. 
3. En tercer lugar situó a la número 2. 
4. Y en cuarto lugar, la número 4.

Y esta fue la apuesta del Lempira:

La número 3: Imperial
La número 1: Salva Vida
La número 2: Port Royal
La número 4: Barena

Resultados del desafío:
Acierto 100%.
El Lempira fue capaz de distinguir a ciegas cada una de las cervezas del panel de cata. Bravo Lempira!

Reflexiones del proceso:
A ciegas resultó claramente mejor la 3 (Imperial), y fue constante durante toda la cata. Al principio al Lempira le gustó mucho más la 4 (Barena) que la 1 (Salva Vida) y la 2 (Port Royal), pero luego, con las repeticiones de cata la 4 (Barena) comenzó a parecer anodina y plana; y la 1 (Salva Vida) mejoraba sustancialmente, quizás por ser más "neutra". De hecho, fue precisamente esa neutralidad la que terminó por convencerlo ya que a la 4 (Barena) y a la 2 (Port Royal) las penalizaba su expresión acartonada y esos aromas un tanto desagradables (a opinión del Lempira, claro).

Durante la cata a ciegas el Lempira notaba una clara relación de aromas y sabores entre la cerveza 2 (Port Royal) y la 4 (Barena), y le costó definir cuál era cuál.

Conclusión 1: 
Como es sabido, para valorar entre diferentes opciones y clasificar una sobre otra es necesario homogeneizar las variables que pueden influir en el resultado final. Dicho para entendernos: hay que probar todas las cervezas a la vez, a la misma temperatura, en las mismas copas y con la mayor serenidad y concentración posible. Eso de probar un día de fiesta a las 3 de la madrugada y ya bolo primero una Barena y luego una Port Royal, no sirve de nada.

Conclusión 2:
El Lempira que come, pese a no ser catador de cerveza, sabe catar también cerveza: acertó 4 de 4. 

Conclusión 3:
El Lempira que come tomaba Salva Vida habitualmente, ahora tomará Imperial. Y cuando quiera algo diferente y para tomar rápidamente (no para saborear) tomará, igual que hasta ahora Barena... porque pese a ser la peor, es la que tiene un cuerpo más ligero (de hecho, tiene menos alcohol que las demás) y la que de primeras se muestra suficientemente agradable. Al saborearla decae.

Conclusión 4:
La segunda cerveza del Lempira que come pasa a ser Salva Vida.

Conclusión 5:
La etiqueta influye determinantemente, igual que la publicidad y la costumbre. Con los vinos pasa igual. Hay experimentos hechos con catadores profesionales y de los que hablaremos alguna vez, que demuestran que se valora diferente un vino por tener una etiqueta, un prestigio y un precio elevado, que cuando se sirve el mismo vino, sin etiqueta y sin conocer los precios ni prestigios.

Conclusión 6:
Vamos con la H, tomando Imperial, porque ahora ya lo sabemos: la mejor cerveza hondureña por complejidad, equilibrio y cuerpo es Imperial (curiosamente la que peor fama tiene).

Conclusión 7:
Hagan la prueba, verán que hay sorpresas, sorpresas... y si se animan, envíen sus fotos del desafío cervecero y las conclusiones, utilizando nuestra pestaña de contacto, o el Facebook del Lempira que come. Las publicaremos!


Fuerza esta tarde H!