El Lempira que come continúa su recorrido por los que, en opinión de los usuarios de Tripadvisor, son los mejores restaurantes de Tegucigalpa. ¿Serán también los mejores teniendo en cuenta la exigencia del Lempira?
En esta ocasión le tocó el turno a Ni-Fu Ni-Fa, una parrilla de inspiración Argentina, que como no podía ser de otro modo, basa su oferta en carnes a la parrilla. Con 45 opiniones, este restaurante se sitúa en el número 8 de los mejores restaurantes de Tegucigalpa, con las siguientes valoraciones: Excelente 21, Muy bueno 14, Regular 9 y Malo 1.
La nueva localización de Ni-Fu Ni-Fa, en las flamantes "torres gemelas", asegura comodidad: parqueo gratuito (hasta la fecha), seguridad e incluso espacio abierto para caminar, al menos unos metros cuadrados. El nuevo local es amplio, muy grande, con decoración moderna, madera vista y un enorme ventanal con una bonita vista. Pese a las dimensiones tan amplias del local, la decoración y el mobiliario consiguen separar los espacios creando diferentes ambientes. Incluso con cierta privacidad.
Al espacio principal se accede por la puerta de vidrio de la terraza. Terraza también generosa en tamaño y con capacidad para unos 20 o incluso 30 comensales. La sala principal está presidida por la enorme mesa de ensaladas selfservice y, de fondo, el magnífico ventanal. A la derecha se encuentra la barra, y a la izquierda otros salas convenientemente separadas, sin dejar de ser un espacio diáfano. Una de ellas tiene un gran mural, de bonitos colores. El mobiliario de todo el local es de madera, con sillas acolchadas, un sillón corrido bajo la ventana, y mesas amplias y cómodas. La sensación general que produce el ambiente es agradable, y mucho menos ruidoso de lo que cabría esperar, sin duda, gracias a la capacidad de absorción de la madera. Decimos esto porque el local se llena cuando hay promociones, como en estos momentos, del 50% (válida para el día Lunes), y puede albergar una cantidad ingente de personas: ¿quizás más de 100?
El servicio de Ni-Fu Ni-Fa es más o menos atento. Quizás penaliza los días de promo, que por la afluencia de público, el personal se siente un poco desbordado... y cansado. Absolutamente comprensible por otro lado. Como fuimos un lunes, ya tarde para evitar las colas innecesarias, sentimos a ratos un poco de desatención y soledad... tardaron en darnos la carta, en atendernos para ofrecernos los postres... pero, como decimos, era un día especial. Las otras veces que el Lempira ha ido a Ni fu Ni fa ha sentido una atención cercana, cordial y atenta.
La carta ofrece varias entradas interesantes: anafre de frijoles (150 L.), empanadas argentinas de queso, jamón y queso, carne, pollo, maíz o queso y guayaba (esta última de argentina no tienen nada, pero bueno, ¡viva la creatividad!) en orden de 2 por 87 L.; picada de chorizo o molleja (150 l./282 L.) y Provoleta (150 L.).
En la parte de carnes se ofrecen múltiples cortes: los clásicos argentinos, como el Bife (Entrecot), el Lomito (Tenderloin), el Puyaso (Tip Cap), la Entraña (Arrachera, Outside Skirt), la Tira de Asado o el Vacío (London Broiler), y otros cortes que normalmente no suelen encontrarse en parrillas típicas gauchas, como el Delmonico (Rib Eye), el T-Bone, o el deshuesado de Tira de asado. Los precios oscilan entre los 385 L. del Asado de Tira en versión 16 Onzas, hasta los 690 L. de la Entraña en versión 16 Onzas. En los 400 L. se sitúa el Bife y el Puyaso, por ejemplo. También existe la opción de decantarse por Parrilladas para 3, 4 y 5 personas. De generosas porciones y de composición variada: de Lomito, de Puyaso, Mar y Tierra, Criolla (entre los 853 L. versión 3 personas y los 1500 L. versión 5 personas).
Se ofrecen también carnes salseadas, como el Filet Mignon con salsa de champiñones (410 L.), el Lomito a la pimienta (390 L.) o la milanesa de res (324 L.). También hay camarones (415 L.), Salmón al limón y romero (415 L.), Langosta (385 L.), e incluso pastas como Fetuccini con pollo, hongos y salsa blanca (191 L.) y Lasagna (191 L.)
Como ven, oferta de sobra para sentirse tentado por algo.
La mayoría de estas propuestas se ofrecen sin más compañía que el plato. Si se quieren papas fritas u otro acompañante, se debe pedir a parte (57 L.). Aunque, bien es cierto, la barra de ensaladas está abierta para el comensal en forma de all you can eat. El comensal debe dirigirse a la mesa de ensaladas a servirse cuantas veces desee, la cantidad que quiera. O, mejor dicho, la cantidad que sus dotes de malabarista le permitan colocar en los platitos de Polly Pocket que se ofrecen. El Lempira no entiende esta política: si el objetivo es limitar la cantidad de ensalada que el comensal se sirve ofreciendo platillos de juguete para que éste tenga que levantarse una y otra vez (con la consiguiente ruptura del fluir conversacional de la mesa, el descanso y la concentración en el yantar), ¿porqué se hace una barra libre de ensalada?, ¿no sería mejor acompañar el plato ordenado con la cantidad de ensalada que el restaurante definiera como suficiente?, ¡cambien los platos de la barra de ensalada, por favor!
En cualquier caso, es justo decir que la barra de ensaladas está bastante nutrida de productos frescos con los que configurar varias ensaladas interesantes: de lechuga, tomate, cebolla y chile; de zucchini braseados (por cierto, muy ricos con un poco de aceite y sal), de papas, etc. e incluso hay una sopa del día. Muy bien!
Ante la oferta de la carta y el gusto por la carne del Lempira, éste apostó por probar la Entraña, de la que es fanático como ya saben, y el Vacío. Dos cortes clásicos que bien hechos, a término medio, como debe ser, son muy sabrosos, tiernos y contundentes. Como no quedaba ya Vacío, se decantó por el Bife. También ordenó una Provoleta.
Lastimosamente, y como sospechaba el Lempira, cualquier parecido entre la Provoleta que llegó a la mesa y el queso Provolone de calidad y la Provoleta a la parrilla, era producto de la imaginación de algún ilusionista-malabarista o de alguien que ni idea tiene de qué es una provoleta. Observen la foto de una Provoleta a la parrilla (arriba), y de intento de Provoleta (abajo)... decidan ustedes mismos. Curiosamente, se dejó comer con ganas.
De la Entraña, en perfecto punto y con buen sabor y textura, es preciso indicar que si bien estaba bastante rica, retiraron las membranas que recubren el corte, y que son esenciales para asarla a baja temperatura, pues son las que logran retener la sangre de la carne en el interior de ésta; y, además, aportan una textura crujiente esencial. Aún así, la carne estaba jugosa y tierna, lo que indica que la calidad de la res era buena, así como la mano del parrillero, que tiene bien calculado el punto de temperatura de la brasa y el tiempo que requiere este corte. Si no retiraran estas membranas, la Entraña estaría aún mejor.
En cuanto al Bife, decir que estaba en perfecto punto de asado. Muy sabrosa la carne, además de tierna y bastante jugosa. El Lempira cree que es el mejor Bife de Tegucigalpa. Muy bueno!
De hecho, dice el Facebook de Ni fu Ni fa, que importan la carne vía Estados Unidos de Australia, Nueva Zelanda, USA, y, eventualmente, Argentina. Esto último lo dudamos, porque a Honduras no puede introducirse carne argentina, ni de países que no hayan sido supervisados por las autoridades hondureñas competentes en la materia. En cualquier caso, el sello de la FDA es garantía sanitaria de sobra. El Lempira apostaría porque sendos cortes probados eran procedentes de ganado gringo (muy buenos). La carne argentina tiene un sabor más penetrante y amplio: no en vano, gran parte del ganado argentino es libre, alimentado de pasto únicamente. No así el ganado gringo.
En el capítulo de bebidas, decir que se ofrecen frescos naturales a 48 L. y cervezas nacionales a 62 L. Algo subidas de precio. Sí hay carta de vino, aunque ésta adolece de variedad, y es una pena, porque la carne se puede acompañar terriblemente bien por diferentes tipos de vino tinto.
Ofrecen vinos argentinos, Andeluna en su gama varietales a 660 L. y en su gama Reserva a 920 L.; españoles, Marqués de Cáceres Crianza a 946 L. y Reserva a 1564 L. (desfasados de precio); y chilenos, gamas La Capitana a 691 L. y La Palma a 430 L. Para los vinos chilenos, la carta muestra una breve nota de cata para cada uno de ellos. Totalmente amateur e inexacta, pero es un paso adelante, si lo comparamos con otros establecimientos del país. No se indica Denominación de Origen, ni Añada para ninguno de los vinos. Conclusión, tarea pendiente para Ni-Fu Ni-Fa, y para casi todos los restaurantes del país. ¿Algún día se animarán a apostar por el vino?
En resumen: una buena parrilla que ofrece excelentes cortes de carne a buen punto, en un ambiente agradable. Vale la pena, sin duda. Además de todo, ofrece un interesantísimo servicio de carnicería, donde se pueden comprar los diferentes cortes para asarlos en casa, sándwiches y postres para llevar. Excelente idea!
En esta ocasión le tocó el turno a Ni-Fu Ni-Fa, una parrilla de inspiración Argentina, que como no podía ser de otro modo, basa su oferta en carnes a la parrilla. Con 45 opiniones, este restaurante se sitúa en el número 8 de los mejores restaurantes de Tegucigalpa, con las siguientes valoraciones: Excelente 21, Muy bueno 14, Regular 9 y Malo 1.
La nueva localización de Ni-Fu Ni-Fa, en las flamantes "torres gemelas", asegura comodidad: parqueo gratuito (hasta la fecha), seguridad e incluso espacio abierto para caminar, al menos unos metros cuadrados. El nuevo local es amplio, muy grande, con decoración moderna, madera vista y un enorme ventanal con una bonita vista. Pese a las dimensiones tan amplias del local, la decoración y el mobiliario consiguen separar los espacios creando diferentes ambientes. Incluso con cierta privacidad.
Al espacio principal se accede por la puerta de vidrio de la terraza. Terraza también generosa en tamaño y con capacidad para unos 20 o incluso 30 comensales. La sala principal está presidida por la enorme mesa de ensaladas selfservice y, de fondo, el magnífico ventanal. A la derecha se encuentra la barra, y a la izquierda otros salas convenientemente separadas, sin dejar de ser un espacio diáfano. Una de ellas tiene un gran mural, de bonitos colores. El mobiliario de todo el local es de madera, con sillas acolchadas, un sillón corrido bajo la ventana, y mesas amplias y cómodas. La sensación general que produce el ambiente es agradable, y mucho menos ruidoso de lo que cabría esperar, sin duda, gracias a la capacidad de absorción de la madera. Decimos esto porque el local se llena cuando hay promociones, como en estos momentos, del 50% (válida para el día Lunes), y puede albergar una cantidad ingente de personas: ¿quizás más de 100?
El servicio de Ni-Fu Ni-Fa es más o menos atento. Quizás penaliza los días de promo, que por la afluencia de público, el personal se siente un poco desbordado... y cansado. Absolutamente comprensible por otro lado. Como fuimos un lunes, ya tarde para evitar las colas innecesarias, sentimos a ratos un poco de desatención y soledad... tardaron en darnos la carta, en atendernos para ofrecernos los postres... pero, como decimos, era un día especial. Las otras veces que el Lempira ha ido a Ni fu Ni fa ha sentido una atención cercana, cordial y atenta.
La carta ofrece varias entradas interesantes: anafre de frijoles (150 L.), empanadas argentinas de queso, jamón y queso, carne, pollo, maíz o queso y guayaba (esta última de argentina no tienen nada, pero bueno, ¡viva la creatividad!) en orden de 2 por 87 L.; picada de chorizo o molleja (150 l./282 L.) y Provoleta (150 L.).
En la parte de carnes se ofrecen múltiples cortes: los clásicos argentinos, como el Bife (Entrecot), el Lomito (Tenderloin), el Puyaso (Tip Cap), la Entraña (Arrachera, Outside Skirt), la Tira de Asado o el Vacío (London Broiler), y otros cortes que normalmente no suelen encontrarse en parrillas típicas gauchas, como el Delmonico (Rib Eye), el T-Bone, o el deshuesado de Tira de asado. Los precios oscilan entre los 385 L. del Asado de Tira en versión 16 Onzas, hasta los 690 L. de la Entraña en versión 16 Onzas. En los 400 L. se sitúa el Bife y el Puyaso, por ejemplo. También existe la opción de decantarse por Parrilladas para 3, 4 y 5 personas. De generosas porciones y de composición variada: de Lomito, de Puyaso, Mar y Tierra, Criolla (entre los 853 L. versión 3 personas y los 1500 L. versión 5 personas).
Se ofrecen también carnes salseadas, como el Filet Mignon con salsa de champiñones (410 L.), el Lomito a la pimienta (390 L.) o la milanesa de res (324 L.). También hay camarones (415 L.), Salmón al limón y romero (415 L.), Langosta (385 L.), e incluso pastas como Fetuccini con pollo, hongos y salsa blanca (191 L.) y Lasagna (191 L.)
Como ven, oferta de sobra para sentirse tentado por algo.
La mayoría de estas propuestas se ofrecen sin más compañía que el plato. Si se quieren papas fritas u otro acompañante, se debe pedir a parte (57 L.). Aunque, bien es cierto, la barra de ensaladas está abierta para el comensal en forma de all you can eat. El comensal debe dirigirse a la mesa de ensaladas a servirse cuantas veces desee, la cantidad que quiera. O, mejor dicho, la cantidad que sus dotes de malabarista le permitan colocar en los platitos de Polly Pocket que se ofrecen. El Lempira no entiende esta política: si el objetivo es limitar la cantidad de ensalada que el comensal se sirve ofreciendo platillos de juguete para que éste tenga que levantarse una y otra vez (con la consiguiente ruptura del fluir conversacional de la mesa, el descanso y la concentración en el yantar), ¿porqué se hace una barra libre de ensalada?, ¿no sería mejor acompañar el plato ordenado con la cantidad de ensalada que el restaurante definiera como suficiente?, ¡cambien los platos de la barra de ensalada, por favor!
En cualquier caso, es justo decir que la barra de ensaladas está bastante nutrida de productos frescos con los que configurar varias ensaladas interesantes: de lechuga, tomate, cebolla y chile; de zucchini braseados (por cierto, muy ricos con un poco de aceite y sal), de papas, etc. e incluso hay una sopa del día. Muy bien!
Ante la oferta de la carta y el gusto por la carne del Lempira, éste apostó por probar la Entraña, de la que es fanático como ya saben, y el Vacío. Dos cortes clásicos que bien hechos, a término medio, como debe ser, son muy sabrosos, tiernos y contundentes. Como no quedaba ya Vacío, se decantó por el Bife. También ordenó una Provoleta.
Lastimosamente, y como sospechaba el Lempira, cualquier parecido entre la Provoleta que llegó a la mesa y el queso Provolone de calidad y la Provoleta a la parrilla, era producto de la imaginación de algún ilusionista-malabarista o de alguien que ni idea tiene de qué es una provoleta. Observen la foto de una Provoleta a la parrilla (arriba), y de intento de Provoleta (abajo)... decidan ustedes mismos. Curiosamente, se dejó comer con ganas.
De la Entraña, en perfecto punto y con buen sabor y textura, es preciso indicar que si bien estaba bastante rica, retiraron las membranas que recubren el corte, y que son esenciales para asarla a baja temperatura, pues son las que logran retener la sangre de la carne en el interior de ésta; y, además, aportan una textura crujiente esencial. Aún así, la carne estaba jugosa y tierna, lo que indica que la calidad de la res era buena, así como la mano del parrillero, que tiene bien calculado el punto de temperatura de la brasa y el tiempo que requiere este corte. Si no retiraran estas membranas, la Entraña estaría aún mejor.
En cuanto al Bife, decir que estaba en perfecto punto de asado. Muy sabrosa la carne, además de tierna y bastante jugosa. El Lempira cree que es el mejor Bife de Tegucigalpa. Muy bueno!
De hecho, dice el Facebook de Ni fu Ni fa, que importan la carne vía Estados Unidos de Australia, Nueva Zelanda, USA, y, eventualmente, Argentina. Esto último lo dudamos, porque a Honduras no puede introducirse carne argentina, ni de países que no hayan sido supervisados por las autoridades hondureñas competentes en la materia. En cualquier caso, el sello de la FDA es garantía sanitaria de sobra. El Lempira apostaría porque sendos cortes probados eran procedentes de ganado gringo (muy buenos). La carne argentina tiene un sabor más penetrante y amplio: no en vano, gran parte del ganado argentino es libre, alimentado de pasto únicamente. No así el ganado gringo.
En el capítulo de bebidas, decir que se ofrecen frescos naturales a 48 L. y cervezas nacionales a 62 L. Algo subidas de precio. Sí hay carta de vino, aunque ésta adolece de variedad, y es una pena, porque la carne se puede acompañar terriblemente bien por diferentes tipos de vino tinto.
Ofrecen vinos argentinos, Andeluna en su gama varietales a 660 L. y en su gama Reserva a 920 L.; españoles, Marqués de Cáceres Crianza a 946 L. y Reserva a 1564 L. (desfasados de precio); y chilenos, gamas La Capitana a 691 L. y La Palma a 430 L. Para los vinos chilenos, la carta muestra una breve nota de cata para cada uno de ellos. Totalmente amateur e inexacta, pero es un paso adelante, si lo comparamos con otros establecimientos del país. No se indica Denominación de Origen, ni Añada para ninguno de los vinos. Conclusión, tarea pendiente para Ni-Fu Ni-Fa, y para casi todos los restaurantes del país. ¿Algún día se animarán a apostar por el vino?
En resumen: una buena parrilla que ofrece excelentes cortes de carne a buen punto, en un ambiente agradable. Vale la pena, sin duda. Además de todo, ofrece un interesantísimo servicio de carnicería, donde se pueden comprar los diferentes cortes para asarlos en casa, sándwiches y postres para llevar. Excelente idea!
Categoría "Restaurantes" | Puntuación |
Entorno | 7,9 |
Servicio | 8 |
Servicio Vino | 5 |
Comida | 8 |
Puntuación Media | 7,53 |
Relación Calidad Precio | 7 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario